12.05.2013 Views

manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net

manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net

manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

En cuanto llegaba esa hermana, se ponía a hacer <strong>un</strong> extraño ruido,<br />

parecido al que se haría frotando dos conchas <strong>un</strong>a contra otra. Sólo yo lo<br />

notaba, pues tengo <strong>un</strong> oído extremadamente fino (<strong>de</strong>masiado a veces).<br />

Imposible <strong>de</strong>cirle, Madre, cómo me molestaba aquel ruidito. Sentía <strong>un</strong>as<br />

ganas enormes <strong>de</strong> volver la cabeza y mirar a la culpable, que seguramente<br />

no se daba cuenta <strong>de</strong> su manía. Era la única forma <strong>de</strong> hacérselo ver. Pero<br />

en el fondo <strong>de</strong>l corazón sentía que era mejor sufrir aquello por amor <strong>de</strong><br />

Dios y no hacer sufrir a la hermana. Así que seguía quieta y trataba <strong>de</strong><br />

<strong>un</strong>irme a Dios y <strong>de</strong> olvidar el ruidito...<br />

Todo inútil. Me sentía bañada <strong>de</strong> sudor, y me veía forzada a hacer<br />

sencillamente <strong>un</strong>a oración <strong>de</strong> sufrimiento.<br />

Pero a la vez que sufría, buscaba la manera <strong>de</strong> hacerlo sin irritarme, sino<br />

con alegría y paz, al menos allá en lo íntimo <strong>de</strong>l <strong>alma</strong>. Trataba <strong>de</strong> amar<br />

aquel ruidito tan <strong>de</strong>sagradable: en vez <strong>de</strong> procurar no oírlo (lo cual era<br />

imposible), centraba toda mi atención en escucharlo bien, como si se<br />

tratara <strong>de</strong> <strong>un</strong> concierto maravilloso, y pasaba toda la oración (que no era<br />

precisamente <strong>de</strong> quietud) ofreciendo aquel concierto a Jesús.<br />

En otra ocasión, en la lavan<strong>de</strong>ría, tenía enfrente <strong>de</strong> mí a <strong>un</strong>a hermana que,<br />

cada vez que golpeaba los pañuelos en la tabla <strong>de</strong> lavar, me salpicaba la<br />

cara <strong>de</strong> agua sucia. Mi primer impulso fue echarme hacia atrás y [31rº]<br />

secarme la cara, con el fin <strong>de</strong> hacer ver a la hermana que me estaba<br />

asperjando que me haría <strong>un</strong> gran favor si ponía más cuidado. Pero<br />

enseguida pensé que sería bien tonta si rechazaba <strong>un</strong>os tesoros que me<br />

ofrecían con tanta generosidad, y me guardé bien <strong>de</strong> manifestar mi lucha<br />

interior. Me esforcé todo lo que pu<strong>de</strong> por <strong>de</strong>sear recibir mucha agua sucia,<br />

<strong>de</strong> manera que acabé por sacarle verda<strong>de</strong>ro gusto a aquel nuevo tipo <strong>de</strong><br />

aspersión e hice el propósito <strong>de</strong> volver otra vez a aquel venturoso sitio en<br />

el que tantos tesoros se recibían.<br />

Madre querida, ya ve que yo soy <strong>un</strong>a <strong>alma</strong> muy pequeña que no pue<strong>de</strong><br />

ofrecer a Dios más que cosas muy pequeñas. Con todo, muchas veces me<br />

ocurre que <strong>de</strong>jo escapar alg<strong>un</strong>os <strong>de</strong> esos pequeños sacrificios que dan al<br />

<strong>alma</strong> tanta paz. Pero no me <strong>de</strong>sanimo por eso: me resigno a tener <strong>un</strong> poco<br />

menos <strong>de</strong> paz, y procuro poner más cuidado la próxima vez.<br />

El Señor es tan bueno conmigo, que no puedo tenerle miedo. Siempre me<br />

ha dado lo que <strong>de</strong>seaba, o, mejor dicho, me ha hecho <strong>de</strong>sear lo que quería<br />

darme.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!