Programa Gobierno MAS- IPSP 2005.pdf - Constituyentesoberana.org
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que sólo han beneficiado a pocos, encubierto y protegido a muchos y castigado a la<br />
mayoría ciudadana. La Política de Seguridad Ciudadana que proponemos, apunta a<br />
convertir al Estado en un instrumento al servicio de las mayorías y se compromete<br />
transformar sus instituciones para restablecer principios de servicio y ética pública.<br />
1.2 ESTADO DE SITUACIÓN DE LA SEGURIDAD CIUDADANA<br />
Los bolivianos estamos enfrentados a una situación de colapso de las instituciones de<br />
seguridad. Ante una carencia de una política de seguridad ciudadana, tampoco es<br />
posible advertir un liderazgo civil institucional capaz o preocupado de orientar el rumbo<br />
y la actuación del gobierno en ésta materia. La fuga masiva de delincuentes de las<br />
cárceles, con complicidad de funcionarios civiles y policiales, se ha convertido en un<br />
hecho común. A ninguna autoridad del poder ejecutivo le preocupa la descomunal<br />
corrupción policial, el abuso de autoridad, la discrecionalidad administrativa o el tráfico<br />
de influencias. La falta de una adecuada coordinación entre las autoridades del sistema<br />
penal es crónica como son proverbiales sus prácticas de corrupción y venalidad. Las<br />
instituciones del sistema penal viven en el más completo desorden, no se ejerce control<br />
institucional sobre ellas y las pugnas interburocráticas limitan severamente el acceso<br />
ciudadano a la administración de justicia. Las fronteras se encuentran desguarnecidas,<br />
las oficinas de migración están minadas por la corrupción, el contrabando se ha hecho<br />
incontrolable y el tráfico de armas y drogas cuenta en algunos casos con protección<br />
oficial. Las debilidades institucionales que tienen un alcance estructural ofrecen<br />
condiciones propicias para la expansión del crimen. Los ciudadanos están enfrentados a<br />
un desproporcionado incremento de la violencia criminal y el delito común. El miedo<br />
inunda los hogares bolivianos y los espacios públicos, destinados a la convivencia<br />
social, se contraen cotidianamente.<br />
Paradójicamente, el incremento del delito discurre de la mano del aumento<br />
desproporcionado en el gasto en la seguridad ciudadana. En la última década, el<br />
presuuesto en seguridad aumentó, en promedio, más que en el área de salud. La<br />
ineficicia de los <strong>org</strong>anismos de seguridad para prevenir y contener el delito es ya un<br />
lugar común. Es una falacia sostener que las instituciones de seguridad carecen de<br />
recursos, lo que ocurre es que dichos recursos no son adecuadamente empleados y<br />
muchos de ellos tienen finalidades políticas o terminan en cuentas bancarias privadas.<br />
Los propios miembros de la policía son víctimas de explotación laboral sin que nadie<br />
rinda cuentas de los ingresos que generan, por ejemplo, los batallones de seguridad<br />
física privada. Los recursos humanos de la policía y de los operadores de justicia están<br />
mal distribuidos. Los tiempos de trabajo así como las cargas laborales expresan la<br />
discriminación, la exclusión y la falta de justicia y equidad en los <strong>org</strong>anismos de<br />
seguridad. No obstante, las responsabilidades se distribuyen injustamente sobre los<br />
eslabones débiles de la cadena de mando. La regulación del delito desde los propios<br />
órganos de seguridad forma parte de la cultura de la informalidad.<br />
Los <strong>org</strong>anismos de seguridad no tienen como prioridad la prevención del delito ni el<br />
control de la criminalidad <strong>org</strong>anizada. Sus formas de planificación, <strong>org</strong>anización,<br />
métodos de trabajo y coordinación no responden a la defensa de la sociedad sino a la<br />
expansión de privilegios, prerrogativas y prebendas corporativas. Es más importante<br />
preservar los privilegios institucionales que preocuparse de las necesidades de la gente.<br />
La distribución del personal en los <strong>org</strong>anismos de seguridad con una fuerte carga