11.07.2015 Views

Pulsa aquí para seguir leyendo el libro en ... - La Web Cristiana

Pulsa aquí para seguir leyendo el libro en ... - La Web Cristiana

Pulsa aquí para seguir leyendo el libro en ... - La Web Cristiana

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

213(2) Subirá cual r<strong>en</strong>uevo d<strong>el</strong>ante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer <strong>en</strong> él, nihermosura; le veremos, mas sin atractivo <strong>para</strong> que le deseemos.<strong>La</strong> refer<strong>en</strong>cia a la raíz de tierra seca, da a <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der claram<strong>en</strong>te <strong>el</strong> oscuro orig<strong>en</strong> d<strong>el</strong> Mesías.Luego dice que no hay parecer ni hermosura <strong>en</strong> él. Pregunto: ¿Qué t<strong>en</strong>drá que ver esto con esaspinturas que muestran a un Jesús hermoso, de rostro casi perfecto?Es indudable; Jesús no era un hombre apolíneo ni hermoso. Era uno más de los tantos anónimosque circulaban esas tierras cada día. Trasc<strong>en</strong>dió solam<strong>en</strong>te porque era <strong>el</strong> <strong>en</strong>viado d<strong>el</strong> Padre, no porméritos de su persona humana. ¿Le quedará claro a algui<strong>en</strong>, esto? ¿Les quedará claro a los tantosapr<strong>en</strong>dices de ministros que se pavonean <strong>en</strong> miles de plataformas y púlpitos d<strong>el</strong> mundo?He oído <strong>en</strong> más de una ocasión a ciertas y determinadas hermanas hablar d<strong>el</strong> amor queprofesan hacia <strong>el</strong> hermoso Jesús y, con todo <strong>el</strong> dolor d<strong>el</strong> alma, debo decir que <strong>en</strong> la mayoría de lasveces, ese amor responde a car<strong>en</strong>cias afectivas propias y no a mandatos d<strong>el</strong> Espíritu Santo.¿Es que algui<strong>en</strong> puede confundirse de tan grosera manera? Sí, porque la peor batalla que loscrey<strong>en</strong>tes libramos <strong>en</strong> esta tierra, no es contra las huestes demoníacas, es con nuestra propiacarnalidad, que es como decir: con nuestra alma. Y <strong>en</strong> <strong>el</strong>la habitan los s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos y las emociones.(3) Despreciado y desechado <strong>en</strong>tre los hombres, varón de dolores, experim<strong>en</strong>tado <strong>en</strong>quebranto; y como que escondimos de él <strong>el</strong> rostro, fue m<strong>en</strong>ospreciado, y no lo estimamos.A mí todavía me cuesta creer, (De hecho, <strong>en</strong>t<strong>en</strong>derlo resulta imposible), que existan tantoscristianos que supon<strong>en</strong> que sus trabajos ministeriales o de liderazgo serán reconocidos, aplaudidos,hom<strong>en</strong>ajeados y alabados <strong>en</strong> esta tierra.Hablan con total desparpajo d<strong>el</strong> “éxito” de sus iglesias o ministerios, cuando <strong>en</strong> realidad lo únicoque pose<strong>en</strong> es un cart<strong>el</strong> fabricado con promoción, auto promoción y mucho de ignorancia aj<strong>en</strong>a. Sinuestro mod<strong>el</strong>o que es Cristo fue despreciado y desechado, dime tú un muy bu<strong>en</strong> motivo por <strong>el</strong> cualnosotros deberíamos ser aplaudidos o reconocidos.A mí me produjo una <strong>en</strong>orme preocupación <strong>en</strong> primer término, y un hondo dolor seguidam<strong>en</strong>te,caer <strong>en</strong> <strong>el</strong> desprestigio eclesiástico <strong>en</strong> <strong>el</strong> que <strong>en</strong> su mom<strong>en</strong>to caí <strong>en</strong> mi ciudad. No podía <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der comoera que tanta g<strong>en</strong>te a la cual le había brindado g<strong>en</strong>erosa y desinteresada ayuda, ahora me dejabaolímpicam<strong>en</strong>te de lado sólo porque sus pastores se lo ord<strong>en</strong>aban desde <strong>el</strong> púlpito.Bi<strong>en</strong>; eso me sucedió porque, evid<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te, yo era uno de los que suponía que, estar bi<strong>en</strong> con<strong>el</strong> Señor y comportarme conforme a su corazón, se manifestaría con <strong>el</strong> amor, <strong>el</strong> cariño, <strong>el</strong> respeto y <strong>el</strong>apoyo de toda la g<strong>en</strong>te que inunda nuestras iglesias. Jamás pude imaginarme que la verdad, (Que es laque estamos <strong>ley<strong>en</strong>do</strong> aquí), era exactam<strong>en</strong>te la opuesta.¿Qué estampa de líder inconmovible ti<strong>en</strong>e Jesús de Nazaret, que pueda despertar la <strong>en</strong>vidia dehombres fuertes y rudos, prestos a <strong>seguir</strong> su ejemplo y mod<strong>el</strong>o ministerial? Ninguna. Todo nos haceparecer que Jesús no pudo lograr lo que vino a hacer a esta tierra.Sin embargo, todos sabemos que no es así, que Él hizo absolutam<strong>en</strong>te todo lo que su Padre le<strong>en</strong>cargó, que cumplió su misión hasta <strong>el</strong> último punto y que lo único que no pudo disfrutar fue d<strong>el</strong> amor y<strong>el</strong> reconocimi<strong>en</strong>to de sus paisanos. Tanto que, <strong>en</strong> <strong>el</strong> mom<strong>en</strong>to cumbre donde <strong>el</strong>los deberían habersejugado por Él y devolverle todo su amor, optaron por pedirle a Poncio Pilatos que liberara a Barrabás.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!