Pulsa aquà para seguir leyendo el libro en ... - La Web Cristiana
Pulsa aquà para seguir leyendo el libro en ... - La Web Cristiana
Pulsa aquà para seguir leyendo el libro en ... - La Web Cristiana
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
193Jesús no hace com<strong>en</strong>tario alguno sobre su carácter ni sobre <strong>el</strong> d<strong>el</strong> rico. Los dos murieron: losáng<strong>el</strong>es llevaron a Lázaro al s<strong>en</strong>o de Abraham, <strong>en</strong> tanto que <strong>el</strong> rico se <strong>en</strong>contró <strong>en</strong> un lugar de torm<strong>en</strong>to.El hecho de haber sido rico no es <strong>en</strong> absoluto lo que determinó la suerte final de estos dos hombres.El rico parece haber vivido <strong>en</strong> la más total imprevisión espiritual, <strong>en</strong> <strong>el</strong> materialismo y <strong>en</strong> un totalegoísmo. Sus hermanos, como indudablem<strong>en</strong>te sucedió con él mismo, no se tomaban <strong>en</strong> serio ni aMoisés ni a los profetas, y no se iban a arrep<strong>en</strong>tir.En todo caso, es evid<strong>en</strong>te que tanto <strong>el</strong> destino último d<strong>el</strong> rico como d<strong>el</strong> pobre fue consecu<strong>en</strong>ciade sus actitudes morales y espirituales. Jesús <strong>en</strong>seña también de una manera solemne que la suerte d<strong>el</strong>hombre queda fijada definitivam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> <strong>el</strong> instante de su muerte.Como <strong>el</strong>los eran avaros y los fariseos veían <strong>en</strong> las riquezas una señal de las b<strong>en</strong>diciones deDios, (Muchos pastores actuales v<strong>en</strong> exactam<strong>en</strong>te lo mismo), y <strong>en</strong> la pobreza, una señal de castigodivino.Jesús <strong>en</strong>seña que las riquezas materiales son algo que Dios nos confía a fin de que sean usadasresponsablem<strong>en</strong>te <strong>para</strong> bi<strong>en</strong>. <strong>La</strong> actitud ante las riquezas es una clara indicación de una vida egoísta, ouna vida bajo la total soberanía de Cristo.<strong>La</strong> int<strong>en</strong>ción fundam<strong>en</strong>tal de esta parábola tan poco difundida desde los púlpitos, es llamar aaqu<strong>el</strong>los que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> una visión decididam<strong>en</strong>te mundana de las riquezas, a arrep<strong>en</strong>tirse y ayudar a otroscon su dinero. Es un ejemplo de que aqu<strong>el</strong>lo que los hombres ti<strong>en</strong><strong>en</strong> por sublime, d<strong>el</strong>ante de Dios esabominación.Aquí vale la p<strong>en</strong>a establecer una aclaración justa y pertin<strong>en</strong>te. Estoy de acuerdo que te moleste yte indigne que ciertos ministros se qued<strong>en</strong> con tus diezmos u ofr<strong>en</strong>das y los utilic<strong>en</strong> <strong>para</strong> su confort yb<strong>en</strong>eficio personal, pero eso de ninguna manera invalida <strong>el</strong> concepto básico de que <strong>el</strong> dinero que túrecibes no es <strong>en</strong>teram<strong>en</strong>te tuyo, sino que le pert<strong>en</strong>ece a Dios que es qui<strong>en</strong> te b<strong>en</strong>dice o no con él.SI NO TE ATACA, LO LLEVAS DEL BRAZO“¡Ah, sí! ¡El pastor XX es un siervo muy querido y respetado! ¡Fíjate que como será de b<strong>en</strong>decidosu ministerio que no ti<strong>en</strong>e ni un solo opositor! ¡Nadie jamás estuvo ni está <strong>en</strong> contra de lo que él dice ocomo él ministra! ¡Es indudable que está sirvi<strong>en</strong>do grandem<strong>en</strong>te al Señor!”Yo no sé <strong>en</strong> cuantas ocasiones habrás escuchado expresiones similares a esta, pero yo las heoído muchas veces. Y a primera vista parecería ser que lo que se está dici<strong>en</strong>do es una verdad absolutay que, normalm<strong>en</strong>te, un exc<strong>el</strong><strong>en</strong>te siervo de Dios goza de ese prestigio que aquí se m<strong>en</strong>ciona.Sin embargo… ¿Me creerás si te digo que no es tan así? ¿Que está muy bi<strong>en</strong> que mucha g<strong>en</strong>tete estime, te ame y te respete, pero que cuando verdaderam<strong>en</strong>te estás sirvi<strong>en</strong>do al Reino de Dios, esmás la oposición y la persecución que padeces, que lo que recibes <strong>en</strong> honra y reconocimi<strong>en</strong>to?No quiero ser absoluto <strong>en</strong> lo que digo, pero observa con det<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to <strong>el</strong> ministerio de Jesús.Sólo doce leales, de los cuales uno lo traicionó y <strong>el</strong> resto lo dejó solo cuando las papas quemaron. Elresto, g<strong>en</strong>te que se b<strong>en</strong>efició con su ministerio, pero que a la hora de las grandes decisiones, pidió agritos que lo liberaran al agitador Barrabás, aún sabi<strong>en</strong>do que eso le firmaba la cond<strong>en</strong>a de muerte a Él.