12.05.2013 Views

manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net

manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net

manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

carmelitas, no me conformé con seguir a los peregrinos por las galerías<br />

exteriores y me metí por los claustro interiores... De pronto vi a <strong>un</strong> anciano<br />

carmelita que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lejos me hacía señas <strong>de</strong> que me alejase; pero yo, en<br />

vez <strong>de</strong> marcharme, me acerqué a él y, señalándole los cuadros <strong>de</strong>l<br />

claustro, le di a enten<strong>de</strong>r por señas que eran bonitos. El se dio cuenta, por<br />

mis cabellos que caían sobre la espalda y por mi aspecto juvenil, que era<br />

<strong>un</strong>a niña, me sonrió con bondad y se alejó, al ver que no tenía <strong>de</strong>lante <strong>de</strong><br />

él a <strong>un</strong>a enemiga. Si hubiese podido hablarle en italiano, le habría dicho<br />

que era <strong>un</strong> futura carmelita; pero por culpa <strong>de</strong> los constructores <strong>de</strong> la torre<br />

<strong>de</strong> Babel, no pu<strong>de</strong> hacerlo.<br />

Después <strong>de</strong> visitar también Pisa y Génova, volvimos a Francia.<br />

En el trayecto, [67rº] el panorama era magnífico. A veces bor<strong>de</strong>ábamos el<br />

mar, y la vía <strong>de</strong>l tren pasaba tan cerca <strong>de</strong> él, que me parecía que las olas<br />

iban a llegar hasta nosotros (aquel espectáculo fue <strong>de</strong>bido a <strong>un</strong>a<br />

tempestad, y era <strong>de</strong> noche, lo que hacía que la escena fuese aún más<br />

impresionante). Otras veces atravesábamos llanuras cubiertas <strong>de</strong> naranjos<br />

con su fruta ya madura, o <strong>de</strong> ver<strong>de</strong>s olivos <strong>de</strong> escaso follaje, o <strong>de</strong> esbeltas<br />

palmeras... A la caída <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong>, veíamos los numerosos puertecitos <strong>de</strong><br />

mar iluminarse con multitud <strong>de</strong> luces, mientras en el cielo empezaban a<br />

brillar las primeras estrellas...<br />

Y a la vista <strong>de</strong> todas aquellas cosas, que yo miraba por primera y por<br />

última vez en mi vida, ¡mi <strong>alma</strong> se llenaba <strong>de</strong> poesía...!<br />

Pero las veía <strong>de</strong>svanecerse sin la menor pena. Mi corazón aspiraba a<br />

otras maravillas. Había contemplado ya bastante las bellezas <strong>de</strong> la tierra, y<br />

sólo las <strong>de</strong>l cielo eran ya el objeto <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>seos. Y para ofrecérselas a las<br />

<strong>alma</strong>s, ¡quería convertirme en prisionera ...!<br />

------------------------------------------------------------------------<br />

Tres meses <strong>de</strong> espera<br />

Mas antes <strong>de</strong> ver abrirse ante mí las puertas <strong>de</strong> la bendita prisión por la<br />

que suspiraba, tenía aún que luchar y que sufrir. Lo presentía al volver a<br />

Francia. Sin embargo, mi confianza era tan gran<strong>de</strong>, que no perdí la<br />

esperanza <strong>de</strong> que me permitieran entrar en el Carmelo el 25 <strong>de</strong><br />

diciembre...<br />

Apenas llegamos a Lisieux, nuestra primera visita fue para el Carmelo.<br />

¡Qué encuentro aquél...! ¡Teníamos tantas cosas que <strong>de</strong>cirnos <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

<strong>un</strong> mes <strong>de</strong> separación, mes que me pareció larguísimo y en el que aprendí<br />

más que en muchos años...!

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!