Pulsa aquà para seguir leyendo el libro en ... - La Web Cristiana
Pulsa aquà para seguir leyendo el libro en ... - La Web Cristiana
Pulsa aquà para seguir leyendo el libro en ... - La Web Cristiana
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
30Cuando esa voz terminó de expresar lo que te m<strong>en</strong>ciono, oí una especie de coro de voces quecantaban sin música conocida repiti<strong>en</strong>do una y otra vez: “Santo, santo, santo”. Reaccioné (O medesperté) muy impresionado y sólo le com<strong>en</strong>té esto, luego, a algui<strong>en</strong> muy cercano.De más está decirte que tomé eso como m<strong>en</strong>saje de Dios (O d<strong>el</strong> Espíritu Santo, o medianteáng<strong>el</strong>es, es lo mismo), y lo creí como probabilidad cierta. Obvio resulta com<strong>en</strong>tarte que cambiar lasituación que yo vivía por ese tiempo era una tarea humanam<strong>en</strong>te poco probable y directam<strong>en</strong>te casiimposible. ¿Por qué creí esto? No lo sé, pero <strong>el</strong> tiempo y ciertas <strong>en</strong>señanzas, lo corroborarían. Cuandose trata de un m<strong>en</strong>saje d<strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o, no te produce miedo. Impacto, sí, pero miedo, no.Quiero decir con esto que, si yo suponía que podría moverse algo <strong>en</strong> mi estructura de vida, esealgo t<strong>en</strong>ía que ser s<strong>en</strong>cillam<strong>en</strong>te monum<strong>en</strong>tal <strong>para</strong> que esa promesa oída fuese realidad. Podíanmodificarse algunas cosas, de acuerdo, pero ninguna de <strong>el</strong>las podía tomarse como que nada sería como<strong>en</strong> ese día.¿Nunca te ha ocurrido que, ante un trem<strong>en</strong>do problema que ti<strong>en</strong>es, tú digas que sí, que sindudas Dios puede cambiarlo todo, pero que <strong>en</strong> lo natural es tan complicado que te cuesta bastantepoder creerlo con verdadera confianza? Así me s<strong>en</strong>tía yo. Cristiano incrédulo, ¡Que vergü<strong>en</strong>za! Sinembargo, quedan tantos, todavía…Hoy, a muchos años de aqu<strong>el</strong>lo, (aproximadam<strong>en</strong>te unos veintiocho al mom<strong>en</strong>to de escribir est<strong>el</strong>ibro), puedo asegurarte dos cosas: que lo que oí fue un m<strong>en</strong>saje d<strong>el</strong> Señor, no sé si <strong>en</strong> forma directa oindirecta, pero de Su proced<strong>en</strong>cia, sin dudas.Y lo segundo, que efectivam<strong>en</strong>te, hoy, nada, pero absolutam<strong>en</strong>te nada, es como era <strong>en</strong> esemom<strong>en</strong>to mi vida. ¿Milagro? No lo sé, tú llámalo como <strong>en</strong>caje con tu formación teológica, yo lo único quepuedo decirte es que sucedió.Debo reiterarte, <strong>para</strong> que no te confundas, que yo ya no estaba <strong>en</strong> <strong>el</strong> mundo ni andaba <strong>en</strong>d<strong>el</strong>incu<strong>en</strong>cias, adicciones o cuestiones de ese volum<strong>en</strong>. Ya era convertido y si bi<strong>en</strong> t<strong>en</strong>ía mis regiasluchas, confusiones y errores, d<strong>en</strong>tro de mí estaba lat<strong>en</strong>te la necesidad de ser un digno hijo de Dios.Creo que fue eso lo que determinó que mi Señor me prestara at<strong>en</strong>ción. Es mucha la g<strong>en</strong>te que,al pasar por ciertas y determinadas crisis de gran volum<strong>en</strong>, supon<strong>en</strong> que Dios va a t<strong>en</strong>derles su manosimplem<strong>en</strong>te porque están desesperados y se lo han pedido.Es natural que Dios lo haga, sin dudas, pero lo que a Él lo moverá no será ni tus llantos, ni que tetires de los cab<strong>el</strong>los, ni que te arrojes al su<strong>el</strong>o de desesperación. Lo que a Dios moverá a ext<strong>en</strong>derte sumano salvadora, será la certeza de que tu corazón está recto d<strong>el</strong>ante de Él. Dios no se mueve porlástima; Dios se mueve por fe.No importa cuantos errores puedas todavía estar cometi<strong>en</strong>do. No importa cuantas veces te sigasequivocando y hasta fallando <strong>en</strong> lo considerado más <strong>el</strong>em<strong>en</strong>tal. Lo que importa es cual es <strong>el</strong> grado derectitud e integridad que hay <strong>en</strong> tu corazón.Dios ve eso y <strong>en</strong> función de eso se mueve o no. Nadie llega a su destino antes de salir. Por lotanto, convi<strong>en</strong>e recordar que estamos caminando <strong>en</strong> dirección a la estatura d<strong>el</strong> varón perfecto, no quepartimos desde esa perfección.Si tú tomas a un grupo de alumnos de un seminario, futuros líderes, y les preguntas si ord<strong>en</strong>aríancomo pastor a algui<strong>en</strong> que <strong>en</strong> una iglesia no sólo ha cometido adulterio con la mujer de un diácono, sino