11.07.2015 Views

Pulsa aquí para seguir leyendo el libro en ... - La Web Cristiana

Pulsa aquí para seguir leyendo el libro en ... - La Web Cristiana

Pulsa aquí para seguir leyendo el libro en ... - La Web Cristiana

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

8¿Qué hacía allí? Lo que de vez <strong>en</strong> cuanto me “invitaban” a hacer, (En realidad era obligatorio);“oír misa” (Jamás <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dí <strong>el</strong> significado de eso) y “pre<strong>para</strong>rme espiritualm<strong>en</strong>te” <strong>para</strong> tomar mi primeracomunión, ya sabes; <strong>el</strong> catecismo, la hostia y todo eso.Si <strong>el</strong>las, (<strong>La</strong> “gran madre”, la madre y la “media” madre) hubieran sabido <strong>en</strong> <strong>el</strong> lío que me estabanmeti<strong>en</strong>do, creo que no lo hubieran hecho. ¿Cómo iban a p<strong>en</strong>sar que hacerme participar de esaceremonia con la ropa de un santo italiano (San Antonio de Padova), iba a t<strong>en</strong>er un efecto satánico <strong>en</strong>mi vida que determinara r<strong>en</strong>uncias, oraciones, ungimi<strong>en</strong>tos con aceite y casi espumarajos por la bocacomo <strong>el</strong> gadar<strong>en</strong>o que liberó Jesús?Mi abu<strong>el</strong>a, mi madre y mi tía me amaban, de eso nadie podría t<strong>en</strong>er dudas. Y al hacer esosuponían estar regalándome algo de mucho valor. <strong>La</strong>m<strong>en</strong>tablem<strong>en</strong>te, <strong>el</strong> tiempo diría que no fue así, sinotodo lo contrario. Pero <strong>el</strong>las no lo sabían. Como no lo sab<strong>en</strong> hoy, todavía, ci<strong>en</strong>tos, miles, o millones depersonas que continúan con estos mismos rituales.Encima de toda esa ornam<strong>en</strong>tación santam<strong>en</strong>te payasesca, súmale que la misa de la comuniónfue <strong>en</strong> un 24 de diciembre por la noche, <strong>en</strong> la llamada “misa de gallo”, muy amada por <strong>el</strong> catolicismo,pero muy utilizada también por los brujos <strong>para</strong> s<strong>el</strong>lar sus conjuros, ¡Mira que chiste! ¿Acaso sabría <strong>el</strong>diablo que ese niño t<strong>en</strong>dría que hacer un trabajo <strong>para</strong> <strong>el</strong> Reino de Dios?De no haber sido por Cindy Jacobs y su emblemático discernimi<strong>en</strong>to masivo haciéndomer<strong>en</strong>unciar a mí y a c<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ares más nuestros respectivos pactos diabólicos con supuestos “santos” qu<strong>en</strong>o eran otra cosa que demonios disfrazados, hoy no podría estar sirvi<strong>en</strong>do con autoridad y poder, yaque aún estaría bajo dominio satánico por causa de ese “favor” materno, tiúno y abu<strong>el</strong>ario (Perdona misinv<strong>en</strong>tos no aprobados por <strong>el</strong> idioma español, de términos familiares exclusivos <strong>para</strong> esta ocasión).Ya te conté <strong>en</strong> mi primer <strong>libro</strong> este episodio, pero bi<strong>en</strong> vale sintetizarlo una vez más <strong>en</strong> este. En<strong>el</strong> marco de un seminario sobre guerra espiritual que la americana vino a dar aquí <strong>en</strong> mi ciudadarg<strong>en</strong>tina de Rosario, <strong>el</strong>la quiso saber cuantos de nosotros t<strong>en</strong>íamos nombres r<strong>el</strong>acionados con santoscatólicos.Yo me quedé con cara de “esto no es <strong>para</strong> mí”, hasta que de improviso mi m<strong>en</strong>te estalló con lacerteza: mi segundo nombre, Antonio, no estaba <strong>en</strong> mi docum<strong>en</strong>to por alguna razón de esas que llevana los padres a darles un determinado nombre a sus hijos, sino por causa de “una promesa” (O pacto),que <strong>en</strong> su ignorancia espiritual, mi madre había realizado.Los arg<strong>en</strong>tinos debemos ser los únicos de la América <strong>La</strong>tina que no utilizamos <strong>el</strong> ap<strong>el</strong>lidomaterno como complem<strong>en</strong>to al paterno. Somos así, con d<strong>el</strong>irios de ser “distintos” ¡Y vaya si lo hemoslogrado! Aunque no <strong>para</strong> s<strong>en</strong>tir orgullo, precisam<strong>en</strong>te. Pero <strong>el</strong> segundo nombre, es imperativo. Por si <strong>el</strong>primero no le gusta al niño cuando crezca…Sin quererlo y sin saberlo, obviam<strong>en</strong>te, mi madre me había <strong>en</strong>tregado al o a los demonios quevivían <strong>en</strong> la estatua de ese santo y, tal como te estoy contando, lo había corroborado <strong>en</strong> esa ceremoniade primera comunión vistiéndome con esas ropas medievales.Me sacaron una foto con un rostro de santidad inigualable. Me deshice de la foto <strong>el</strong> día queacepté a Cristo y <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dí que santidad no es un rostro <strong>para</strong> una fotografía, sino un estilo de vida que espunto de partida <strong>para</strong> ser medianam<strong>en</strong>te útil <strong>en</strong> <strong>el</strong> Reino de Dios.Entonces, fue todo que Cindy com<strong>en</strong>zara a orar y repr<strong>en</strong>der, (Naturalm<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> inglés y <strong>en</strong> estecaso sin traducción, y yo no <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>do ese idioma), <strong>para</strong> que yo sintiera que ad<strong>en</strong>tro mío “algo” se habíaagitado primeram<strong>en</strong>te y roto después, quitándome un <strong>en</strong>orme peso físico y espiritual. Fue a partir de allí

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!