12.05.2013 Views

manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net

manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net

manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

encontraba, pedía a Dios por ella, ofreciéndole todas sus virtu<strong>de</strong>s y sus<br />

méritos.<br />

Sabía muy bien que esto le gustaba a Jesús, pues no hay artista a quien<br />

no le guste recibir alabanzas por sus obras. Y a Jesús, el Artista <strong>de</strong> las<br />

<strong>alma</strong>s, tiene que gustarle enormemente que no nos <strong>de</strong>tengamos en lo<br />

exterior, sino que pe<strong>net</strong>remos en el santuario íntimo que él se ha escogido<br />

por morada y admiremos su belleza.<br />

No me conformaba con rezar mucho por esa hermana que era para mí<br />

motivo <strong>de</strong> tanta lucha. Trataba <strong>de</strong> prestarle todos los servicios que podía; y<br />

cuando sentía la tentación <strong>de</strong> contestarle <strong>de</strong> manera <strong>de</strong>sagradable, me<br />

limitaba a dirigirle la más encantadora <strong>de</strong> mis sonrisas y procuraba<br />

cambiar <strong>de</strong> conversación, pues, como dice la Imitación: Mejor es <strong>de</strong>jar a<br />

cada <strong>un</strong>o con su i<strong>de</strong>a que pararse a contestar.<br />

Con frecuencia también, fuera <strong>de</strong> la recreación (quiero <strong>de</strong>cir durante las<br />

horas <strong>de</strong> trabajo), como tenía que mantener relaciones con esta hermana<br />

a causa <strong>de</strong>l oficio14, cuando mis combates interiores eran <strong>de</strong>masiado<br />

fuertes, huía como <strong>un</strong> <strong>de</strong>sertor.<br />

Como ella ignoraba por completo lo que yo sentía hacia su persona, n<strong>un</strong>ca<br />

sospechó los motivos <strong>de</strong> mi conducta, y vive convencida <strong>de</strong> que su<br />

carácter me resultaba agradable.<br />

Un día, en la recreación, me dijo con aire muy satisfecho más o menos<br />

estas palabras: «¿Querría <strong>de</strong>cirme, hermana Teresa <strong>de</strong>l Niño Jesús, qué<br />

es lo que la atrae tanto en mí? Siempre que me mira, la veo sonreír». ¡Ay!,<br />

lo que me atraía era Jesús, escondido en el fondo <strong>de</strong> su <strong>alma</strong>... Jesús, que<br />

hace dulce hasta lo más amargo... Le respondí que sonreía porque me<br />

alegraba verla (por supuesto que no añadí que era bajo <strong>un</strong> p<strong>un</strong>to <strong>de</strong> vista<br />

espiritual).<br />

[14vº] Madre querida, como le he dicho, mi último recurso para no ser<br />

vencida en los combates es la <strong>de</strong>serción. Este recurso lo empleaba ya<br />

durante el noviciado, y siempre me dio muy buenos resultados. Quiero,<br />

Madre, citarle <strong>un</strong> ejemplo que la va a hacer sonreír.<br />

Durante <strong>un</strong>a <strong>de</strong> sus bronquitis, fui <strong>un</strong>a mañana muy <strong>de</strong>spacito a <strong>de</strong>jar en<br />

su celda las llaves <strong>de</strong> la reja <strong>de</strong> la com<strong>un</strong>ión, pues era sacristana. En el<br />

fondo, no me disgustaba aquella ocasión que tenía <strong>de</strong> verla a usted,<br />

incluso me agradaba mucho, a<strong>un</strong>que trataba <strong>de</strong> disimularlo. Una hermana,<br />

animada <strong>de</strong> <strong>un</strong> santo celo, pero que sin embargo me quería mucho, al<br />

verme entrar en su celda, pensó, Madre, que iba a <strong>de</strong>spertarla, y quiso

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!