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Otro modelo: el arte sutil cuya teoría es obra de poetas y de novelistas<br />
medievales; todos ellos insinúan la novación en el texto mismo y en<br />
los términos de una tradición. Procedimientos refinados infiltran mil diferencias<br />
en la escritura autorizada que les sirve de marco, pero sin que<br />
su juego obedezca a la coerción de su ley. Estos ardides poéticos, no ligados<br />
a la creación de un lugar propio (escrito), se mantienen a través de<br />
siglos hasta en la lectura contemporánea, igualmente ágil para practicar<br />
las desviaciones y las meteforízacíones que, en ocasiones, señala apenas<br />
un "uf".<br />
Los estudios que se siguieron en Bochum con motivo de una<br />
Rezeptionsiisthetik (estéticade la recepción) y de una Handlungstheorie (teoría<br />
de la acción) proporcionan también diversos modelos sobre las relaciones<br />
de las tácticas textuales con las "previsiones" e hipótesis sucesivas<br />
del receptor que considera el drama (o la novela) como una acción premedítada.P<br />
Este juego de producciones textuales relativas a lo que las<br />
expectativas del lector le hacen producir en el curso de su progreso dentro<br />
del relato es presentado, sin duda, con un pesado aparato conceptual;<br />
pero introduce danzas entre los lectores y los textos ahí donde, teatro<br />
desolador, una doctrina ortodoxa había plantado la estatua de "la obra"<br />
rodeada de consumidores conformes o ignorantes.<br />
A través de estas investigaciones y de muchas otras, esto se orienta<br />
hacia una lectura que ya no caracteriza solamente una "impertinente ausencia",<br />
sino avances y retrocesos, tácticas y juegos con el texto. Lectura<br />
que va y viene, a veces captada (pero ¿por medio de qué, lo que se despíerta<br />
a la vez en el lector y en el texto?), juguetona, impugnadora, fugitiva.<br />
Habría que volver a encontrar sus movimientos en el cuerpo mismo,<br />
aparentemente dócil y silencioso, que la imita a su modo: los retiros<br />
en todo tipo de "gabinetes" de lectura liberan gestos inconscientes, refunfuños,<br />
tícs, modos de tenderse y rotaciones, ruidos insólitos, en fin una<br />
orquestación salvaje del cuerpo." Mas por otra parte, en su nivel más<br />
elemental, la lectura se ha convertido desde hace tres siglos en una acción<br />
del ojo. Ya no está acompañada, como anteriormente, por el rumor de<br />
una articulación vocal ni por el movimiento de una manducación muscular.<br />
Leer sin pronunciar en voz alta o a media voz es una experiencia<br />
"moderna", desconocida durante miles de años. En otro tiempo, el lector<br />
interiorizaba el texto; hacia de su voz el cuerpo del otro; era su actor. Hoy,<br />
el texto ya no impone su ritmo al sujeto, yana se manifiesta por medio de<br />
2l! Veren particularHans Ulrích Gumbrecht, "Die dramenschliessende Sprachhandlung im<br />
Aristote1illchenTheater und ihre Problematisierungbe¡ Marivaux", y KarlheinzStie,rle,"Das<br />
Líebesgesténdnís in Radnes Plredre und das Verhliltnis ven [Sprachj-Handlung und Tat",<br />
ambos en PoétiC4 (Bochum), 1976.<br />
'l1 Georges Perec, "Líre: esquiase socíophyeíclogíque", en Esprit, ene. de 1976, pp. 9-20, ha<br />
hablado maravillosamente al respecto.<br />
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