12.05.2013 Views

manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net

manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net

manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

La primera ciudad <strong>de</strong> Italia que visitamos fue Milán. La catedral, toda <strong>de</strong><br />

mármol blanco, y con sus estatuas suficientemente numerosas como para<br />

formar <strong>un</strong> pueblo innumerable, [58vº] la visitamos hasta en sus mas<br />

pequeños <strong>de</strong>talles.<br />

Celina y yo éramos intrépidas. Siempre íbamos las primeras y seguíamos<br />

muy <strong>de</strong> cerca a Monseñor para ver todo lo referente a las reliquias <strong>de</strong> los<br />

santos y escuchar bien las explicaciones. Por ejemplo, mientras él<br />

celebraba el santo sacrificio sobre la tumba <strong>de</strong> san Carlos, nosotras<br />

estábamos con papá <strong>de</strong>trás <strong>de</strong>l altar, con la cabeza apoyada en la urna<br />

que guarda el cuerpo <strong>de</strong>l santo revestido <strong>de</strong> sus ornamentos pontificales. Y<br />

así hacíamos en todas partes... Excepto cuando se trataba <strong>de</strong> subir<br />

adon<strong>de</strong> la dignidad <strong>de</strong> <strong>un</strong> obispo no lo permitía, pues en tales casos<br />

sabíamos muy bien separarnos <strong>de</strong> Su Excelencia...<br />

Dejando a las tímidas señoras tapándose la cara con las manos <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> subir a los primeros campaniles que coronaban la catedral, nosotras<br />

seguimos a los peregrinos más audaces y llegamos hasta lo alto <strong>de</strong>l último<br />

campanario <strong>de</strong> mármol, y tuvimos el placer <strong>de</strong> contemplar a nuestros pies<br />

la ciudad <strong>de</strong> Milán, cuyos numerosos habitantes parecían <strong>un</strong> pequeño<br />

hormiguero...<br />

Bajamos <strong>de</strong> nuestro pe<strong>de</strong>stal, y comenzamos nuestros paseos en coche,<br />

que iban a durar <strong>un</strong> mes ¡y que iban a saciarme para siempre <strong>de</strong> mis<br />

ganas <strong>de</strong> rodar sin n<strong>un</strong>ca cansarme!<br />

El camposanto nos gustó todavía más que la catedral. Todas aquellas<br />

estatuas <strong>de</strong> mármol blanco, a las que el cincel <strong>de</strong>l genio parece haber<br />

insuflado vida, están colocadas por el enorme campo <strong>de</strong> los muertos con<br />

<strong>un</strong>a especie <strong>de</strong> estudiado <strong>de</strong>scuido que, para mi gusto, aumenta aún más<br />

su encanto... Uno casi se siente tentado <strong>de</strong> acercarse a consolar a<br />

aquellos personajes i<strong>de</strong>alizados que te ro<strong>de</strong>an. Su expresión es tan real, y<br />

su dolor tan sereno y resignado, que <strong>un</strong>o no pue<strong>de</strong> por menos <strong>de</strong><br />

reconocer los pensamientos <strong>de</strong> inmortalidad que <strong>de</strong>bían llenar el corazón<br />

<strong>de</strong> los artistas que realizaron esas obras <strong>de</strong> arte<br />

Hay <strong>un</strong>a niña arrojando flores sobre la tumba <strong>de</strong> sus padres. Parece como<br />

si el mármol hubiera perdido su pesa<strong>de</strong>z y los <strong>de</strong>licados pétalos se<br />

<strong>de</strong>slizaran entre los <strong>de</strong>dos <strong>de</strong> la niña; el viento parece dispersarlos, y<br />

parece [59rº] también hacer flotar el velo ligero <strong>de</strong> las viudas y las cintas<br />

con que las jóvenes adornan sus cabellos.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!