manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net
manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net
manuscritos autobiográficos (historia de un alma) - Catholic.net
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
me pi<strong>de</strong>s que te dé <strong>un</strong> ramillete espiritual. Bueno, pues hoy voy a darte<br />
éste: Sirve a Dios con paz y con alegría. Recuerda, hija mía, que nuestro<br />
Dios es el Dios <strong>de</strong> la paz».<br />
Le di las gracias con sencillez y salí emocionada hasta las lágrimas y<br />
convencida <strong>de</strong> que Dios le había revelado el estado <strong>de</strong> mi <strong>alma</strong>: aquel día<br />
me encontraba duramente probada, casi triste, en <strong>un</strong>a noche tal, que no<br />
sabía ya si Dios me amaba. ¡Pue<strong>de</strong>s, pues, adivinar, Madre querida, la<br />
alegría y el consuelo que sentí...!<br />
Al domingo siguiente, quise saber qué revelación había tenido la madre<br />
Genoveva. Me aseguró que no había tenido ning<strong>un</strong>a, y entonces mi<br />
admiración subió <strong>de</strong> p<strong>un</strong>to al comprobar en qué grado eminente Jesús<br />
vivía en ella y la hacía hablar y actuar.<br />
Sí, esa santidad me parece la más auténtica, la más santa, y es la que yo<br />
<strong>de</strong>seo para mí, pues en ella no cabe ilusión...<br />
[78vº] El día <strong>de</strong> mi profesión recibí otra gran alegría al saber <strong>de</strong> labios <strong>de</strong> la<br />
madre Genoveva que también ella había pasado por la misma prueba que<br />
yo antes <strong>de</strong> pron<strong>un</strong>ciar sus votos...<br />
¿Te acuerdas, Madre querida, <strong>de</strong>l consuelo que encontramos a su lado en<br />
los momentos <strong>de</strong> nuestros gran<strong>de</strong>s sufrimientos?<br />
En <strong>un</strong>a palabra, el recuerdo que la madre Genoveva <strong>de</strong>jó en mi corazón es<br />
<strong>un</strong> recuerdo impregnado <strong>de</strong> fragancia...<br />
El día <strong>de</strong> su partida para el cielo viví <strong>un</strong>a emoción muy especial. Era la<br />
primera vez que asistía a <strong>un</strong>a muerte, y el espectáculo fue realmente<br />
encantador... Yo estaba colocada justamente a los pies <strong>de</strong> la cama <strong>de</strong> la<br />
santa morib<strong>un</strong>da y veía perfectamente sus más ligeros movimientos.<br />
Durante las dos horas que pasé allí, me parecía que mi <strong>alma</strong> <strong>de</strong>bería estar<br />
llena <strong>de</strong> fervor; por el contrario, se apo<strong>de</strong>ró <strong>de</strong> mí <strong>un</strong>a especie <strong>de</strong><br />
insensibilidad. Pero en el momento mismo en que nuestra santa madre<br />
Genoveva nacía para el cielo, mis disposiciones interiores dieron <strong>un</strong><br />
vuelco: en <strong>un</strong> abrir y cerrar <strong>de</strong> ojos me sentí henchida <strong>de</strong> <strong>un</strong>a alegría y <strong>de</strong><br />
<strong>un</strong> fervor inexplicables. Era como si la madre Genoveva me hubiese dado<br />
<strong>un</strong>a parte <strong>de</strong> la felicidad <strong>de</strong> que ella ya gozaba, pues estoy plenamente<br />
convencida <strong>de</strong> que fue <strong>de</strong>recha al cielo...<br />
Cuando aún vivía, le dije <strong>un</strong>a vez: