12.05.2013 Views

manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net

manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net

manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Aquel día recibí la fortaleza para sufrir, ya que pronto iba a comenzar el<br />

martirio <strong>de</strong> mi <strong>alma</strong>...<br />

[37rº] Mi Leonia querida fue la madrina, y estaba tan emocionada, que no<br />

<strong>de</strong>jó <strong>de</strong> llorar durante toda la ceremonia. Recibió conmigo la sagrada<br />

com<strong>un</strong>ión, pues aquel día feliz tuve la dicha <strong>de</strong> volver a <strong>un</strong>irme a Jesús.<br />

Pasadas estas fiestas <strong>de</strong>liciosas e inolvidables, mi vida volvió a la<br />

normalidad; es <strong>de</strong>cir, tuve que reanudar la vida <strong>de</strong> pensionista, que tan<br />

penosa me resultaba.<br />

Aquellos días que ro<strong>de</strong>aron mi primera com<strong>un</strong>ión, me gustaba convivir con<br />

las niñas <strong>de</strong> mi edad, todas ellas llenas <strong>de</strong> buena vol<strong>un</strong>tad y <strong>de</strong>cididas,<br />

como yo, a tomar en serio la práctica <strong>de</strong> la virtud. Pero ahora tenía que<br />

volver a ponerme en contacto con alumnas muy diferentes, disipadas, que<br />

no querían guardar el reglamento, y eso me hacía muy <strong>de</strong>sgraciada.<br />

Yo era <strong>de</strong> carácter alegre, pero no sabía jugar a los juegos <strong>de</strong> las niñas <strong>de</strong><br />

mi edad. Muchas veces, en el recreo, me apoyaba en <strong>un</strong> árbol y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> allí<br />

contemplaba el espectáculo sumida en prof<strong>un</strong>das reflexiones.<br />

Había inventado <strong>un</strong> juego que me gustaba mucho. Consistía en enterrar a<br />

los pobres pajaritos que encontrábamos muertos bajo los árboles. Muchas<br />

alumnas se animaron a ayudarme, <strong>de</strong> forma que nuestro cementerio<br />

quedó muy bonito, todo plantado <strong>de</strong> árboles y flores proporcionados al<br />

tamaño <strong>de</strong> nuestros pajaritos.<br />

También me gustaba contar historietas que yo misma inventaba a medida<br />

que me iban viniendo a la imaginación. Entonces mis compañeras me<br />

ro<strong>de</strong>aban presurosas, y a veces alg<strong>un</strong>as <strong>de</strong> las mayores se <strong>un</strong>ían al grupo<br />

<strong>de</strong> las oyentes. Una misma <strong>historia</strong> solía durar varios días, pues me<br />

gustaba hacerla cada vez más interesante a medida que iba viendo en los<br />

rostros <strong>de</strong> mis compañeras la impresión que producía. Pero la profesora<br />

no tardó en prohibirme ese oficio <strong>de</strong> orador, pues quería vernos jugar y<br />

correr, en lugar <strong>de</strong> discurrir...<br />

Retenía con facilidad el sentido <strong>de</strong> lo que estudiaba, pero me costaba<br />

trabajo apren<strong>de</strong>r <strong>de</strong> memoria. Por eso, el año que precedió a mi primera<br />

com<strong>un</strong>ión, pedía [37vº] permiso casi todos los días para estudiar el<br />

catecismo durante el recreo. Mi esfuerzos se vieron coronados por el éxito,<br />

y fui siempre la primera. Si, por casualidad, perdía ese puesto por <strong>un</strong>a sola<br />

palabra que hubiera olvidado, mi dolor se exteriorizaba en lágrimas<br />

amargas que el Sr. abate Domin no sabía cómo c<strong>alma</strong>r... Estaba muy

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!