manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net
manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net
manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
las ama Dios. Sí, ahora comprendo que la caridad perfecta consiste en<br />
soportar los <strong>de</strong>fectos <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más, en no extrañarse <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>bilida<strong>de</strong>s,<br />
en edificarse <strong>de</strong> los más pequeños actos <strong>de</strong> virtud que les veamos<br />
practicar. Pero, sobre todo, comprendí que la caridad no <strong>de</strong>be quedarse<br />
encerrada en el fondo <strong>de</strong>l corazón: Nadie, dijo Jesús, encien<strong>de</strong> <strong>un</strong>a<br />
lámpara para meterla <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l celemín, sino para ponerla en el<br />
can<strong>de</strong>lero y que alumbre a todos los <strong>de</strong> la casa.<br />
Yo pienso que esa lámpara representa a la caridad, que <strong>de</strong>be alumbrar y<br />
alegrar, no sólo a los que me son más queridos, sino a todos los que están<br />
en la casa, sin exceptuar a nadie.<br />
Cuando el Señor mandó a su pueblo amar al prójimo [12vº] como a sí<br />
mismo, todavía no había venido a la tierra. Por eso, sabiendo bien hasta<br />
qué grado se ama <strong>un</strong>o a sí mismo, no podía pedir a sus criaturas <strong>un</strong> amor<br />
mayor al prójimo. Pero cuando Jesús dio a sus apóstoles <strong>un</strong> mandamiento<br />
nuevo -su mandamiento, como lo llama más a<strong>de</strong>lante-, ya no habla <strong>de</strong><br />
amar al prójimo como a <strong>un</strong>o mismo, sino <strong>de</strong> amarle como él, Jesús, le amó<br />
y como le amará hasta la consumación <strong>de</strong> los siglos...<br />
Yo sé, Señor, que tú no mandas nada imposible. Tú conoces mejor que yo<br />
mi <strong>de</strong>bilidad, mi imperfección. Tú sabes bien que yo n<strong>un</strong>ca podría amar a<br />
mis hermanas como tú las amas, si tú mismo, Jesús mío, no las amaras<br />
también en mí. Y porque querías conce<strong>de</strong>rme esta gracia, por eso diste <strong>un</strong><br />
mandamiento nuevo...<br />
¡Y cómo amo este mandamiento, pues me da la certeza <strong>de</strong> que tu vol<strong>un</strong>tad<br />
es amar tú en mí a todos los que me mandas amar...!<br />
Sí, lo se: cuando soy caritativa, es únicamente Jesús quien actúa en mí.<br />
Cuanto más <strong>un</strong>ida estoy a él, más amo a todas mis hermanas. Cuando<br />
quiero hacer que crezca en mí ese amor, y sobre todo cuando el <strong>de</strong>monio<br />
intenta poner ante los ojos <strong>de</strong> mi <strong>alma</strong> los <strong>de</strong>fectos <strong>de</strong> tal o cual hermana<br />
que me cae menos simpática, me apresuro a buscar sus virtu<strong>de</strong>s y sus<br />
buenos <strong>de</strong>seos, pienso que si la he visto caer <strong>un</strong>a vez, pue<strong>de</strong> haber<br />
conseguido <strong>un</strong> gran [13rº] número <strong>de</strong> victorias que oculta por humildad, y<br />
que incluso lo que a mí me parece <strong>un</strong>a falta pue<strong>de</strong> muy bien ser, <strong>de</strong>bido a<br />
la recta intención, <strong>un</strong> acto <strong>de</strong> virtud. Y no me cuesta convencerme <strong>de</strong> ello,<br />
pues yo misma viví <strong>un</strong> día <strong>un</strong>a experiencia que me <strong>de</strong>mostró que no<br />
<strong>de</strong>bemos juzgar a los <strong>de</strong>más..<br />
Fue durante la recreación. La portera tocó dos campanadas, había que<br />
abrir la puerta <strong>de</strong> clausura a <strong>un</strong>os obreros para que metieran <strong>un</strong>os árboles<br />
<strong>de</strong>stinados al belén. La recreación no estaba animada, pues faltaba usted,