11.07.2015 Views

Pulsa aquí para seguir leyendo el libro en ... - La Web Cristiana

Pulsa aquí para seguir leyendo el libro en ... - La Web Cristiana

Pulsa aquí para seguir leyendo el libro en ... - La Web Cristiana

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

206Tiempo de Hablar; Tiempode Callar<strong>La</strong> música folklórica de mi país ofrece un abanico de perspectivas que, <strong>para</strong> <strong>el</strong> oído d<strong>el</strong>extranjero, puede resultar casi contradictorio. No es lo mismo una zamba rápida, casi cueca chil<strong>en</strong>a, ojota cordobesa española, cantada casi a los gritos por g<strong>en</strong>te d<strong>el</strong> norte nacional, que otra mucho másl<strong>en</strong>ta, cad<strong>en</strong>ciosa y <strong>en</strong>tonada con voz suave por cultores d<strong>el</strong> sur arg<strong>en</strong>tino.Esto, que traigo a cu<strong>en</strong>to por una simple cuestión evangélica, que nos ha <strong>en</strong>señado a buscarmod<strong>el</strong>os caseros y regionales con la finalidad de ilustrar conceptos, ti<strong>en</strong>e su <strong>para</strong>ngón con <strong>el</strong> tema quetratamos <strong>en</strong> este capítulo, por una s<strong>en</strong>cilla cuestión de interpretaciones de una misma realidad.El folklorista arg<strong>en</strong>tino norteño, sosti<strong>en</strong>e que <strong>el</strong> cantor que canta “bajito” (Es decir: muy suave)“ti<strong>en</strong>e miedo, o poca voz”, mi<strong>en</strong>tras que <strong>el</strong> sureño, declara que “aqu<strong>el</strong> que canta a los gritos, no escuchasu propio canto”. Dos formas de ver una misma cosa. Dos posiciones que no carec<strong>en</strong> de razón.Tan razonable como una misma opinión sobre las virtudes o defectos dialécticos de una persona.En nuestra sociedad ti<strong>en</strong><strong>en</strong> alto mérito las personas calladas, que hablan poco. Sin embargo, he oído amuchos extrovertidos asegurar que esas personas no hablan s<strong>en</strong>cillam<strong>en</strong>te porque no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> nada <strong>para</strong>decir, y que eso no es ningún mérito, sino defecto.No obstante, aqu<strong>el</strong>los que hablan mucho (Pert<strong>en</strong>ezco a esta franja), corremos <strong>el</strong> riesgo de hablarde más, lo que no debíamos, o fuera de tiempo y distancia aconsejable. Todo esto ha llevado a muchag<strong>en</strong>te a plantearse muy seriam<strong>en</strong>te: ¿Hablo o no hablo?No existe ese interrogante. Qui<strong>en</strong> permanece continuam<strong>en</strong>te mudo, termina por no podercomunicarse con nadie. No es tan cierto aqu<strong>el</strong>lo que se dice <strong>en</strong> cuanto a que qui<strong>en</strong> habla poco, cuandolo hace, no se equivoca. No van de la mano la l<strong>en</strong>gua y las neuronas.Para comunicarnos con nuestro prójimo, indefectiblem<strong>en</strong>te deberemos abrir nuestras bocas,mi<strong>en</strong>tras que <strong>para</strong> no t<strong>en</strong>er choques, roces, p<strong>el</strong>eas o difer<strong>en</strong>cias con nuestro prójimo, a vecest<strong>en</strong>dríamos que quedarnos un mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong> sil<strong>en</strong>cio.Por lo tanto, no veo otra solución a este dilema que, una vez más, recurrir a la Biblia. Salomón, alcual se le podrán discutir muchas cosas, incluida su probable o improbable salvación, pero no susabiduría, fue claro cuando dijo que hay un tiempo <strong>para</strong> hablar y un tiempo <strong>para</strong> callar. Será síntoma depreclara int<strong>el</strong>ig<strong>en</strong>cia, <strong>en</strong>tonces, <strong>en</strong>contrar <strong>el</strong> mom<strong>en</strong>to adecuado <strong>para</strong> cada cosa.Cierto periodista con <strong>el</strong> que alguna vez hablé y recibí sabios consejos que ayudaron <strong>en</strong> miprofesión, me dijo algo que, por su impacto contund<strong>en</strong>te y bastante real, marcó <strong>en</strong> parte un derrotero

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!