D I S C O SREEDICIONES1953 y 1955, este último con el añadidode Finlandia). Interpretaciones brillantese intensas, dramáticas y contrastadas,concentradas y de atractiva sonoridad(aquí sí) que se vería mejorada aunqueno superada por sus grabaciones posterioresen Berlín para DG. Magníficas versiones,de convincentes enfoques interpretativos,flexibles, controladas e imaginativas,de lo mejor de este lanzamiento.Otra indiscutible marca de la casa: eldoble álbum Richard Strauss (Don Quijote,Vida de héroe y Sinfonía doméstica)con la Filarmónica de Berlín y Rostropovichde solista en el primero de los citados(76903, grabaciones de 1973-1975).Poco que añadir a las consabidas claridad,variedad de acentos, lujo sonoro ytono arrebatado de la batuta para estospoemas sinfónicos, de los que siemprefue un consumado recreador. El discode Valses y polcas de los Strauss con laFilarmónica de Viena (76879, grabacionesde 1946-1949), de transparencia,colorido y refinamiento únicos, merecefigurar en el Olimpo de toda la abundantediscografía dedicada a Johann II yJosef Strauss: Karajan amaba estas músicasque eran para él verdaderas afinidadeselectivas dentro de su extenso repertorio,y aunque Clemens Krauss e inclusoBoskovsky eran más idiomáticos y deun encanto muy especial, hay que escuchardetenidamente el CD que secomenta para saborear los valses y polcastocados por esta orquesta única a lasórdenes de esta distinguida, elegante,ligera y brillante batuta.Wagner, Chaikovski, clásicos popularesDisco no demasiado conseguido eldedicado a páginas orquestales de Wagnercon la Filarmónica de Berlín (yacomentado en la edición anterior deGrandes Grabaciones del Siglo), es decir,como siempre estamos ante un productoperfectísimo y de un refinamiento exageradoque en ocasiones llega a cargar. Esopor un lado, porque por el otro la contundenciay brutalidad son desmedidas(obertura del Holandés errante). Estaspáginas, grabadas por todos los directoresimportantes y de las que existenmiles de opciones en la fonografía, noson desde luego el mejor legado sinfónicode Karajan (76896, grabaciones de1974). Sin embargo, las tres suites balletísticasde Chaikovski (Lago de los cisnes,Bella durmiente y Cascanueces) con laPhilharmonia, están maravillosamentetocadas y expuestas, posiblemente lasmás atractivas de las tres veces que lasgrabó (76899, grabaciones de 1952 y1959). El CD de clásicos populares essensacional, lo mismo el Vals de los patinadores(Waldteufel), que España (Chabrier),o que la obertura de Orfeo en losinfiernos (Offenbach) o la de Caballeríaligera (Suppé), por no hablar de páginasdiversas de Leoncavallo, Borodin, Berliozo Weinberger, el conjunto es una magníficamuestra del talento de Karajan paraesta música ligera que en sus manos suenaviva, brillante, refinada, elegante eimpecablemente tocada, en todos loscasos con la Philharmonia (76900, grabacionesde 1958-1960).En fin, atractiva colección, de excelentesonido, magníficas reconstruccionesen los casos de las grabaciones antiguas,buenos artículos y correcta presentación,con algunas fotos del director untanto estomagantes (pilotando un helicóptero,con un automóvil deportivo,una avioneta, un yate, etc.), que detodas formas son un mal menor dentrode la colección. En conjunto, todo tieneinterés (en algún caso, como el de Wagner,haciendo un esfuerzo), aunque parael que suscribe, Novena de Beethoven,Cuartas de Schumann y Brahms, algúnMozart, todo Sibelius, todo RichardStrauss, el CD de Valses y polcas y losclásicos populares merecen la minuciosaatención que siempre demanda estegran director en sus horas altas.Enrique Pérez Adrián70The Harmonia Mundi Mozart EditionMOZARTIANAHarmonia Mundi ha seleccionadovarias grabaciones