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La sociedad relatada<br />
Frente a los relatos de imágenes, que en adelante ya no son más que "ficciones",<br />
producciones visibles y legibles, el espectador-observador sabe<br />
trien quesólo son "apariencias", resultados de manipulaciones -"Sé muy<br />
bien que eso es una broma"-, pero aun as!supone que estas simulaciones<br />
tienen la condición de lo real: 23 una creencia sobrevive al mentís que le<br />
acarrea todo lo que sabemos sobre su fabricación. Como decía un televidente:<br />
"si fuera falso sesabría". Postulaba otros lugares sociales susceptibles<br />
de garantizar lo que sabía que era ficticio, y esto era lo que le permitía<br />
creer "aun así". Como si la creencia ya no pudiera expresarse en<br />
convicciones directas, sino solamente mediante el rodeo de lo que otros<br />
se supone que deben creer. La creencia ya no descansa en una alteridad<br />
invisible oculta tras los signos, sino sobre lo que otros grupos, otros campos,<br />
u otras disciplinas supuestamente son. Lo "real" es lo que, en cada<br />
sitio, la referencia al otro hace creer. Así es esto hasta en las disciplinas<br />
científicas. Por ejemplo, las relaciones entre la informática y la historia<br />
funcionan con un sorprendente equívoco: a la informática, los historiadores<br />
le exigen la acreditación de un poder "científico" susceptible de<br />
dar un peso técnico y real a su discurso; a la historia, los técnicos de la<br />
informática le exigen una validación por medio de lo "real" que propor-ciona<br />
lo "concreto" de la erudición. Cada uno por su cuenta, espera del<br />
otro una garantía que dé consistencia a su símulacro.é"<br />
Políticamente, sucede lo mismo. Cada partido recibe sucredibilidad<br />
de lo que cree y hace creer de su referente (¿las "maravillas" revolucionarias<br />
alcanzadasen EuropaOriental?) o de su adversario (105 vicios y<br />
las desgracias de los malvados de enfrente). Cada discurso político logra<br />
efectos de realidad gracias a lo que supone y hace suponer del análisis<br />
económico que lo sustenta (análisis él mismo validado por esta remisión<br />
a lo político). Dentro de cada partido, los discursos profesionales de los<br />
"responsables" se mantienen gracias a la credulidad que suponen en los<br />
militantes de base o en los electores y, recíprocamente, el "sé que se trata<br />
de una broma" de numerosos electores tiene como contrapunto lo que<br />
postulan como convicción o conocimiento en los cuadros del aparato<br />
político. La creencia funciona así basada en el valor de lo real que se supone<br />
"pese a todo" en el otro, aun cuando se "sabe", demasiado bien,<br />
hasta qué punto "hay mierda" en el sitio que se ocupa.<br />
La cita será pues el arma absoluta del hacer creer. Porque apuesta<br />
a lo que el otro supuestamente cree; es pues el medio a través del cual<br />
13 Ver Octave Mannoni, C/ejs pourl'ímeginaire, París, Seuil, 1969: "Ie saís bien mais quand<br />
méme", pp. 9-33 (sobre la creencia).<br />
'l4 Michel de Certeau, Historia y psicoanálisis, cap. N "La historia, ciencia y ficción".<br />
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