manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net
manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net
manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Me imagino a mi <strong>alma</strong> como <strong>un</strong> terreno libre, y pido a la Santísima Virgen<br />
que quite los escombros que pudieran impedirle [80rº] esa libertad. Luego<br />
le suplico que monte ella <strong>un</strong>a gran tienda digna <strong>de</strong>l cielo y que la adorne<br />
con sus propias galas. Después invito a todos los ángeles y santos a que<br />
vengan a dar <strong>un</strong> magnífico concierto. Y cuando Jesús baja a mi corazón,<br />
me parece que está contento <strong>de</strong> verse tan bien recibido, y yo estoy<br />
contenta también...<br />
Pero todo esto no impi<strong>de</strong> que las distracciones y el sueño vengan a<br />
visitarme. Pero al terminar la acción <strong>de</strong> gracias y ver que la he hecho tan<br />
mal, tomo la resolución <strong>de</strong> vivir todo el día en <strong>un</strong>a continua acción <strong>de</strong><br />
gracias...<br />
Ya ves, Madre querida, que Dios está muy lejos <strong>de</strong> llevarme por el camino<br />
<strong>de</strong>l temor. Sé encontrar siempre la forma <strong>de</strong> ser feliz y <strong>de</strong> aprovecharme<br />
<strong>de</strong> mis miserias... Y estoy segura <strong>de</strong> que eso no le disgusta a Jesús, pues<br />
él mismo parece animarme a seguir por ese camino...<br />
Un día, contra mi costumbre, estaba <strong>un</strong> poco turbada al ir a comulgar; me<br />
parecía que Dios no estaba contento <strong>de</strong> mí y pensaba en mi interior: «Si<br />
hoy sólo recibo la mitad <strong>de</strong> <strong>un</strong>a hostia, me llevaré <strong>un</strong> disgusto, pues creeré<br />
que Jesús viene como <strong>de</strong> mala gana a mi corazón». Me acerco... y, ¡oh,<br />
felicidad!, por primera vez en mi vida veo que el sacerdote ¡toma dos<br />
hostias bien separadas y me las da...! Compren<strong>de</strong>rás mi alegría y las<br />
dulces lágrimas que <strong>de</strong>rramé ante tan gran misericordia...<br />
------------------------------------------------------------------------<br />
Retiro <strong>de</strong>l P. Alejo<br />
Al año siguiente <strong>de</strong> mi profesión, es <strong>de</strong>cir, dos meses antes <strong>de</strong> la muerte<br />
<strong>de</strong> la madre Genoveva, recibí gran<strong>de</strong>s gracias durante los ejercicios<br />
espirituales.<br />
Normalmente, los ejercicios predicados me resultan más penosos todavía<br />
que los que hago sola. Pero ese año no fue así.<br />
Había hecho con gran fervor <strong>un</strong>a novena <strong>de</strong> preparación, a pesar <strong>de</strong>l<br />
presentimiento íntimo que tenía, pues me parecía que el predicador no iba<br />
a po<strong>de</strong>r compren<strong>de</strong>rme, ya que se <strong>de</strong>dicaba sobre todo a ayudar a los<br />
gran<strong>de</strong>s pecadores y no [80vº] a las <strong>alma</strong>s religiosas. Pero Dios, que<br />
quería <strong>de</strong>mostrarme que sólo él era el director <strong>de</strong> mi <strong>alma</strong>, se sirvió<br />
precisamente <strong>de</strong> este Padre, al que yo fui la única que apreció en la<br />
com<strong>un</strong>idad...