de su fondo decatálogo, algunas de ellas muyrecientes, para poner en marcha su particularEdición Mozart, de cara a lasinminentes celebraciones del año 2006,caracterizada por una lujosa presentacióncon formato de libro-disco.La primera entrega, consistente encinco ejemplares, presenta interpretacionesen general de gran altura y conceptosmuy modernos del estilo mozartiano.Empezando por la ópera, la lectura deRené Jacobs de Così fan tutte (HMX2961663.65, grabación de 1998), conVéronique Gens (Fiordiligi), BernardaFink (Dorabella), Werner Güra (Ferrando),Marcel Boone (Guglielmo), PietroSpagnoli (Don Alfonso) y GracielaOddone (Despina), con el Kölner Kammerchory Concerto Köln, aporta unavisión cortante, nerviosa e infatigable. Ladirección de Jacobs saca a la superficiemuchos recovecos psicológicos de óperatan compleja, sin por ello perder de vistael hilo de la cruel comedia, pero comediaal fin. Versión siempre muy personalque consigue involucrar al máximo a loscantantes.No puede haber una Edición Mozartque se precie si no contiene el Réquiem,aquí junto al Kyrie K. 341, por SybillaRubens, soprano; Annette Markert, contralto;Ian Bostridge, tenor; HannoMüller-Brachmann, barítono, con LaChapelle Royale, el Collegium VocaleGent y la Orquesta de los Campos Elíseos,dirigidos por Philippe Herreweghe(HMX 2961620, grabación de 1996). Laversión cuenta con un soberbio trabajocoral, una exposición de planos muylimpia y un equilibrio global muy medido,si bien todo ello un tanto en detrimentodel factor dramático. Los cantantes,en especial Bostridge, están magníficos.La dirección de Herreweghe sobresaleen el subrayado rítmico y la atencióna los elementos contrapuntísticosde la escritura mozartiana.El propio Herreweghe se pone alfrente del grupo de viento de la mismaorquesta, la Harmonie de l’Orchestre desChamps-Élysées, para recrear las Serenatasnºs 10 “Gran partita” y 12 “NachtMusique” (HMX 2961570, grabación de1995). Las versiones son deliciosas, aunquelas contribuciones instrumentalesdestaquen probablemente más en lossolos —señaladamente el primer oboe yel primer clarinete— que como conjuncióntímbrica total.También incide en el género de laserenata el muy reciente disco deAndrew Manze y The English Concert,en el que se mezclan los favoritosmozartianos con las rarezas: Eine kleineNachtmusik K. 525, Adagio y fuga en domenor K. 546, Minueto y trío en domayor K. 485a, Serenata en re mayor K.239 y Una broma musical K. 522 (HMX2967280, grabación de 2003). Inclusouna obra tan tocada como la Serenata K.525 suena distinta en manos de Manze;el Adagio y fuga K. 546 queda expuestocon tensión mantenida. El Minueto y tríono pasa ciertamente de ser una curiosidad,pero la Serenata K. 239 cobradimensiones poco menos que sinfónicasy derivaciones concertantes. La Bromaes “música pésima” deliberada, mas aManze le faculta para indagar en lasdisonancias y en los efectos tímbricos,que resultan en su interpretación especialmenteefectivos.El disco que contiene las interpretacionesde menor interés es el del Quintetocon clarinete y el Trío para piano,viola y clarinete, por Michel Portal, clarinete;Régis Pasquier y Roland Daugareil,violines; Bruno Pasquier, viola; RolandPidoux, chelo; y Jean-Claude Pennetier,piano (HMX 2961118, grabación de1983). Lo mejor se encuentra en lasintervenciones del propio clarinetista,pero sus colegas no están todos a la mismaaltura, sobre todo el violonchelista,de sonido muy ahogado.Enrique Martínez Miura
