manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net
manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net
manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
criaturas...!!! Pronto comprobé que mi amor no era correspondido. Una <strong>de</strong><br />
mis amigas tuvo que irse a su casa, y regresó pocos meses <strong>de</strong>spués.<br />
Durante su ausencia, yo la había recordado y había guardado<br />
cuidadosamente <strong>un</strong> pequeña sortija que me había regalado. Al ver <strong>de</strong><br />
nuevo a mi compañera, me alegré mucho, pero, ¡ay!, sólo logré <strong>de</strong> ella <strong>un</strong>a<br />
mirada indiferente... Mi amor no era comprendido. Lo sentí mucho, y no<br />
quise mendigar <strong>un</strong> cariño que me negaban. Pero Dios me ha dado <strong>un</strong><br />
corazón tan fiel, que cuando ama a alguien limpiamente, lo ama para<br />
siempre; por eso, seguí rezando por mi compañera y aún la sigo<br />
queriendo...<br />
Al ver que Celina se había encariñado <strong>de</strong> <strong>un</strong>a <strong>de</strong> nuestras profesoras, yo<br />
quise imitarla; pero como no sabía ganarme la simpatía <strong>de</strong> las criaturas, no<br />
pu<strong>de</strong> conseguirlo.<br />
¡Feliz ignorancia, que me ha librado <strong>de</strong> tantos males...! ¡Cómo le<br />
agra<strong>de</strong>zco a Jesús que no me haya hecho encontrar más que «amargura<br />
en las amista<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la tierra»! Con <strong>un</strong> corazón como el mío, me habría<br />
<strong>de</strong>jado atrapar y cortar las alas, y entonces ¿cómo hubiera podido «volar y<br />
hallar reposo»? ¿Cómo va a po<strong>de</strong>r <strong>un</strong>irse íntimamente a Dios <strong>un</strong> corazón<br />
entregado al afecto <strong>de</strong> las criaturas?... Pienso que es imposible. A<strong>un</strong>que<br />
no he llegado a beber <strong>de</strong> la copa emponzoñada [38vº] <strong>de</strong>l amor <strong>de</strong>masiado<br />
ardiente <strong>de</strong> las criaturas, sé que no me equivoco. ¡He visto a tantas <strong>alma</strong>s<br />
volar como pobres mariposas y quemarse las alas, seducidas por esta luz<br />
engañosa, y luego volver a la verda<strong>de</strong>ra, a la dulce luz <strong>de</strong>l amor, que les<br />
daba nuevas alas, más brillantes y más ligeras, para po<strong>de</strong>r volar hacia<br />
Jesús, ese Fuego divino «que ar<strong>de</strong> sin consumirse»!<br />
¡Sí, lo sé! Jesús me veía <strong>de</strong>masiado débil para exponerme a la tentación.<br />
Tal vez me hubiera <strong>de</strong>jado quemar toda entera por esa luz engañosa, si la<br />
hubiera visto brillar ante mis ojos... Pero no fue así. Yo sólo he encontrado<br />
amargura don<strong>de</strong> otras <strong>alma</strong>s más fuertes encuentran alegría y se <strong>de</strong>sasen<br />
<strong>de</strong> ella por fi<strong>de</strong>lidad.<br />
No tengo, pues, ningún mérito por no haberme entregado al amor <strong>de</strong> las<br />
criaturas, ya que sólo la misericordia <strong>de</strong> Dios me preservó <strong>de</strong> hacerlo...<br />
Reconozco que, sin El, habría podido caer tan bajo como santa María<br />
Magdalena, y las prof<strong>un</strong>das palabras <strong>de</strong> Nuestro Señor a Simón resuenan<br />
con gran dulzura en mi <strong>alma</strong>... Lo sé muy bien: «Al que poco se le<br />
perdona, poco ama». Pero sé también que a mí Jesús me ha perdonado<br />
mucho más que a santa María Magdalena, pues me ha perdonado por<br />
a<strong>de</strong>lantado, impidiéndome caer.