Pulsa aquà para seguir leyendo el libro en ... - La Web Cristiana
Pulsa aquà para seguir leyendo el libro en ... - La Web Cristiana
Pulsa aquà para seguir leyendo el libro en ... - La Web Cristiana
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
151Imagina que <strong>en</strong> cada caso, esos áng<strong>el</strong>es ti<strong>en</strong><strong>en</strong> la opción de anotar tus acciones <strong>en</strong> una páginaque se inscribe d<strong>en</strong>tro de lo positivo u otra que adhiere a lo negativo. ¿Adonde crees tú que habrá deregistrarse tu historia de vida? Hubo un ad<strong>el</strong>anto <strong>en</strong> los tiempos de Jesús.(Juan 8: 1)= Y Jesús se fue al monte de los Olivos.(2) Y por la mañana volvió al templo, y todo <strong>el</strong> pueblo vino a él; y s<strong>en</strong>tado él, les <strong>en</strong>señaba.Una vez más estamos ante la imag<strong>en</strong> de Jesús como maestro y de la Palabra de Dios como un<strong>el</strong>em<strong>en</strong>to de instrucción básico. Pero también, una vez más vemos las formas <strong>en</strong> que Jesús gustaba de<strong>en</strong>señar: s<strong>en</strong>tándose. De ninguna manera estando <strong>en</strong> pie, <strong>en</strong> lo alto, <strong>para</strong> ser visto por los hombres. Eseera un maestro conforme al corazón de Dios.(3) Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorpr<strong>en</strong>dida <strong>en</strong> adulterio; yponiéndola <strong>en</strong> medio, (4) le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorpr<strong>en</strong>dida <strong>en</strong> <strong>el</strong> acto mismo deadulterio.(5) Y <strong>en</strong> la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿Qué dices?(6) Mas esto decían t<strong>en</strong>tándole, <strong>para</strong> poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o,escribía <strong>en</strong> tierra con <strong>el</strong> dedo.(7) Y como insistieran <strong>en</strong> preguntarle, se <strong>en</strong>derezó y les dijo: El que de vosotros esté sinpecado sea <strong>el</strong> primero <strong>en</strong> arrojar la piedra contra <strong>el</strong>la.(8) E inclinándose de nuevo hacia <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o, siguió escribi<strong>en</strong>do <strong>en</strong> tierra.Había una mujer que había sido sorpr<strong>en</strong>dida <strong>en</strong> adulterio. Esta palabra, Moicheia, <strong>en</strong> griego,implica una r<strong>el</strong>ación sexual ilegal, una conexión ilícita con una persona casada, infid<strong>el</strong>idad marital.Moicheia es incompatible con las leyes armónicas de la vida familiar <strong>en</strong> <strong>el</strong> reino de Dios; y como viola <strong>el</strong>propósito divino <strong>en</strong> <strong>el</strong> matrimonio, <strong>el</strong> adulterio está bajo <strong>el</strong> juicio de Dios.Esta mujer, dice que había sido sorpr<strong>en</strong>dida <strong>en</strong> <strong>el</strong> acto mismo de adulterio, por lo que se intuyeque había sido <strong>en</strong>contrada <strong>en</strong> modo inequívoco con un hombre que no era su marido. Cierto es que laley imponía <strong>el</strong> apedreami<strong>en</strong>to <strong>para</strong> tales situaciones.Entre los hebreos, <strong>el</strong> cond<strong>en</strong>ado era, g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te, apedreado. Se usaba <strong>en</strong> aqu<strong>el</strong>los d<strong>el</strong>itosque eran castigados con la p<strong>en</strong>a de muerte. Entre los que merecían esta cru<strong>el</strong> p<strong>en</strong>a estaban: la idolatría,la blasfemia, <strong>el</strong> quebrantami<strong>en</strong>to d<strong>el</strong> sábado, la hechicería, <strong>el</strong> falso ejercicio de la misión profética y <strong>el</strong>inducir al pueblo a la idolatría, la apropiación de un objeto sagrado, la desobedi<strong>en</strong>cia obstinada y variasclases de impureza <strong>en</strong>tre las que se contaba <strong>el</strong> adulterio comprobado.. El lugar d<strong>el</strong> apedreami<strong>en</strong>to o lapidación estaba <strong>en</strong> las afueras d<strong>el</strong> campam<strong>en</strong>to o de la ciudad.El criminal era invitado a confesar su pecado, y a continuación uno de los testigos arrojaba una piedragrande sobre <strong>el</strong> pecho d<strong>el</strong> culpable, y si este golpe no era sufici<strong>en</strong>te <strong>para</strong> darle muerte, interv<strong>en</strong>ían losdemás testigos, y si esto no era aún sufici<strong>en</strong>te, <strong>en</strong>tonces arremetían todos los espectadores.Los ajusticiadores se quitaban la ropa <strong>para</strong> t<strong>en</strong>er mayor libertad de movimi<strong>en</strong>to. A veces alajusticiado se le arrojaba desde una altura considerable. <strong>La</strong> lapidación era a m<strong>en</strong>udo un recurso al que<strong>el</strong> populacho de las distintas épocas recurría cuando no podía soportar <strong>el</strong> m<strong>en</strong>saje o los hechos de algúnpersonaje. El primer mártir cristiano, Esteban, murió lapidado.