D I S C O SREEDICIONESEMI Great Recordings of the CenturyLOS MEJORES DE LA CASADecimocuarto lanzamiento de estaexcelente colección con diez interesantesdocumentos que sesuman a los 150 ya publicados y quecontinúan dando a conocer lo más interesantee importante del inagotable sellobritánico. Vamos por orden alfabético decompositores; en primer lugar comenzamospor la Misa en si menor de Bach enla versión que Klemperer grabó en 1967con un envidiable elenco vocal: Giebel,Baker, Gedda, Prey y Crass más losCoros de la BBC y la New Philharmonia(4 76184 2). Naturalmente que no es unalectura para todos los gustos en elaspecto estilístico, ya que suele ser consideradacomo el final de una época. Enel libreto se dice que Klemperer erahombre de fe que, como Bach, habíaexperimentado numerosas creencias:judío educado en el protestantismo de laAlemania del Norte, había abrazado elcatolicismo romano a los treinta y tresaños para finalmente volver al judaísmoen 1967. Ya dijimos en la edición anteriorde esta versión que su conceptoarquitectónico y objetivo de Bach eraalgo distinto de los enfoques románticos,utilizando aquí un coro de 48 vocesy otros tantos instrumentistas entre losque se encontraban el órgano, el chelo yel fagot para el continuo. El tratamientode la obra es profundamente reflexivo,dramático y emocionalmente muy intenso.No obstante, nos parece más acertadala reciente y magnífica versión deCelibidache (también EMI), aunque éstecarecía del soberano equipo vocal quepodemos escuchar en esta versión (elAgnus Dei cantado por Janet Baker esuno de los momentos más grandes detoda la fonografía). En suma, para losque no se conformen sólo con la filología:una concepción imponente, catedralicia,soberbiamente realizada y distanciadade lo políticamente correcto eninterpretación barroca. Aun así, merecela mayor de las atenciones.Con las Sonatas y Partitas para violínsolo (4 76808 2), también de Bach, tenemosotro ejemplo similar: Itzhak Perlmanlas grabó entre los años 1986 y 1987 conun estilo, si no totalmente ajeno a lasnuevas corrientes, sí muy claramenteinclinado por los patrones tradicionales,aunque su destreza técnica, brillantez,fuerza estructural e inmensa amplitudarrastrarán y convencerán a cualquiera.El libreto nos cuenta que Perlman tocacon dos violines, un Guarnerius del Gesù“Ex-Sauret” de 1740 y un Stradivarius“Soil” de 1714, este último para las Sonatasen la menor y en do mayor. Si bienestas aproximaciones son irreprochablesen cuanto a técnica y musicalidad, fueradel código barroco el gusto del firmantese decanta antes por Milstein o Szeryng(ambos DG), siempre teniendo en cuentael altísimo magisterio desplegado porPerlman en estas magníficas grabaciones.Otro álbum sensacional es el quenos trae los Últimos Cuartetos de Beethovenen la interpretación del CuartetoAlban Berg (3 CD 4 76820 2) en grabacioneshechas en vivo durante el mes dejunio de 1989 en la Konzerthaus de Viena:excelente planificación, exactitud enlos ataques, sutil dinámica e incisividadtímbrica son características primordialesde estas versiones, exponiendo demanera ejemplar el complejo entramadopolifónico que hace plena justicia a estasobras visionarias, todo ello con un sonidomuy cálido (aunque a veces tambiéncasi expresionista, por ejemplo en laimponente Gran fuga) que atraerá y fascinaráa cualquiera que se acerque aestas versiones. Al nivel de los mejores,es decir, a gusto del firmante, CuartetoItaliano (Philips), LaSalle (DG) o el primitivoCuarteto Húngaro (EMI, 1953), yademás, magníficamente grabados.Imprescindibles.No dejamos a Beethoven, ya que elsiguiente CD son los Conciertos Cuarto yQuinto por Emil Gilels y la Philharmoniadirigida por Leopold Ludwig en grabacionesde 1957 (4 76828 2), dos registrosdebidos al infalible olfato de Walter Leggey en los que encontramos al eminentepianista soviético en estado de gracia,de un color, transparencia y perfeccióntécnica superlativa. Ludwig acompañamuy bien, y