manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net
manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net
manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
eja, vi <strong>un</strong> precioso Niño Jesús que tenía en la mano <strong>un</strong>a pelota en la que<br />
estaba escrito mi nombre. Las carmelitas, en lugar <strong>de</strong> Jesús, que era<br />
<strong>de</strong>masiado pequeño todavía para hablar, me cantaron <strong>un</strong>a canción<br />
compuesta por mi Madre querida. Cada <strong>un</strong>a <strong>de</strong> sus palabras <strong>de</strong>rramaba en<br />
mi <strong>alma</strong> <strong>un</strong> dulce consuelo. Jamás olvidaré aquella <strong>de</strong>lica<strong>de</strong>za <strong>de</strong>l corazón<br />
maternal que siempre me colmó <strong>de</strong> los más exquisitos <strong>de</strong>talles <strong>de</strong><br />
ternura...<br />
Después <strong>de</strong> dar las gracias <strong>de</strong>rramando dulces lágrimas, les conté la<br />
sorpresa que me había dado mi querida Celina al volver <strong>de</strong> la Misa <strong>de</strong><br />
Gallo. En mi habitación, en medio <strong>de</strong> <strong>un</strong>a preciosa jofaina, había<br />
encontrado <strong>un</strong> barquito que llevaba al Niño Jesús dormido con <strong>un</strong>a pelotita<br />
a su lado. En la blanca vela Celina había escrito estas palabras: «Duermo,<br />
pero mi corazón vela», y en el barco esta sola palabra: «¡Abandono!»<br />
¡Ay!, si Jesús no hablaba todavía a su pequeña prometida, si sus ojos<br />
divinos seguían cerrados, por lo menos se revelaba a ella por medio <strong>de</strong><br />
otras <strong>alma</strong>s que comprendían todas las <strong>de</strong>lica<strong>de</strong>zas y todo el amor <strong>de</strong> su<br />
corazón...<br />
El primer día <strong>de</strong>l año 1888, Jesús me hizo <strong>un</strong>a vez más el regalo <strong>de</strong> su<br />
cruz. Pero esta vez la llevé yo sola, pues fue tanto más dolorosa cuanto<br />
menos la comprendía... Una carta <strong>de</strong> Paulina me com<strong>un</strong>icaba que la<br />
respuesta <strong>de</strong> Monseñor había llegado el 28, fiesta <strong>de</strong> los Santos Inocentes,<br />
pero que no me lo había hecho saber porque se había <strong>de</strong>cidido que mi<br />
entrada no tuviera lugar hasta <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la cuaresma. Al pensar en <strong>un</strong>a<br />
espera tan larga, no pu<strong>de</strong> contener las lágrimas.<br />
Esta prueba tuvo para mí <strong>un</strong> carácter muy particular. Veía mis ataduras<br />
rotas por parte <strong>de</strong>l m<strong>un</strong>do, pero ahora era el arca santa la que negaba la<br />
entrada a la pobre palomita...<br />
Convengo en que <strong>de</strong>bí parecer poco razonable al no aceptar gozosa esos<br />
tres meses <strong>de</strong> <strong>de</strong>stierro. Pero creo también que esta prueba, a<strong>un</strong>que no lo<br />
pareciese, fue muy gran<strong>de</strong> y me ayudó a crecer mucho en el abandono y<br />
en las <strong>de</strong>más virtu<strong>de</strong>s.<br />
[68vº] ¿Cómo transcurrieron estos tres meses tan ricos en gracias para mi<br />
<strong>alma</strong>...?<br />
Al principio me vino a la cabeza la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> no molestarme en llevar <strong>un</strong>a<br />
vida tan or<strong>de</strong>nada como solía. Pero pronto comprendí el valor <strong>de</strong> aquel<br />
tiempo que se me concedía, y <strong>de</strong>cidí entregarme con más intensidad que<br />
n<strong>un</strong>ca a <strong>un</strong>a vida seria y mortificada.