manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net
manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net
manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
[7rº] Pero cuando mostré mi cariño a mi querida Celinita, fue sobre todo<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar a mi nodriza. Nos entendíamos muy bien; sólo que yo<br />
era mucho más vivaracha y mucho menos ingenua que ella. A<strong>un</strong>que tenía<br />
tres años y medio menos, me parecía que fuésemos <strong>de</strong> la misma edad.<br />
Este pasaje <strong>de</strong> <strong>un</strong>a carta <strong>de</strong> mamá te hará ver lo buena que era Celina y lo<br />
mala que era yo:<br />
«Mi Celinita está <strong>de</strong>cididamente inclinada a la virtud. Es ésta <strong>un</strong>a<br />
inclinación prof<strong>un</strong>da <strong>de</strong> su ser. Tiene <strong>un</strong> <strong>alma</strong> candorosa y siente horror al<br />
pecado. En cuanto al huroncillo, no sabemos lo que saldrá <strong>de</strong> él. ¡Es tan<br />
pequeño y tan atolondrado! Tiene <strong>un</strong>a inteligencia superior a la <strong>de</strong> Celina,<br />
pero es mucho menos dulce, y, sobre todo, <strong>de</strong> <strong>un</strong>a terquedad casi<br />
indomable. Cuando dice "no", no hay nada que la haga ce<strong>de</strong>r; a<strong>un</strong>que la<br />
metiésemos <strong>un</strong> día entero en el cuarto <strong>de</strong> los trastos, dormiría allí antes<br />
que <strong>de</strong>cir "sí"...<br />
«Sin embargo, tiene <strong>un</strong> corazón <strong>de</strong> oro, es muy cariñosa y sincera. Es<br />
curioso verla correr tras <strong>de</strong> mí para acusarse: -Mamá, he empujado a<br />
Celina, pero sólo <strong>un</strong>a vez, la he pegado <strong>un</strong>a vez, pero no lo volveré a<br />
hacer. (Y así, en todo lo que hace). El jueves por la tar<strong>de</strong>, fuimos a dar <strong>un</strong><br />
paseo hacia la estación, y se empeñó en entrar en la sala <strong>de</strong> espera para ir<br />
a buscar a Paulina. Corría <strong>de</strong>lante con <strong>un</strong>a alegría que daba gloria verla.<br />
Pero cuando vio que teníamos que volvernos sin subir al tren para ir a<br />
buscar a Paulina, se pasó todo el camino llorando».<br />
Esta última parte <strong>de</strong> la carta me recuerda la dicha que sentía al verte<br />
volver <strong>de</strong> la Visitación. Tú, Madre querida, me cogías en brazos y María<br />
cogía en los suyos a Celina. Entonces yo te hacía mil caricias y me echaba<br />
[7vº] hacia atrás para admirar tu larga trenza... Luego me dabas <strong>un</strong>a<br />
tableta <strong>de</strong> chocolate que habías guardado durante tres meses. ¡Imagínate<br />
qué reliquia era eso para mí...!<br />
------------------------------------------------------------------------<br />
Viaje a Le Mans<br />
Me acuerdo también <strong>de</strong>l viaje que hice a Le Mans . Era la primera vez que<br />
iba en tren. ¡Qué alegría verme viajar sola con mamá...! Sin embargo, ya<br />
no recuerdo por qué, me eché a llorar, y nuestra pobre mamaíta sólo pudo<br />
presentar a nuestra tía <strong>de</strong> Le Mans a <strong>un</strong> feo bichito todo enrojecido por las<br />
lágrimas que había <strong>de</strong>rramado en el camino... No guardo ningún recuerdo<br />
<strong>de</strong> la visita al locutorio, a no ser <strong>de</strong>l momento en que mi tía me pasó <strong>un</strong><br />
ratoncito blanco y <strong>un</strong>a cestita <strong>de</strong> cartulina llena <strong>de</strong> bombones, sobre los<br />
que campeaban dos preciosos anillos <strong>de</strong> azúcar, justamente <strong>de</strong>l tamaño