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203 Dic - Scherzo

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D I S C O SJONGEN-MOZARTque han perdido mucho del encanto queacaso tuvieron, como la Suite ‘Protée’,como la Suite Provençale, como la Suitefrançaise. Pero no es desdeñable escucharese registro neoyorkino de 1946dirigido por el propio Milhaud. Estedoble álbum sirve para rememorar en susalsa el ambiente sonoro de cuando Milhaudparecía uno de los indiscutibles.Hoy, más de treinta años después de sumuerte, ha menguado bastante. Quedanalgunas obras de gran interés, y dentrode las obras menos interesantes algunosmomentos, ideas y movimientos magníficos,como la Britania o la Alsacia-Lorenade la Suite francesa y no pocas más. Milhaudhuyó del romanticismo y de laherencia “impresionista”. Le salió bien lacosa en la inspiración brasileira o inclusoligera. Curiosamente, le sale muy biencuando regresa a algo parecido a aquellasdos. Esta antología permite comprobarlo,o al menos reflexionar sobre ello.Porque son registros “de entonces”.S.M.B.Maria João PiresCANTA EL PIANOMOZART: Integral de las Sonataspara piano. Fantasías K. 475 y K. 397.Rondós K. 485 y K. 511. MARIA JOÃO PIRES,piano.5 CD BRILLIANT 92733. DDD. 59’09’’, 63’37’’,66’10’’, 65’56’’ y 66’35’’. Grabación: Tokio, I-II/1974. Distribuidor: Cat Music. R PEBrilliant Classics recupera, a precio deorillo, el ciclo mozartiano que Pires grabópara Denon a mediados de los 70. Acosta del ahorro en algunas repeticiones,el ciclo ocupa 5 CDs frente a los 6 quecomponen su segundo registro para DG,y ello pese a que este último no ofrecelos Rondós K. 485 y 511, ni la FantasíaK. 397. A cambio, la toma sonora, entodo caso notable, no alcanza la presencia,anchura dinámica y espacialidad dela de DG, registrada en 1989-90. En cualquiercaso, la ocasión la pintan calva: laportuguesa lleva la música de Mozart enlas venas, y el ciclo que ahora se ofrecees sencillamente primoroso (como lo fueel segundo). Una delicia de elegancia,gracia, articulación cristalina, claridad deexposición (con un medidísimo pedal) ycuidadísima, formidable diferenciaciónde las inflexiones de fraseo y acentuación.En suma, cualquier cosa menos unMozart cuadrado. La esencia de lo quePires consiguió en su segundo ciclo yaestá presente en éste, incluso el atípico(por inhabitual) tempo del Allegretto allaturca en la K. 331, que en sus manosadquiere el carácter de un delicioso,nada arrebatado juego. La forma de cantarque tiene esta mujer en esta músicaes impagable, por lo que toda ocasiónde acercarse a estas interpretaciones aeste precio no debe desperdiciarse. Hayen la discografía otras notabilísimasaportaciones, en su modo muy atractivas,desde Barenboim (EMI) a Gieseking(mismo sello), pasando por la soberbiade Brendel (Philips, en curso), peroestos dos ciclos de Pires son, insisto, unamaravilla. Y cuando a uno le ofrecen unmanjar como éste a precio de ganga,pues ya se sabe lo que toca: a por él sindudarlo.Rafael Ortega BasagoitiMark Steinberg y Mitsuko UchidaMOZART POR LOS CUATRO COSTADOSMOZART: Sonatas para piano y violínen do mayor K. 303, en mi menor K.304, en fa mayor K. 377, en la mayorK. 526. MARK STEINBERG, violín; MITSUKOUCHIDA, piano.PHILIPS 475 6200. DDD. 70’36’’. Grabación: VI-VII/2004. Productor: Andrew Cornall. Ingeniero:Everett Porter. Distribuidor: Universal. N PNDos sonatas de las Palatinas (1778),una de las Aurnhammer (1781) y otrade las Vienesas (1784-1788) ofrecen unpanorama muy cabal no únicamente dela capital contribución de Mozart a unode los géneros que con craso error latradición considera en él menor, sino dela evolución de su genio en la últimamás que larga década prodigiosa de suvida. Y ello es especialmente así en lasextraordinarias versiones conseguidaspor Steinberg y Uchida. El violinista esestupendo porque posee el color sonoro,la ductilidad de fraseo, la precisiónen la digitación y el control de la dinámicaperfectos, además de una inteligenciamucho más que suficiente parasólo en muy contados pero especialesmomentos cargar moderadamente lastintas con un vibrato fugaz. La maravillade las maravillas la aporta, sin embargo,una pianista de excepción. Dotada enun grado quizá sólo compartido porMaria João Pires de aquella graciamozartiana que, sin la más mínima pérdidade caudal, siempre encauza el discursohacia el equilibrio entre el refinamientocantabile y una emotividad quepuede llegar a ser incluso prerromántica,los principios de buen gusto ymoderación expresiva nunca se ven nisiquiera remotamente amenazados.En la difícil selección entre los innumerablespasajes en que se podríanconcretar los elogios generales, no puedenfaltar, de la K. 304, el dramatismoSturm und Drang del primer movimiento,ni la deliciosa nana del trío delsegundo; de la K. 377, la sorpresa dedescubrir a Mozart como inventor deltango en la segunda parte de la segundavariación del segundo movimiento(pista 2, 3’22’’), ni la pertinencia conque se negocia desde la tercera a laquinta el arco de tensión (y de volumen);de la K. 526, el eficaz contrasteque se consigue entre la meditación delAndante y la fogosidad del Presto.Ninguna de estas obras figuraríaprobablemente en ninguna lista de lasque hacen de Mozart uno de los másgrandes compositores de la historia,pero todas ellas desbordan Mozart porlos cuatro costados cuando cuentan conintérpretes adecuados. Como estos, porejemplo.Alfredo Brotons Muñoz91

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