manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net
manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net
manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
me hagáis adquirir, pero dignaos escuchar mi súplica. Ya sé que es<br />
temeraria, sin embargo me atrevo a pediros que me alcancéis: vuestro<br />
doble amor ».<br />
Jesús, no puedo ir más allá en mi petición, temería verme aplastada bajo<br />
el peso <strong>de</strong> mis audaces <strong>de</strong>seos...<br />
La excusa que tengo es que soy <strong>un</strong>a niña, y los niños no piensan en el<br />
alcance <strong>de</strong> sus palabras. Sin embargo sus padres, cuando ocupan <strong>un</strong><br />
trono y poseen inmensos tesoros, no dudan en satisfacer los <strong>de</strong>seos <strong>de</strong><br />
esos pequeñajos a los que aman tanto como a sí mismos; por<br />
complacerles, hacen locuras y hasta se vuelven débiles...<br />
Pues bien, yo soy la HIJA <strong>de</strong> la Iglesia, y la Iglesia es Reina, pues es tu<br />
Esposa, oh, divino Rey <strong>de</strong> reyes...<br />
------------------------------------------------------------------------<br />
Arrojar flores<br />
No son riquezas ni gloria (ni siquiera la gloria <strong>de</strong>l cielo) lo que pi<strong>de</strong> el<br />
corazón <strong>de</strong>l niñito... El entien<strong>de</strong> muy bien que la gloria pertenece a sus<br />
hermanos, los ángeles y los santos... La suya será <strong>un</strong> reflejo <strong>de</strong> la que<br />
irradia <strong>de</strong> la frente <strong>de</strong> su madre.<br />
Lo que él pi<strong>de</strong> es el amor... No sabe más que <strong>un</strong>a cosa: amarte, Jesús...<br />
Las obras <strong>de</strong>slumbrantes le están vedadas: no pue<strong>de</strong> predicar el<br />
Evangelio, ni <strong>de</strong>rramar su sangre... Pero ¿qué importa?, sus hermanos<br />
trabajan en su lugar, y él, como <strong>un</strong> niño pequeño, se queda muy cerquita<br />
<strong>de</strong>l trono <strong>de</strong>l Rey y <strong>de</strong> la Reina y ama por sus hermanos que luchan...<br />
¿Pero cómo podrá <strong>de</strong>mostrar él su amor, si es que el amor se <strong>de</strong>muestra<br />
con obras? Pues bien, el niñito arrojará flores, aromará con sus perfumes<br />
el trono real, cantará con su voz argentina el cántico <strong>de</strong>l amor...<br />
Sí, Amado mío, así es como se consumirá mi vida... No tengo otra forma<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>mostrarte mi amor que arrojando flores, es <strong>de</strong>cir, no <strong>de</strong>jando escapar<br />
ningún pequeño sacrificio, ni <strong>un</strong>a sola mirada, [4vº] ni <strong>un</strong>a sola palabra,<br />
aprovechando hasta las más pequeñas cosas y haciéndolas por amor...<br />
Quiero sufrir por amor, y hasta gozar por amor. Así arrojaré flores <strong>de</strong>lante<br />
<strong>de</strong> tu trono. No encontraré ni <strong>un</strong>a sola en mi camino que no <strong>de</strong>shoje para<br />
ti. Y a<strong>de</strong>más, al arrojar mis flores, cantaré (¿pue<strong>de</strong> alguien llorar mientras<br />
realiza <strong>un</strong>a acción tan alegre?), cantaré a<strong>un</strong> cuando tenga que coger las