D I S C O SJ. L. TURINA-VARIOS100J. L. TURINA:Concierto para piano y orquesta.GUILLERMO GONZÁLEZ, piano. Conciertopara violín y orquesta. VÍCTOR MARTÍN,violín. ORQUESTA SINFÓNICA DE TENERIFE.Director: VÍCTOR PABLO PÉREZ.COL LEGNO WWE 20241. DDD. 68’10’’.Grabaciones: Las Palmas de Gran Canaria,IX/1989; I/2000 (en vivo). Productor: WulfWeinmann. Ingenieros: Antonio Miranda y MartinCompton.Distribuidor: Diverdi. N PNA partir de la idea de la “imposibilidadsinfónica del piano”, concepto de Turinaque se refiere a la disparidad tímbricaentre el piano y la orquesta (esto es, a laimposibilidad de fusión y confusiónentre los timbres de la orquesta y el piano,que, necesariamente, siempre destacaráy su lugar es el del solista), esteautor plantea una obra en la que elenfrentamiento propio del género concertantees su principal característica.Aun así, el oyente percibirá cómo Turinaintenta acostumbrarnos desde el mismoinstante en que empieza la obra a timbresorquestales sutiles que permitenque los distintos instrumentos y seccionesde la orquesta parezcan uno sólo,como si de los distintos registros de uninmenso órgano se tratara. No es hablarpor hablar, escúchenlo: verán que unasecuencia empieza en un instrumento ytermina en otro, y todo ello resulta tanlógico como si de pasar del más profundode los graves del piano al más cristalinode sus agudos se tratara, casi almodo de juegos de colores que se mezclan.Igualmente pasa con las texturas,que se densifican y se simplifican en laorquesta por un lado y en el piano porotro. Así pues, la brillantez y el virtuosismose halla tanto en la parte solista(excelentemente defendida por González,como en él es habitual, con esebuen gusto que le caracteriza en cualquierrepertorio) como en la orquesta(con Víctor Pablo Pérez a la batuta, quees toda una garantía). Junto a esta composiciónbastante reciente (de entre1996 y 1997) encontramos otro conciertocon el violín en la parte solista, una obraque viene a ser una especie de resumende la actividad creativa en cuanto a planteamientosy procedimientos de su autordatada en 1987. Aquí la idea del enfrentamientopersiste, pero esta vez seenfrentan “el ruido” (la orquesta, con unsignificativo inicio a cargo de la percusión)y “la música” (representada por elviolín). Atonalidad más o menos libre,con acercamiento al dodecafonismo yalgunas tentativas tonales explican sulenguaje. La versión es excelente, conVíctor Martín haciendo cantar a su instrumento,a veces en medio de un paisajesonoro tenso y angustioso.J.P.www.scherzo.esVIVALDI:Concierto para violín, cuerdas ycontinuo en fa mayor RV 292.Concierto para violín, órgano, cuerdasy continuo en fa mayor RV 542.Concierto para violín, cuerdas ycontinuo en re mayor RV 212 “fatto perla Solennità della S. Lingua di S.Antonio in Padova”. Concierto paraviolín, violonchelo, órgano, cuerdas ycontinuo RV 554a. Laudate pueriDominum RV 600. Salve Regina RV617. MHAIRI LAWSON, soprano; ADRIANCHANDLER, violín; SARAH MCMAHON,violonchelo; ROBERT HOWARTH, órgano.LA SERENISSIMA. Director: ADRIAN CHANDLER.AVIÉ AV 2063. DDD. 79’56’’. Grabación:Salehurst, XI/2004 . Productor e ingeniero: SimonFox-Gál. Distribuidor: Gaudisc. N PNNuevo disco vivaldiano del conjuntodel joven violinista británico AdrianChandler. La soprano Mhairi Lawsoncanta un par de obras bien conocidasdel veneciano con impecable línea, elegancia,frescura y notable dominio de lasagilidades, de lo que es magnífica pruebael Amen del Laudate pueri o el primernúmero de la Salve Regina, cuyosingular carácter, con un violín obligadoen el acompañamiento, es convenientementeresaltado en una interpretaciónmuy íntima y delicada, que combinaacertadamente refinamiento y teatralidad(ese agitado y palpitante Ad te clamamus),aunque Lawson resulte menosconvincente en un Eja ergo acaso demasiadoenfático. Espléndido siempre elviolín ágil y brillante de Chandler, queda muestras de efervescente virtuosismoen los conciertos, especialmente en lascadencias del RV 212, una reconstruccióndel propio violinista británico. Sonversiones moderadas en contrastes, dearticulaciones precisas y ágiles, conacentos bien marcados, pero no agresivosy suficientemente claras, sobre todo,si tenemos en cuenta que son dieciséislos instrumentistas de La Serenissima.Como empieza a ser habitual en muchosotros conjuntos historicistas enfrentadosa Vivaldi, diapasón en 