11.07.2015 Views

Pulsa aquí para seguir leyendo el libro en ... - La Web Cristiana

Pulsa aquí para seguir leyendo el libro en ... - La Web Cristiana

Pulsa aquí para seguir leyendo el libro en ... - La Web Cristiana

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

52Pero esto no concluye aquí. No sólo continúa <strong>en</strong>señándonos realm<strong>en</strong>te de todo, sino que <strong>en</strong> <strong>el</strong>mismo evang<strong>el</strong>io nos vamos a <strong>en</strong>contrar con más consu<strong>el</strong>o. Siempre desde la boca de Jesús, que según<strong>el</strong> propio Dios, es a qui<strong>en</strong> debemos oír.(2) En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho;voy, pues, a pre<strong>para</strong>r un lugar <strong>para</strong> vosotros.Alguna vez armé todo un completo estudio <strong>para</strong> <strong>en</strong>señar casi con exclusividad este pasaje, sobre<strong>el</strong> cual se habían tejido algunas historietas que estaban más empar<strong>en</strong>tadas con esos dibujitos de lanube y los hombrecillos de camisón tocando la lira que con la realidad de la Palabra.Sintetizando y como recordatorio si es que no lo has estudiado: ¿Adonde está por ir Jesús <strong>en</strong> lopráctico cuando habla con <strong>el</strong>los? Lo más inmin<strong>en</strong>te, es a la cruz. ¿Adonde v<strong>en</strong>ció a la muerte, clavó <strong>el</strong>acta de los decretos y humilló al infierno <strong>en</strong>tero? En la cruz.Esa es la morada que va a pre<strong>para</strong>r, no una casita <strong>en</strong> un ci<strong>el</strong>o inimaginable donde muchom<strong>en</strong>os podemos imaginar <strong>en</strong> que vamos a gastar nuestro tiempo de eternidad. ¿Acaso un ci<strong>el</strong>o calmo yaburrido cuando es la morada de un Dios tan dinámico? Una incoher<strong>en</strong>cia.Lo cierto es que de eso es que está hablando, de pre<strong>para</strong>rnos un sitio, un espacio, un lugar acada uno de nosotros los que creemos <strong>en</strong> Él y le hemos aceptado como Salvador de nuestras vidas, <strong>en</strong>su misma cruz.¿No lo crees? ¿No lo <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>des? Perdóname pero no puedo abundar <strong>en</strong> detalles que me haríanirme por las ramas, y no te voy a hacer perder más tiempo llevándote a la cita exacta, pero… ¿No hasoído que fuimos, (No que seremos, fuimos) crucificados conjuntam<strong>en</strong>te con Él? Ahí lo ti<strong>en</strong>es.(3) Y si me fuere (A la cruz) y os pre<strong>para</strong>re lugar, v<strong>en</strong>dré otra vez, (En Su Segunda V<strong>en</strong>ida), yos tomaré a mí mismo (Aquí sí es <strong>el</strong> arrebatami<strong>en</strong>to), <strong>para</strong> que donde yo estoy, (Glorificado por <strong>el</strong>padre) vosotros también estéis.Estas últimas palabras de Jesús están, indudablem<strong>en</strong>te, <strong>en</strong>tre las que más pot<strong>en</strong>cial de consu<strong>el</strong>oti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong> toda la Escritura. Porque fíjate que de los propios labios de Jesús, recibimos la promesainclaudicable de su retorno. No es ficción. No es imaginación. No es herm<strong>en</strong>éutica. No es voluntarismo.Él lo dijo, yo lo creo.En <strong>el</strong> contexto de este pasaje, Jesús está hablando de una clase, de un grado, de una calidad depaz especial, de un lugar y de una promesa. Allí es donde otorga <strong>el</strong> consu<strong>el</strong>o concreto. Nuestra paz estábasada <strong>en</strong> nuestra cre<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> Dios y <strong>en</strong> su Cristo.Sabemos y no dudamos que Él es digno de toda confianza y que nos ofrece una calidad tal depaz que, sobre <strong>el</strong>la, casi podríamos edificar nuestras vidas <strong>en</strong>teras. Por eso luego dirá que no es como<strong>el</strong> mundo la da. Porque es paz de ad<strong>en</strong>tro hacia fuera y no de afuera (Medicam<strong>en</strong>tos, rutinasori<strong>en</strong>talistas) hacia ad<strong>en</strong>tro.Y la última aseveración, es cierto, podría r<strong>el</strong>acionárs<strong>el</strong>a con ese ci<strong>el</strong>o al que todos los crey<strong>en</strong>tesesperamos ir <strong>en</strong> <strong>el</strong> día de la partida. Sin embargo, también podemos darle una mirada que vaya más alláde lo obvio y superficial.Entonces, allí nos <strong>en</strong>contraríamos con que, cuando Jesús dice que adonde Él iba a ir (la cruz)nosotros también estaríamos, eso corrobora y fundam<strong>en</strong>ta lo que antes te decía. Pero también habla deun estado <strong>en</strong> <strong>el</strong> ámbito espiritual donde, con accionar s<strong>en</strong>cillam<strong>en</strong>te nuestra fe, podemos llegar a su

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!