12.05.2013 Views

manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net

manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net

manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

estaba muy contento <strong>de</strong> que hiciese el viaje a Roma para afianzar mi<br />

vocación, y que, en vez <strong>de</strong> llorar, <strong>de</strong>bería alegrarme. Añadió que, a la<br />

semana siguiente, tenía que ir a Lisieux y que le hablaría <strong>de</strong> mí al párroco<br />

<strong>de</strong> Santiago, y que no dudase que en Italia recibiría su respuesta.<br />

Comprendí que era inútil seguir insistiendo. A<strong>de</strong>más, ya no tenía nada más<br />

que <strong>de</strong>cir, pues había agotado todos los recursos <strong>de</strong> mi elocuencia.<br />

Monseñor nos acompañó hasta el jardín. Papá le hizo reír mucho<br />

contándole que, para aparentar más edad, me había hecho recoger el<br />

pelo. (Este <strong>de</strong>talle no lo echó Monseñor en saco roto, pues cuando habla<br />

<strong>de</strong> su «hijita» n<strong>un</strong>ca <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> contar las <strong>historia</strong> <strong>de</strong> su pelo...)<br />

El Sr. Révérony quiso acompañarnos hasta la puerta <strong>de</strong>l jardín <strong>de</strong>l<br />

obispado, y dijo a papá que n<strong>un</strong>ca se había visto <strong>un</strong>a cosa así: «¡Un padre<br />

tan <strong>de</strong>seoso <strong>de</strong> entregar a Dios su hija como ésta <strong>de</strong> ofrecerse a él!»<br />

Papá le pidió alg<strong>un</strong>as explicaciones sobre la peregrinación, entre otras<br />

cómo había que ir vestidos para presentarse ante el Santo Padre. Aún lo<br />

estoy viendo darse vuelta ante el Sr. Révérony, diciéndole: «¿Estaré bien<br />

así...?»<br />

El le había dicho también a Monseñor que si él no me daba permiso para<br />

entrar en el Carmelo, yo pediría esta gracia al Sumo Pontífice.<br />

Era muy sencillo en sus palabras y en sus modales mi querido rey, pero<br />

era tan guapo... Tenía <strong>un</strong>a distinción tan natural, que <strong>de</strong>bió <strong>de</strong> agradarle<br />

mucho a Monseñor, acostumbrado a verse ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> personajes que<br />

conocían todas las reglas <strong>de</strong> la etiqueta, pero no al Rey <strong>de</strong> Francia y <strong>de</strong><br />

Navarra en persona con su reinecita ...<br />

Cuando llegué a la calle, volvieron a correr las lágrimas, pero no tanto a<br />

causa <strong>de</strong> mi disgusto cuanto por ver que mi papaíto querido acababa <strong>de</strong><br />

hacer <strong>un</strong> viaje inútil... El, que saboreaba ya por a<strong>de</strong>lantado la alegría <strong>de</strong><br />

enviar <strong>un</strong> telegrama al Carmelo an<strong>un</strong>ciando la feliz respuesta <strong>de</strong><br />

Monseñor, se veía obligado a [55vº] volver sin respuesta <strong>de</strong> ning<strong>un</strong>a<br />

clase...<br />

¡Qué disgusto tan gran<strong>de</strong> tenía yo...! Me parecía que mi futuro estaba roto<br />

para siempre. Cuanto más me acercaba a la meta, más veía embrollarse<br />

mis as<strong>un</strong>tos.<br />

Mi <strong>alma</strong> estaba h<strong>un</strong>dida en la amargura, pero también en la paz, pues lo<br />

único que buscaba era la vol<strong>un</strong>tad <strong>de</strong> Dios.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!