440.P.J.V.WEINGARTNER:La tempestad (obertura y suite).Serenata para orquesta de cuerdas.Sinfonía nº 4 en fa mayor op. 61.ORQUESTA SINFÓNICA DE BASILEA. Director:MARKO LETONJA. CPO 777 098-2. DDD. 67’49’’.Grabación: Basilea, VIII-IX/2003. Productores:Burkhard Schmilgum y Rolf Grolimund. Ingeniero:Andreas Werner. Distribuidor: Diverdi. N PNTras el primero (véase SCHERZO nº 197,pág. 103), el segundo volumen de la integraldedicada a Felix Weingartner (1863-1942) por la orquesta cuya titularidaddesempeñó durante sus últimos quinceaños de vida incluye como pieza mayorla Cuarta Sinfonía, compuesta en 1916.Calificada extraoficialmente de “bucólica”por el propio autor, me he impuesto unadecena de audiciones antes de atrevermea juzgar como inconmensurable la distanciaque la separa de sus dos modelosinmediatos, la Sexta de Beethoven y laSegunda de Brahms. Si una merece calificarsede “música de director”, esta desdeluego es una candidata muy cualificada.Con acaso y apenas el Comodo, graziosoque hace las veces de <strong>Scherzo</strong> como elmovimiento con algo más de interés, elresto es en su impenitente optimismo tanprevisible como por ello mismo aburrido.Teniendo en cuenta la obra a la que vadestinada (quiere decirse que no puedeaspirar a una vida musical independiente,como sucede con El sueño de una nochede verano de Mendelssohn), la músicaincidental para La tempestad de Shakespearey, paradójicamente por la modestiade sus pretensiones, la juvenil Serenatapara orquesta de cuerdas resultan bastantemás satisfactorias por el superior ajusteentre medios y fines que presentan. Larecomendación es sólo entusiasta paralos interesados en rellenar esta laguna delrepertorio, pues nada de lo antedichoempaña la magnífica labor que vuelven adesarrollar la orquesta y su director.A.B.M.XENAKIS:La legende d’Eer. GÉRARD PAPE, realizaciónelectrónica.MODE 148. DDD. 47’04’’. Grabación: París,VI/2004. Productor: Brian Brandt. Ingeniero:Gérard Pape. Distribuidor: Diverdi. N PNSólo quince obras de Xenakis están elaboradascon medios electroacústicos.Tan reducido número de opus quizáspueda extrañar en un compositor quetanta influencia ha ejercido en este campoa partir de su pieza Diamorphoses, de1957; pero esa influencia no se ha debidotanto a la insistencia del compositoren ese terreno como a la contundenciade su aportación, con obras que son verdaderoshitos de la electroacústica, comoConcret PH, Orient-Occident o la salvajey ciclópea Bohor. El mérito de Xenakis,además, ha consistido en saber aprovecharlas ocasiones en las que ha podidoexponer sus obras en un espacio ideal,como lo fueron en su momento los Polytopes,en donde el autor daba riendasuelta a su sueño de combinar sonido,arquitectura y espectáculo de luces. Masno es menos cierto que, a partir de contarcon la posibilidad de difundir susobras electrónicas en espacios creados alefecto, la calidad de las propuestas bajabastantes enteros en relación con la voráginesonora de las obras iniciales, sinduda de calidad irrepetible, pues son,también, fieles transposiciones de lasconquistas de Xenakis en el campo de lamúsica orquestal (Metastaseis, pero sobretodo Pithoprakta, Syrmos y Terretektorh).Con el primer Polytope, el de Montreal,de 1967, que es un espectáculo de luzy sonido, y los Polytopes de Cluny y, posteriormente,el Diatope exhibido en laexplanada del Centro Pompidou de Parísen 1978, el sonido de masas de Xenakispierde algo de pujanza, probablementeporque el autor es consciente de que undiscurso mucho más amplio, con una
D I S C O SJ. L. TURINA-VARIOSduración generosa, exige demasiado aloyente. La música resultante de estaLégende d’Eer, que pertenece al cicloDiatope de París, fluctúa entre el sonidogranulado, el sonido-ruido y la variaciónde texturas propia del discurso instrumental,aprovechando aquí Xenakis elsonido de las guimbardas africanas y delos buzumis japoneses. La división entres partes, con una exposición, desarrolloy lenta disolución del material, ayudaa situarse al receptor, al que, por supuesto,le falta en el CD el componentevisual, tan necesario en este tipo deexperiencias. El CD, no obstante, restituyesatisfactoriamente el complejo entramadosonoro original. Toda la génesis dela obra, más un detallado análisis de sussecciones, viene espléndidamente servidoen un libreto modélico, firmado porMakis Solomos, uno de los expertos enla obra