manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net
manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net
manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Madre querida. Así que pensé que me gustaría mucho que me mandasen<br />
como tercera; y justo la madre subpriora me dijo que fuese yo a prestar<br />
ese servicio, o bien la hermana que estaba a mi lado. Inmediatamente<br />
comencé a <strong>de</strong>satarme el <strong>de</strong>lantal, pero muy <strong>de</strong>spacio para que mi<br />
compañera pudiese quitarse el suyo antes que yo, pues pensaba darle <strong>un</strong><br />
gusto <strong>de</strong>jándola hacer <strong>de</strong> tercera. La hermana que suplía a la procuradora<br />
nos miraba riendo, y, al ver que yo me había levantado la última, me dijo:<br />
Ya sabía yo que no eras tú quien iba a ganarse <strong>un</strong>a perla para tu corona,<br />
ibas <strong>de</strong>masiado <strong>de</strong>spacio...<br />
Toda la com<strong>un</strong>idad, a no dudarlo, pensó que yo había actuado siguiendo<br />
mi impulso natural. Pero es increíble el bien que <strong>un</strong>a cosa tan insignificante<br />
hizo a mi <strong>alma</strong> y lo comprensiva que me volvió ante las <strong>de</strong>bilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> las<br />
<strong>de</strong>más.<br />
Eso mismo me impi<strong>de</strong> también tener vanidad cuando me juzgan<br />
favorablemente, pues razono así: Si mis pequeños actos <strong>de</strong> virtud los<br />
toman por imperfecciones, lo mismo pue<strong>de</strong>n [13vº] engañarse tomando por<br />
virtud lo que sólo es imperfección. Entonces digo con san Pablo: Para mí,<br />
lo <strong>de</strong> menos es que me pida cuentas <strong>un</strong> trib<strong>un</strong>al humano; ni siquiera yo me<br />
pido cuentas. Mi juez es el Señor. Por eso, para que el juicio <strong>de</strong>l Señor me<br />
sea favorable, o, mejor, simplemente para no ser juzgada, quiero tener<br />
siempre pensamientos caritativos, pues Jesús nos dijo: No juzguéis, y no<br />
os juzgarán.<br />
Madre, al leer lo que acabo <strong>de</strong> escribir, usted podría pensar que la práctica<br />
<strong>de</strong> la caridad no me resulta difícil. Es cierto que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace alg<strong>un</strong>os<br />
meses, ya no tengo que luchar para practicar esta hermosa virtud. No<br />
quiero <strong>de</strong>cir con esto que no cometa alg<strong>un</strong>as faltas. No, soy <strong>de</strong>masiado<br />
imperfecta para eso. Pero cuando caigo, no me cuesta mucho levantarme,<br />
porque en <strong>un</strong> cierto combate conseguí la victoria, y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces la<br />
milicia celestial viene en mi ayuda, pues no pue<strong>de</strong> sufrir verme vencida<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber salido victoriosa en la gloriosa batalla que voy a tratar<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>scribir.<br />
Hay en la com<strong>un</strong>idad <strong>un</strong>a hermana que tiene el don <strong>de</strong> <strong>de</strong>sagradarme en<br />
todo. Sus modales, sus palabras, su carácter me resultan sumamente<br />
<strong>de</strong>sagradables. Sin embargo, es <strong>un</strong>a santa religiosa, que <strong>de</strong>be <strong>de</strong> ser<br />
sumamente agradable a Dios.<br />
Entonces, para no ce<strong>de</strong>r a la antipatía natural que experimentaba, me dije<br />
a mí misma que la caridad no <strong>de</strong>bía consistir en simples sentimientos, sino<br />
en obras, y [14rº] me <strong>de</strong>diqué a portarme con esa hermana como lo<br />
hubiera hecho con la persona a quien más quiero. Cada vez que la