el conjunto es, a pesar deltrilladísimo repertorio, de inestimablevalía: música, sólo música, creada sin elmenor exceso o estudiada originalidad,una de las más bellas contribuciones a lafonografía de este gran pianista que grabótres veces el ciclo de los Conciertosde Beethoven.El estilo cambia por completo en elsiguiente álbum, ya que nos trae la versióncompleta que Simon Rattle grabóde Porgy and Bess, de Gershwin, en1988 con la Filarmónica de Londres y undestacado y competente grupo de cantantes:Willard White, Cynthia Haymon,Harolyn Blackwell y Damon Evans enlos principales papeles, más una largalista de experimentados cantantes-actoresque bordan sus respectivos cometidoscon suma eficacia y convicción araudales (EMI también filmó en películaesta ópera, sirviendo de banda sonora lapublicación que ahora se comenta. Disponibleactualmente en DVD). Rattledirige con emoción, sensualidad y brillanteexuberancia rítmica, capta perfectamenteel peculiar lenguaje del autor ysabe extraer la esencia jazzística de estamúsica con juvenil dinamismo. La Filarmónicade Londres se pliega como unguante a sus exigencias, los cantantesson magníficos (soberbio Willard White)y el conjunto supera sin dificultad asu otra competidora más célebre, ladirigida por Lorin Maazel para Decca(todavía pendiente de su trasvase aCD), bien grabada e interpretada peromás académica y sin esa inspirada chispaque atrae irresistiblemente en estaversión que comentamos. Extraordinariosonido y libreto con el texto de laópera sólo en el idioma original.Volvemos a los clásicos, Mozart enesta ocasión, con un precioso disco dearias de óperas (Il re pastore, Idomeneo,Rapto en el serrallo, Bodas de Fígaro,Don Giovanni y Flauta mágica) cantadaspor Elisabeth Schwarzkopf en losprimeros años de su carrera después dela Segunda Guerra, con la Philharmoniadirigida por Pritchard (9) y Braithwaite(1), y la Filarmónica de Viena con Krips(3) y Karajan (1) (4 76844 2, grabacionesde 1946-1948 y 1952). Ya es sabido queSchwarzkopf aportó a sus papelesmozartianos “una aristocracia de la voz,un estilo y una comprensión absoluta”,como bien apunta John Steane en ellibreto, y su virtuosismo, precisión,diversidad expresiva, madurez emocionaly soberbia caracterización vocal,constituyen todo un tratado de cantomozartiano. Las versiones no estánextraídas de las óperas completas, sinoque fueron concebidas en origen comopáginas aisladas y aquí son reeditadascomo una preciosa antología. Hay curiosidadesmuy interesantes, como la interpretaciónde arias de los tres personajesfemeninos de Don Giovanni (Zerlina,Donna Elvira y Donna Anna) y tres deLas bodas de Fígaro (Condesa, Susanna yCherubino), y otras rarezas muy discutiblescomo cantar en inglés la célebrearia de Pamina de La flauta mágica. Enconjunto, no obstante, un extraordinariorecital, 14 arias que podemos considerarcomo verdaderas e inolvidables joyas entoda la discografía mozartiana. A pesarde que el nivel de acompañamiento (salvoKrips y Karajan) no está a la altura deotros grandes registros de Mozart conesta misma soprano (recordemos lasArias de concierto con Szell), en conjuntomerece toda la atención de los buenoscatadores operísticos. A destacar losbuenos reprocesados de las grabacionesoriginales y el estupendo artículo delcitado John Steane.Sibelius está representado en estelanzamiento por partida doble. En primerlugar, una grabación ya legendariade su Concierto de violín con la malogradaGinette Neveu (1919-1949), violinistafrancesa fallecida a los treinta años enaccidente de aviación y que tambiéntoca en este CD el Concierto de Brahms.La Philharmonia acompaña en los doscasos dirigida por Issay Dobrowen(Brahms) y Walter Susskind (Sibelius);71