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Un "arte" brasileño<br />

La observación prolifera. Busca a tientas, como nosotros 10habíamos hecho,<br />

en grupos interdisciplinarios locales, en Río, en Salvador, en Recife<br />

(Brasil),O también en Santiago de Chile, en Concepción (Chile), en Posadas(Argentina),<br />

etcétera. Así uno de estos análisis se dedicó al lenguaje<br />

de los campesinos de Pernambuco (en Crato,}uazeiro, Itapetím, etcétera)<br />

sobre su situaci6n en 1974y sobre las hazañas de Fray Damíáo, héroe carismático<br />

de la región.' El discurso distribuía el espacio a fin de estratificarlo<br />

en dos niveles. Por un lado, un espacio socíoeconómíco, organizado<br />

por unalucha inmemorial entre "poderosos" y "pobres", se presentaba<br />

como el campo de constantes victorias de los ricos y de los gendarmes,<br />

pero también como el reino de la mentira (allí nunca se dicen verdades,<br />

sino en voz baja y entre campesinos: "Agora agente sabe, mas nao pode dizer<br />

alto".'" Ahí, siempre, ganan los fuertes y las palabras engañan, experiencia<br />

que incorporará la denuncia de un sindicalista norafricano en Billancourt:<br />

"Siempre nos desdeñan". Por otro, distinto de este espacio polemológico<br />

que presentaba a la perspícada de los campesinos una red<br />

innumerable de conflictos oculta bajo la cobertura del lenguaje, había un<br />

espacio utópico donde se afirmaba, en relatos religiosos, una posibilidad<br />

por definición milagrosa: Fray Damíño era su centro casi inmóvil que las<br />

historias sucesivas de castigos celestes que golpeaban a sus enemigos no<br />

cesaban de calificar.<br />

En lo que concierne a la relación efectiva de fuerzas, el discurso<br />

de lucidez se las ingeniaba, por tanto, con palabras amañadas y también<br />

con la prohibici6n de decir, para revelar por todos lados unainjusticia, no<br />

s610 la de los poderes establecidos, sino, más profundamente, la de la<br />

historia: reconocía en esta injusticia un orden de las cosas, del que nada<br />

autorizaba a esperar el cambio. Siempre es así, según se podía observar<br />

todos los días. Pero ninguna legitimidad se otorgaba a este estado de hecho.<br />

Al contrario, por ser una realidad sin cesar repetida, esta relación de<br />

fuerzas nose hacía más aceptable. El hecho no era admisible como unal,ey,<br />

aunque quedara como hecho general. Atrapada en una dependenci",: limitada<br />

a obedecer los hechos, esta convicción oponía, sin embargó, el<br />

propósito de no admitir el estatuto del orden que se impone como natural,<br />

y una protesta ética contra su fatalidad (si una ciencia puede permitir-<br />

1Seminario llevado a cabo sobre la base de una encuesta comenzada desde 1971 y de un<br />

primerinforme (Frti DI/milo: simou tillo? Eosimpassesda religilJopopular, Recife, multicopiado);<br />

no se ha difundido el conjunto de documentos recopilados. Un análisis del mismo género<br />

se ha referido a una encuesta hecha en la muy popular peregrinación del Senhor do Bonfim<br />

(Salvador, Brasil). VerFernando Silveria Massote, Esplosione social del SertMBrasiliano, tesis,<br />

Urbino, 1978,pp. 74-183, sobre la religión.<br />

*"Ahora la gente sabe, pero no puede decirlo en voz alta"(L. G.).<br />

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