12.05.2013 Views

manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net

manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net

manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Cuando María entró en el Carmelo, yo era todavía muy escrupulosa. Como<br />

ya no podía confiarme a ella, me volví hacia el cielo. Me dirigí a los cuatro<br />

angelitos que me habían precedido allá arriba, pues pensé que aquellas<br />

<strong>alma</strong>s inocentes, que n<strong>un</strong>ca habían conocido ni las turbaciones ni los<br />

miedos, <strong>de</strong>berían tener compasión <strong>de</strong> su pobre hermanita que estaba<br />

sufriendo en la tierra.<br />

Les hablé con la sencillez <strong>de</strong> <strong>un</strong> niño, haciéndoles notar que, al ser la<br />

última <strong>de</strong> la familia, siempre había sido la más querida y la más colmada<br />

<strong>de</strong> ternuras por mis hermanas, y que si ellos hubieran permanecido en la<br />

tierra me habrían dado también sin duda alg<strong>un</strong>a pruebas <strong>de</strong> cariño... Su<br />

partida para el cielo no me parecía <strong>un</strong>a razón suficiente para que me<br />

olvidasen; al contrario, ya que se hallaban en situación <strong>de</strong> disponer <strong>de</strong> los<br />

tesoros divinos, <strong>de</strong>bían tomar <strong>de</strong> ellos la paz para mí y mostrarme así que<br />

también en el cielo se sabe amar...<br />

La respuesta no se hizo esperar. Pronto la paz vino a in<strong>un</strong>dar mi <strong>alma</strong> con<br />

sus olas <strong>de</strong>liciosas, y comprendí que si era amada en la tierra, también lo<br />

era en el cielo...<br />

A partir <strong>de</strong> aquel momento, fue creciendo mi <strong>de</strong>voción hacia mis<br />

hermanitos y hermanitas, y me gusta conversar a menudo con ellos y<br />

hablarles <strong>de</strong> las tristezas <strong>de</strong>l <strong>de</strong>stierro... y <strong>de</strong> mi <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> ir pronto a<br />

re<strong>un</strong>irme con ellos en la patria...<br />

------------------------------------------------------------------------<br />

CAPÍTULO V<br />

DESPUÉS DE LA GRACIA DE NAVIDAD<br />

(1886-1887)<br />

Si el cielo me colmaba <strong>de</strong> gracias, no era porque yo lo mereciese, pues era<br />

aún muy imperfecta. Es cierto que tenía <strong>un</strong> gran <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> practicar [44vº]<br />

la virtud, pero lo hacía <strong>de</strong> <strong>un</strong>a manera muy peregrina. He aquí <strong>un</strong> ejemplo.<br />

Como era la más pequeña, no estaba acostumbrada a arreglármelas yo<br />

sola. Celina arreglaba la habitación don<strong>de</strong> dormíamos las dos j<strong>un</strong>tas, y yo<br />

no hacía ni la menor labor <strong>de</strong> la casa. Después <strong>de</strong> la entrada <strong>de</strong> María en<br />

el Carmelo, a veces, por agradar a Dios, intentaba hacer la cama, o bien,<br />

cuando Celina no estaba, le metía por la noche sus macetas <strong>de</strong> flores.<br />

Como he dicho, hacía esas cosas únicamente por Dios, y por tanto no

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!