11.07.2015 Views

Pulsa aquí para seguir leyendo el libro en ... - La Web Cristiana

Pulsa aquí para seguir leyendo el libro en ... - La Web Cristiana

Pulsa aquí para seguir leyendo el libro en ... - La Web Cristiana

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

166Si la familia era poco numerosa, podían juntarse vecinos con <strong>el</strong>los <strong>para</strong> comer todo <strong>el</strong> cordero.Lo que aquí estamos <strong>ley<strong>en</strong>do</strong>, <strong>en</strong>tonces, nos dice que Jesús se apareció <strong>en</strong> la casa de sus amigos deBetania, seis días antes de esa solemne fecha.(2) Y le hicieron allí una c<strong>en</strong>a; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban s<strong>en</strong>tadosa la mesa con él.Vamos a ver: ¿Cuántas veces oíste, leíste, te predicaron o <strong>en</strong>señaron respecto a la resurrecciónde Lázaro? A mí muchas, muchísimas, pero fíjate que jamás nadie me había dicho, (aunque estaba aquíescrito y a la vista de todos) que <strong>en</strong> la Biblia <strong>el</strong> tal Lázaro aparecía <strong>en</strong> otro r<strong>el</strong>ato que no fuera <strong>el</strong> propio,<strong>el</strong> de su resurrección.Sin embargo, aquí está <strong>el</strong> bu<strong>en</strong> hombre. Probablem<strong>en</strong>te comi<strong>en</strong>do con muy bu<strong>en</strong> apetito, como<strong>para</strong> hacerle ver a Jesús que estaba muy bi<strong>en</strong> resucitado y que gozaba de exc<strong>el</strong><strong>en</strong>te salud. ¿No seríabu<strong>en</strong>o y productivo mostrar eso?Porque no sé como te habrá ido a ti, pero yo he oído c<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ares de hipótesis muy sesudas y“técnicas” respecto a esa resurrección. Hasta hubo qui<strong>en</strong> pasó por nuestras iglesias <strong>en</strong>señando que, <strong>en</strong>realidad, <strong>el</strong> que salió de la tumba ese día, no fue Lázaro sino una figura ang<strong>el</strong>ical puesta allí <strong>para</strong>producir un efecto que sacudiera a esos hombres rudos e incrédulos.No c<strong>en</strong>sura la bu<strong>en</strong>a int<strong>en</strong>ción de aqu<strong>el</strong> maestro, pero si se hubiera tomado <strong>el</strong> trabajo de leerbi<strong>en</strong> la Biblia, hubiese llegado a este texto y hubiera comprobado que, verdaderam<strong>en</strong>te, existió unhombre llamado Lázaro, <strong>en</strong> Betania, que un día se murió y otro, ante la ord<strong>en</strong> sobr<strong>en</strong>atural de Jesús,resucitó y vivió como uno más los años que se añadieron a su vida.Porque a todo esto, que quizás te su<strong>en</strong>a un poco novedoso, habría que añadirle una especie defrutilla d<strong>el</strong> postre. Lázaro no fue resucitado como lo seremos todos nosotros cuando lleguemos a Sugloria, esto es: por toda la eternidad.Lázaro fue resucitado como prueba d<strong>el</strong> poder de Dios, pero luego de vivir como uno másdurante no se sabe cuanto tiempo, indudablem<strong>en</strong>te se volvió a morir y, esta vez, ya no salió de sutumba. ¿Alcanza tu m<strong>en</strong>te finita a tomar dim<strong>en</strong>sión de esto? No te preocupes; no somos salvos porint<strong>el</strong>ig<strong>en</strong>cia, somos salvos por fe.(3) Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió lospies de Jesús, y los <strong>en</strong>jugó con sus cab<strong>el</strong>los; y la casa se ll<strong>en</strong>ó d<strong>el</strong> olor d<strong>el</strong> perfume.Este perfume de nardo puro que se cita aquí, era un valioso y muy fragante aceite sacado de lasraíces secas de la planta herbácea conocida con <strong>el</strong> nombre de nardo. Desde <strong>el</strong> siglo primero despuésde Cristo, se la importaba directam<strong>en</strong>te desde la India <strong>en</strong> <strong>en</strong>vases de alabastro. Lo único que cabeagregar es que, por su alto costo, <strong>el</strong> nardo se utilizaba solam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> ocasiones muy especiales.Esta g<strong>en</strong>te que recibía a Jesús <strong>en</strong> su casa, sabía muy bi<strong>en</strong> <strong>en</strong> <strong>el</strong> ámbito espiritual qui<strong>en</strong> eraJesús. Porque todos lo t<strong>en</strong>ían como un gran profeta, o un gran maestro, algui<strong>en</strong> con peso y autoridad.Pero muy pocos y contados, (Estos hermanos eran unos de <strong>el</strong>los), sabían con precisión que Él era <strong>en</strong>realidad <strong>el</strong> Hijo de Dios <strong>en</strong>carnado.De allí <strong>el</strong> perfume de nardo. ¿Qué otra ocasión podría ser, <strong>para</strong> <strong>el</strong>los, más especial que la det<strong>en</strong>er al Hijo de Dios morando <strong>en</strong> su casa y comi<strong>en</strong>do <strong>en</strong> su mesa? ¿No lo harías hoy mismo, tútambién, si se pres<strong>en</strong>tara esa oportunidad? ¡Uy! ¡Ni quiero p<strong>en</strong>sar lo que pasó por tu m<strong>en</strong>te cuando tedije que Jesús podría morar <strong>en</strong> tu casa cualquier día!

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!