Descargar libro - Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau
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<strong>la</strong> señora <strong>de</strong> <strong>la</strong> esquina, que fue <strong>la</strong> que se murió, me dijo: «¿Por qué<br />
tú no coges <strong>la</strong> casa <strong>de</strong> Santa Bárbara» Yo vivía en un cuarto en el<br />
pueblo. Cuando vine a ver aquello como está, se cayó el techo y yo<br />
me dije: «¡Y ahora sí qué me hago!» Yo, por respeto a <strong>la</strong>s cosas <strong>de</strong><br />
antes, ¿no Está bien, vamos a ver si lo po<strong>de</strong>mos sacar…<br />
Y continúa:<br />
—Después yo vine a ver<strong>la</strong> a el<strong>la</strong> [<strong>la</strong> señora que cuidaba] y me dijo:<br />
«Queremos que te que<strong>de</strong>s con el<strong>la</strong>, que se yo, que se cuanto.» Me<br />
habían hecho una recolecta <strong>de</strong> novecientos pesos para ver si podían<br />
hacer algo y nunca pudieron hacer nada. Yo no quiero dinero, yo<br />
tengo el dinero para ir haciendo algo y me metí aquí con cuatro palos,<br />
con el techo <strong>de</strong> nylon y esperé hasta diciembre para arreg<strong>la</strong>rlo. Y ahí<br />
me quedé y fui poco a poco…<br />
—¿Haciendo <strong>la</strong> casita<br />
—Y vistiéndo<strong>la</strong> [a <strong>la</strong> santa]. La primera vez fue una lucha. Pero bueno,<br />
aquí lo que <strong>la</strong> gente traía era muchas flores silvestres para ponerle. Se<br />
lo ponían en <strong>la</strong>ticas, en pomitos. Ese año yo vine a ve<strong>la</strong>rlo y yo vi todo<br />
aquello, y yo dije: «Respeto todo eso, pero ya no traen eso.» Yo le busco<br />
<strong>la</strong>s flores bonitas y todo se ha ido cambiando, <strong>la</strong> estructura <strong>de</strong> él, el<br />
altar, todas <strong>la</strong>s cosas, pues ya. Y era como te <strong>de</strong>cía, los santeros <strong>de</strong> antes<br />
tenían un altar para todos los santos. Ahí estaba Santa Bárbara, estaba<br />
una Caridad que era <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra […] Eso ya no tenía nada. Estaba con<br />
comején porque era <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra. Estaba <strong>la</strong>s Merce<strong>de</strong>s-Obatalá, Santa<br />
Bárbara y <strong>la</strong> Caridad, pero eso se <strong>de</strong>struyó todo. Y en eso fui y aquí<br />
me quedé. Pero yo creo mucho en ellos. Yo tengo mis santos, yo creo<br />
mucho en ellos y todo, pero yo le tengo una fe a ese santo…<br />
—¿A Santa Bárbara<br />
—No sé si a Santa Bárbara, pero yo sé que a eso que está ahí.<br />
Chango Bamboché y Santa Bárbara en Vil<strong>la</strong> Alegre<br />
La casa que alberga a <strong>la</strong> Sociedad Santa Bárbara <strong>de</strong> Vil<strong>la</strong> Alegre reposa<br />
sobre varios fundamentos, los reales <strong>de</strong> oro en los horcones, el <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />
entrada, el <strong>de</strong>l patio… Pero el esencial e imprescindible es el <strong>de</strong> Changó<br />
que vive en el pilón.<br />
Changó Bamboché, rey <strong>de</strong> <strong>la</strong> casa, «nació <strong>de</strong>l rayo». Esa es <strong>la</strong><br />
historia heredada junto a <strong>la</strong>s piedras, parte <strong>de</strong>l fundamento entregado<br />
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