REGA – Vol. 1, no. 1, p. 5-20, jan./jun. 200416De todas maneras a pesar de ello, la incidenciadel gasto en el servicio de aguas y cloacas tiendea guardar correspondencia inversa con elnivel de los ingresos de los hogares, muy particularmente,como era de esperar, si sólo se consideranaquellos hogares que tienen acceso al servicio.Así, mientras en los primeros cinco decilesde ingresos correspondientes a la población demenores recursos tales gastos se ubican en tornoal 1,0% de sus ingresos, a partir del sexto decil <strong>sem</strong>anifiesta un claro y nítido sesgo decrecienteque guarda relación directa con los mayores nivelesde recursos que reflejan los mismos.De la lectura del Cuadro Nº 2 surge, asimismo,otra dimensión analítica no menos importanteque emana, en términos estadísticos, delas diferencias existentes entre la incidencia delgasto en el servicio de aguas y cloacas por decilesde ingresos según se trate, o no, de poblacióncon acceso a dichos servicios. Al respectopuede comprobarse que las mayoresbrechas se verifican en aquellos deciles de ingresosque agrupan a los sectores de menoresrecursos. Ello remite a la consideración de untema que hace a la propia esencia de los criteriosbajo los que se privatizó OSN: el proclamadoobjetivo de acceder a la universalizaciónde los servicios de agua y cloacas.Si bien no se trata de una problemática queafecte, directamente, las condiciones de distribuciónprogresiva o regresiva del ingreso,los resultados emergentes de la confrontaciónde la información referida a los años 1996-97,respecto a la anterior Encuesta de Gasto delos Hogares realizada por el INDEC (1985-86),no dejan de ser casi sorprendentes.Al margen de toda consideración de las asimetríasresultantes según quintiles de ingreso,mientras la cobertura en materia de agua potablese incrementó cuatro puntos porcentuales,la correspondiente al servicio de cloacas decrecióen tres puntos porcentuales; fenómenos quetienen la particularidad de verificarse –aunquecon distinta intensidad– cualquiera sea el quintilde ingresos que se considere.CUADRO Nº 3Cobertura de las redes de agua potable y cloacas en el AMBA, 1985-86 y 1996-97* (porcentajes)* En hogares agrupados en quintiles de ingreso per cápita familiar (IPCF).Fuente: FIEL, sobre la base de EGH, INDEC.De las múltiples inferencias que podríanextraerse del Cuadro Nº 3, cabe resaltar por lomenos dos de ellas. La primera, vinculada a laprestación del servicio de agua potable, es queel quintil de menores recursos de la sociedad,a pesar de tratarse del servicio “más privilegiado”en materia de expansión, continúa con casila mitad de la población involucrada sin accesoal servicio e, incluso, con un porcentaje pordebajo de la media en cuanto a la expansióndel mismo en términos relativos a la poblaciónsin cobertura total. La segunda, tan o mássignificativa que la primera, es que el acceso alservicio de cloacas (decreciente al cabo de undecenio) denota una clara regresividad, entanto los sectores más afectados se concentranen los dos quintiles de menores recursos de lasociedad.
AZPIAZU, D.Privatización del sistema de agua potable y saneamiento en el Área Metropolitana de Buenos Aires...4. El Sr. J.T. Winpenny hace referencia alos incrementos de costos de la concesionariaasociados a situaciones imprevistas, aunantes del abandono de la convertibilidad(“Obviously, for a given or assumed rate ofreturn, any increase in costs has to come fromuser revenues, there is no question of “subsidising”investments”).Así, el análisis del comportamiento de loscostos, en general y, muy particularmente,de los operativos de AASA (tanto en términosabsolutos como relativos), permite extraeruna serie de inferencias de particularsignificación; más aún si se las vincula conlas posibles fuentes de las rentabilidades deprivilegio que ha venido internalizandoAASA desde que tomó a su cargo la prestacióndel servicio.En correspondencia con las profundasmodificaciones en los propios criterios regulatoriosde la concesión, la operatoria de laempresa ha venido relevando cambios nomenos significativos en la evolución de suscostos y, en particular, en la configuraciónde los mismos. Al respecto, un primer e insoslayableseñalamiento es que durante elprimer ejercicio operativo (en realidad, ochomeses de gestión), los costos totales superabanen un 3,8% a los correspondientes ingresos(Cuadro Nº 4). De allí en más, a favorde las recurrentes renegociaciones contractuales(en especial, en materia tarifaria) talsituación no se volvió a repetir e, incluso, enel último ejercicio anual previo a la sanciónde la Ley de Emergencia Económica Nº25.561, los costos totales representan pocomás de las dos terceras partes de los ingresosde la empresa.CUADRO Nº 4Evolución de los costos como porcentaje de los ingresospor servicios de AASA, 1993-2001 (porcentajes)Fuente: Área de Economía y Tecnología de la FLACSOsobre la base de información de las Memorias y Balancesde Aguas Argentinas S.A.De todas maneras, tan o más importante queese fenómeno es el que se deriva de las profundasmutaciones operadas en la conformaciónde los costos de la empresa. Así, por ejemplo,los de explotación, que en 1993, representabancasi las tres cuartas partes de los ingresos, en elaño 2001 no llegan a alcanzar al 40% de la facturación.En contraposición, y en el marco deesa profunda retracción en la incidencia globalde los costos respecto a los ingresos de la concesionaria,los gastos de administración incrementaronsu gravitación agregada en casi cuatropuntos porcentuales, respecto a una decrecienteincidencia agregada de los costos respectoa la facturación de la empresa.Una visión complementaria surge del análisisde la información presentada en el CuadroNº 5, donde sólo se considera la conformaciónde los gastos empresarios al margende su gravitación en los respectivos ingresos ycon una apertura que facilita la interpretaciónde parte importante de tales mutacionesen la estructura de los costos.<strong>17</strong>CUADRO Nº 5Estructura de los gastos de AASA, 1994-2001 (porcentajes)Fuente: Elaboración propia sobre la base de información de las Memorias y Balances de Aguas Argentinas S.A.
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