del músico greco-francés. Ahí sepodrá leer uno de los textos que da pie ala obra, La leyenda de Er, tomada delfinal de La República de Platón. Es unarareza que Xenakis se base tanto en textosliterarios como en esta composición(originales de Platón, pero también deJean-Paul, Pascal y Hermes Trismegisto),pero eso sin duda se entiende si consideramosque estamos ante un Xenakis quebusca una fusión o síntesis entre lasartes: música, espacio arquitectónico,tecnología, imágenes y texto.F.R.RECITALESRENÉE FLEMING. Soprano.Canciones sacras. SUSAN GRAHAM, mezzo.LONDON VOICES. REAL ORQUESTA FILARMÓNICA.Director: ANDREAS DELFS.DECCA 475 6925. DDD. 58’51’’. Grabación:Londres, IV/2005. Productor: Chris Hazell.Ingeniero: Tom Lazarus.Distribuidor: Universal. N PNUn menú curioso sostiene al presentecompacto, donde se unen obras con textoslitúrgicos de Bach y Bach-Gounod,Schubert, Mozart, Franck, Fauré y Poulenc,junto con arias de oratorios deHaendel y Berlioz, y un dúo de Hansel yGretel de Humperdinck.En todas ellas luce la previsible suntuosidadvocal de Fleming, su esmalte entodos los registros, la generosidad delcaudal y la extensión y un natural glamoursonoro, cualidades dignas de ladiva sopranil de nuestros días. Flemingcanta con seguridad y resuelve las alturasy las agilidades con señorío. Como intérprete,en este caso, no excede una buenalectura, ni demasiado atenta a las intencionesni demasiado variada en los estilosy las épocas. La orquesta secundacon corrección, al igual que la masa coraly la pasajera intervención de Graham.B.M.VARIOSJordi SavallARTE DE LA FOLÍAALTRE FOLIE. 1500-1750. Obrasanónimas y de Cabezón, Mudarra,Ruffo, Piccinini, Falconiero, Playford,Corbetta, Sanz, Corelli, Cabanilles,Albicastro, Murcia y Vivaldi. HESPÈRIONXXI. Director: JORDI SAVALL.ALIA VOX AV 9844. DDD. 77’15’’. Grabación:Cardona, III y VI/2005. Productor: NicolasBartholomée. Ingeniero: Nicolas de Béco.Distribuidor: Diverdi. N PNSegundo disco que dedica Savall en AliaVox a obras construidas sobre el bajo dela folía, danza portuguesa documentadaya en el siglo XV y que a través de Españase introdujo en Europa, generandodurante el Renacimiento y el Barrocouna amplísima producción instrumental.Al frente de Hespèrion XXI, el director yviolagambista español se encuentra aquíen su salsa, pues las posibilidades quemuchas de estas obras ofrecen paraescoger las instrumentaciones y paraofrecer interpretaciones con un alto margende improvisación se ajustan especialmentebien a los intereses y el estilode Hespèrion XXI.Junto al célebre tratamiento que dela folía hicieron Corelli y Vivaldi (la Op.5, nº 12 de Corelli ya apareció en elanterior disco, aunque entonces fue conel propio Savall de solista a la viola yahora es el violinista Manfredo Kraemerquien ofrece la versión original de lapieza), el CD recoge algunas obras parainstrumentos de cuerda pulsada (entreellas, la famosa Fantasía X de Mudarra,que interpreta al arpa Arianna Savall, asícomo piezas de Piccinini, Corbetta, Sanzy Murcia, que toca Rolf Lislevand), otraspara clave solo (Storace y Cabanilles)tocadas por Michael Behringer y el restopara formaciones variables, entre el trío(Sonata poco conocida pero soberbiade Albicastro o una Division de JohnPlayford) y el sexteto. Las versiones tienenel impulso rítmico, la sensualidadtímbrica, la calidez, la cercanía y el sentidoimprovisatorio caros a Savall, quiense rodea de un equipo magnífico, entrelos que se cuentan algunos jóvenesvalores de la música antigua española,como el gambista Fahmi Alqhai, la violonchelistaMercedes Ruiz, el contrabajistaXavier Puertas o el clavecinista yorganista Carlos García-Bernalt. En cualquiercaso, el peso del CD recae fundamentalmentesobre la viola de Savall ysobre el violín de Kraemer (con MauroLopes de segundo violín en las folías deVivaldi y Falconiero), que imprimen atodas las obras su sello personal, marcadopor las articulaciones ágiles, la flexibilidadrítmica, los ataques y los acentosimpetuosos y la exuberancia ornamental.Magnífico en general todo el CD,aunque si tuviera que elegir me inclinaríapor destacar la sorprendente Faronell’sDivision de Playford y su estimulantemezcla tímbrica y la Sonata deAlbicastro, de figuraciones interminablesen un violín que recorre una y otravez arriba y abajo su completa tesituraapoyado con solidez en un continuoexcepcional.Pablo J. Vayón101