11.07.2015 Views

Pulsa aquí para seguir leyendo el libro en ... - La Web Cristiana

Pulsa aquí para seguir leyendo el libro en ... - La Web Cristiana

Pulsa aquí para seguir leyendo el libro en ... - La Web Cristiana

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

62Por pert<strong>en</strong>ecer a una g<strong>en</strong>eración determinada <strong>en</strong> la historia de la región adonde me tocó nacery vivir, he sido formado d<strong>en</strong>tro de los parámetros usuales de la zona, la cultura y las costumbres. No soydifer<strong>en</strong>te a ti <strong>en</strong> nada, salvo <strong>en</strong> los tiempos vividos, por lo que muy bi<strong>en</strong> podrían cambiar también tusescu<strong>el</strong>as con refer<strong>en</strong>cia a las mías.Eso, respecto a mis compatriotas arg<strong>en</strong>tinos. Con los que no lo son, seguram<strong>en</strong>te t<strong>en</strong>dré lasnaturales difer<strong>en</strong>cias nacionales y culturales <strong>para</strong> sumar. No se forma, educa y guía a un niño, jov<strong>en</strong> yluego adulto <strong>en</strong> una zona d<strong>el</strong> planeta, de la misma manera <strong>en</strong> que se lo hace <strong>en</strong> otra.Sucede mucho más con la mujer. Hay zonas d<strong>el</strong> mundo donde <strong>el</strong>las han sido, hasta no hacemucho tiempo, (Y <strong>en</strong> ciertos lugares, lo sigu<strong>en</strong> si<strong>en</strong>do); nada más que una especie de objetosdecorativos, puestos <strong>en</strong> una casa <strong>para</strong> hacer quedar bi<strong>en</strong> a su dueño, que tal vez sea su padre o sumarido.Hay otras, por <strong>el</strong> contrario, <strong>en</strong> donde las mujeres han ganado tantos espacios que antes eranpatrimonio masculino, que muy bi<strong>en</strong> podría asegurarse que no hay más difer<strong>en</strong>cias que las naturales<strong>en</strong>tre un sexo y <strong>el</strong> otro. ¿Bu<strong>en</strong>o? ¿Malo? No estoy <strong>para</strong> evaluar eso, estoy <strong>para</strong> proclamar la Palabra deDios. Y una de las cosas que Dios dice, es que no hay acepción de personas.¡Eh! Bu<strong>en</strong>o…hermano…está bi<strong>en</strong>, pero no se olvide que <strong>el</strong> hombre es cabeza de la mujer… Elmachismo eclesiástico ha esgrimido esto como espada de dos filos respecto a su soberanía hogareña.Sin embargo, muy pocos han <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido que Dios siempre habló de cabeza espiritual, no gubernam<strong>en</strong>tal.Si <strong>en</strong> un matrimonio ambos son crey<strong>en</strong>tes g<strong>en</strong>uinos, fi<strong>el</strong>es y sinceros, nadie deberá v<strong>en</strong>ir aobligar a la hermana a sujetarse a su esposo. Ella lo hará como un privilegio y, además, porque ses<strong>en</strong>tirá más que cubierta con la autoridad espiritual de él.Pero si se trata de un matrimonio donde <strong>el</strong>la es crey<strong>en</strong>te y él un fulano que sólo va a s<strong>en</strong>tarse <strong>en</strong>un banco de un templo sin <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der nada y sin interesarle demasiado nada, <strong>en</strong>tonces lo de cabeza va a<strong>para</strong>r al cesto de la basura. El efod sacerdotal deberá colocarse sobre <strong>el</strong> crey<strong>en</strong>te y no sobre algui<strong>en</strong>que dice ser hombre por una simple cuestión g<strong>en</strong>ital. Y me fui por las ramas.Pero volvi<strong>en</strong>do a mi formación inicial, crecí <strong>en</strong> una escu<strong>el</strong>a paterna y materna de premios ycastigos. “Si te portas bi<strong>en</strong>, vas a poder comer esa golosina que quieres”. No siempre llegaba lagolosina, por supuesto, Portarme bi<strong>en</strong> no garantizaba que mi padre hubiera traído ese día dinero a casa<strong>para</strong> comprarla. Mi infancia no fue miserable, pero sí bastante pobre.“Si te portas mal, no vas a poder comer esa golosina que te gusta o no vas a ir a jugar dondequerías ir”. Esto sí puntual y r<strong>el</strong>igiosam<strong>en</strong>te, se cumplía matemáticam<strong>en</strong>te siempre. Es notorio que noexiste una misma vara <strong>para</strong> medir aciertos que errores. Parecería ser que a la raza humana le <strong>en</strong>cantacastigar y aborrece premiar. ¡M<strong>en</strong>os mal que Dios no es humano!A un deportista, sin ir más lejos, se lo aplaude y se lo ovaciona si <strong>en</strong> su disciplina realiza algofuera de serie, más allá de lo normal. Si, por <strong>el</strong> contrario, cumple con su tarea conforme al uso ycostumbre, nadie lo recordará mucho más allá de cinco minutos de terminado <strong>el</strong> juego. <strong>La</strong> g<strong>en</strong>te su<strong>el</strong>eexigir a terceros que consigan los éxitos que <strong>el</strong>los no han podido obt<strong>en</strong>er.Ahora, si llega a cometer uno de esos errores que determinan que su equipo decididam<strong>en</strong>tepierda <strong>el</strong> juego, <strong>en</strong>tonces los simpatizantes no sólo van a aullar e insultar durante <strong>el</strong> resto d<strong>el</strong> tiempo

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!