11.07.2015 Views

Pulsa aquí para seguir leyendo el libro en ... - La Web Cristiana

Pulsa aquí para seguir leyendo el libro en ... - La Web Cristiana

Pulsa aquí para seguir leyendo el libro en ... - La Web Cristiana

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

124<strong>para</strong> comprarme una gaseosa? Obvio, se la <strong>en</strong>tregué y tal como había llegado, partió como unaexhalación a comprar su refresco.Aproveché la conting<strong>en</strong>cia y pregunté <strong>en</strong> voz alta: ¿Cuántos sab<strong>en</strong> que este que vino recién esmi hijo m<strong>en</strong>or? <strong>La</strong> mayoría sonrió compr<strong>en</strong>siva y asintió con su cabeza. Entonces fue cuando pregunté:¿Y por qué se dieron cu<strong>en</strong>ta que él era mi hijo y no un niño extraño a mí?Uno de los hermanos, con mucha gracia, respondió que él lo había descubierto porque vino apedirme dinero, y un niño extraño no lo haría. Otro hermano, más pícaro que <strong>el</strong> anterior, añadió que él lodescubrió porque yo le di <strong>el</strong> dinero que me pedía, cosa que qui<strong>en</strong> sabe si hubiera hecho con otro.Bromas al marg<strong>en</strong>, todos me dieron a <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der que se habían percatado que ese niño era mi hijopor la confianza que él había mostrado al <strong>en</strong>cararse conmigo. Entonces fue cuando propiné lo que creorecordar, fue mi primer gran puñetazo a la r<strong>el</strong>igiosidad de la que fuera mi congregación.Simplem<strong>en</strong>te les dije: “Hermanos…¿Qué cre<strong>en</strong> ustedes que hubiera hecho yo con mi hijo, siéste, <strong>en</strong> lugar de hacer lo que todos ustedes han visto que hizo, se hubiera plantado d<strong>el</strong>ante de mí y mehubiera soltado un pedido más o m<strong>en</strong>os así:“Amado padre mío que estás dando tu glorificada y exc<strong>el</strong>sa clase. V<strong>en</strong>go ante tu pres<strong>en</strong>cia no sinantes pedirte que me perdones por todas las cosas malas que pueda haber hecho yo hoy, con lafinalidad de distraer tu amada misericordia y pedirte si puedes otorgarme la recomp<strong>en</strong>sa de una simplemonedilla <strong>para</strong> adquirir con <strong>el</strong>la una gaseosa que habrá de calmar mi sed”Una gran carcajada g<strong>en</strong>eral coronó mi simbólica oración de hijo a padre terr<strong>en</strong>o, pero con copiacasi calcada a la que muchos de nosotros todavía ap<strong>el</strong>amos cuando necesitamos algo de nuestro Padrec<strong>el</strong>estial. Una vez apagadas las risas, los hermanos con su gesto de int<strong>el</strong>ig<strong>en</strong>cia, dieron porsobre<strong>en</strong>t<strong>en</strong>dida la instrucción tan práctica que habían recibido sobre <strong>el</strong> significado de t<strong>en</strong>er confianza <strong>en</strong>Dios y ahora con Dios.Estos dos mod<strong>el</strong>os muy domésticos, muy de <strong>en</strong>tre-casa y casi tontos de mi vida magisterialeclesiástica ti<strong>en</strong><strong>en</strong>, sin embargo, algunos <strong>el</strong>em<strong>en</strong>tos de eso que su<strong>el</strong>e ser tan abundante <strong>en</strong> nuestrostemplos: los ejemplos destinados a la instrucción.Ahora bi<strong>en</strong>; ¿Sabías que la Palabra de Dios es instructiva por sí misma? Una vez más, vamos air a escuchar al predicador Jesús. ¿O quizás, aquí, debería darle <strong>el</strong> título que, a mi modo de ver, másaceptó como propio y convirtió <strong>en</strong> mod<strong>el</strong>o, y que por eso me incomoda cuando me lo <strong>en</strong>dilgan a mí? Elmaestro.ITINERARIO DE VICTORIAUna pregunta que seguram<strong>en</strong>te anda o anduvo dando vu<strong>el</strong>tas por d<strong>en</strong>tro de tu cabeza, es: ¿Porqué seguía la g<strong>en</strong>te a Jesús? Él no se promocionaba, no andaba haci<strong>en</strong>do alarde de sus milagros ni losconvocaba jamás a sus confer<strong>en</strong>cias, tal como hoy lo hacemos los hombres.Sin embargo la g<strong>en</strong>te veía que Él pasaba caminando, apar<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te sin rumbo fijo y, sindudarlo, partía detrás de Él, a distancia, como t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do vergü<strong>en</strong>za de fastidiarle. Me puedes decir qu<strong>el</strong>os milagros, los ciegos vi<strong>en</strong>do, los sordos oy<strong>en</strong>do, los <strong>para</strong>líticos caminando, era sufici<strong>en</strong>te, pero estoyconv<strong>en</strong>cido que lo era todo.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!