11.07.2015 Views

Pulsa aquí para seguir leyendo el libro en ... - La Web Cristiana

Pulsa aquí para seguir leyendo el libro en ... - La Web Cristiana

Pulsa aquí para seguir leyendo el libro en ... - La Web Cristiana

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

54<strong>La</strong> verdad es <strong>el</strong> camino real a la libertad: la verdad os hará libres. <strong>La</strong> verdad no puede serse<strong>para</strong>da d<strong>el</strong> Señor Jesús que es <strong>el</strong> camino, y la verdad, y la vida. Él es la verdad, por cuanto es larev<strong>el</strong>ación personal de Dios al hombre. No obstante, vale la p<strong>en</strong>a puntualizar que lo que te hace libre noes simplem<strong>en</strong>te la verdad, sino <strong>el</strong> conocimi<strong>en</strong>to de <strong>el</strong>la.Ello, objetivam<strong>en</strong>te. Subjetivam<strong>en</strong>te, <strong>el</strong> Espíritu es la verdad, al v<strong>en</strong>ir d<strong>el</strong> Cristo glorificado. En lastres Epístolas de Juan “la verdad” es constantem<strong>en</strong>te m<strong>en</strong>cionada, y se advierte a una dama cristiana aque no acepte a nadie <strong>en</strong> su casa, ni le diga ¡Bi<strong>en</strong>v<strong>en</strong>ido! a no ser que mant<strong>en</strong>ga las doctrinas<strong>en</strong>señadas por los apóstoles, <strong>en</strong> otras palabras, la verdad, que está <strong>en</strong> Jesús.Y, finalm<strong>en</strong>te, la Vida. Vida es aqu<strong>el</strong>lo por lo cual un ser creado disfruta d<strong>el</strong> lugar <strong>en</strong> <strong>el</strong> que <strong>el</strong>Creador lo ha puesto. Dios sopló <strong>en</strong> la nariz d<strong>el</strong> hombre ali<strong>en</strong>to de vida, y fue <strong>el</strong> hombre un servivi<strong>en</strong>te.Al <strong>en</strong>trar <strong>el</strong> pecado, <strong>el</strong> hombre pierde <strong>el</strong> derecho a esta vida, y Dios la reclama, dici<strong>en</strong>do:Ciertam<strong>en</strong>te demandaré la sangre de vuestras vidas; de mano de todo animal la demandaré, y demano d<strong>el</strong> hombre; de mano d<strong>el</strong> varón su hermano demandaré la vida d<strong>el</strong> hombre.En <strong>el</strong>lo se instituye, <strong>en</strong> algunos países, la p<strong>en</strong>a capital por <strong>el</strong> asesinato, nunca abrogada oalterada. En las Escrituras se reconoce la difer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>tre la “vida” <strong>en</strong> un s<strong>en</strong>tido moral y la “exist<strong>en</strong>cia”.Ello se ve <strong>en</strong> ese pasaje que dice: ¿Quién es <strong>el</strong> hombre que desea vida, que desea muchos días<strong>para</strong> ver <strong>el</strong> bi<strong>en</strong>?Aquí se ve al hombre deseando vida, deseando gozarla. Ello responde a la objeción de los queint<strong>en</strong>tan negar <strong>el</strong> castigo eterno, afirmando que “vivir <strong>para</strong> siempre” sólo se afirma de los crey<strong>en</strong>tes,como <strong>en</strong> Juan 6:51, 58.Esto es cierto, pero muchos otros pasajes de las Escrituras demuestran que los malvadost<strong>en</strong>drán exist<strong>en</strong>cia eterna. El hombre, <strong>en</strong> su estado natural, es considerado moralm<strong>en</strong>te muerto <strong>en</strong>pecados, y necesitando ser vivificado por <strong>el</strong> poder de Dios; o como vivi<strong>en</strong>do <strong>en</strong> pecados, y necesitandoaceptar la muerte a fin de poder vivir <strong>en</strong> Cristo.De allí es que, con Cristo como tabernáculo vivi<strong>en</strong>te, podemos <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der nuestra situación muchomejor. Cuando tú le aceptas como Salvador personal de tu vida y lo conviertes <strong>en</strong> Señor de <strong>el</strong>la, túingresas al atrio. Esto es: <strong>el</strong> Camino.Allí, te <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tras con personas de todas las calidades y cualidades, pero también con unainfinita gama de pecado. Estás sucio, deberás ser limpiado, lavado, redimido y restaurado. Una, diez,ci<strong>en</strong> o mil manchas <strong>en</strong> tus vestiduras blancas, da lo mismo: necesitas red<strong>en</strong>ción.El proceso de limpieza se desarrolla hasta quedar limitado a una pequeña pero muy reb<strong>el</strong>demancha. Así es como <strong>en</strong>tras al Lugar Santo, que es la Verdad. Pero allí también es cuando tu Padrec<strong>el</strong>estial, gozoso de tus decisiones pero también c<strong>el</strong>oso de tu futuro, hablará a tu oído.Y pese a que lo hará con voz suave y g<strong>en</strong>til, no podrás evitar oír que te dice: “…Hijo…<strong>La</strong>mancha…” - ¿Cómo dices, Señor? – “<strong>La</strong> mancha esa que te ha quedado… Debes limpiarla ya mismo.” -¡Está bi<strong>en</strong>, señor; ya lo haré!” – “No, hijo… T<strong>en</strong>drá que ser ahora, ya mismo. Porque si pret<strong>en</strong>des <strong>en</strong>trarcon <strong>el</strong>la al Lugar Santísimo, (Vida), deberé matarte. ¡Limpia tu mancha ya mismo! Estás a tiempo…NO ES TIEMPO DE ORFANDAD

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!