ACTUALIDADALEMANIAACTUALIDADINTERNACIONAL42Vibrante representación de la ópera de ChaikovskiSONATA DE LOS ESPECTROS A LA RUSAOper. 6-XI-2005. Chaikovski, La dama de picas. Mikhail Davidoff, Danielle Halbwachs,Elzbieta Ardam, Rodion Pogossov, Johannes Martin Känzle. Director musical: Sebastian Weigle.Director de escena: Christian Pade. Decorados y vestuario: Alexander Lintl.Sebastian Weigle ha ofrecidouna Dama de picasal frente de la FrankfurterMuseumsorchester queha constituido unapequeña sensación musical.El director alemán hadesplegado su visión dela ópera como una gran SinfoníaPatética de dos horas ymedia. Con sonidos oscuramentesombríos, de amargamelancolía y sin la menorconcesión, la batuta ha reflejadolos claustrofóbicos estadosde ánimo del protagonista,sus alucinaciones, susfantasías y su obsesivapasión por el juego. Dostoievskiya sabía lo que significabaesto cuando en su novelaEl jugador, de 1863, sitúa elpuro placer por la autodestrucciónen primer plano,describiendo la transformaciónde su personaje en unasimple marioneta.El antihéroe del relato dePushkin La dama de picas,escrito en 1833, termina enun manicomio. El hermanomenor de Chaikovski,Modest, que elaboró en1890 el libreto para la ópera,no permite a su héroe másopción que el suicidio, puesse debate entre el amor auna mujer y su ludopatía.En esta nueva producción,el director de escenaChristian Pade coloca a suHerrmann delante del granescenario giratorio. Encaramadoa una silla, apareceexhausto, depresivo yhastiado de vivir. Es unapersona destruida, que vepasar los jirones de su pasadoa modo de episodios.Pade asocia el carácter detres personalidades: Chaikovski,un marginado a causade sus tendencias homosexuales,el jugador de Dostoievskiy el loco de Pushkin.Cuatro esquinas reflejadasen un espejo giran en el interiordel escenario. Parece queHerrmann observa un gigantescojuego de cartas, de lasFRANCFORTElzbieta Ardam y Mikhail Davidoff en La dama de picas de Chaikovskique salen los personajes. Enel centro hay una enormecolumna, donde está pintadala Eva de Lucas Cranach, quegira como una ruleta. Es ladama de picas en forma primigenia.Dos hombres aparecencon batas de médico yestetoscopios. Son Chekalinskiy Surin. El Conde Tomskies también médico. Un alterego de Herrmann se deslizapor el escenario e imita susmovimientos.El concepto psicológicoresulta un tanto sobrecargado.Las imágenes se agolpanen una sucesión excesivamenterápida y pierden suenergía. El escenario, siempregiratorio, recuerda tambiéna una ruleta o a unmulticolor casino. E inclusolos miembros del coro aparecencomo figuras de unabaraja, en lujosos disfracesde color blanco, rojo ynegro. Pero también huboun momento de emocionantecalma, cuando Herrmannse esconde en el dormitoriode la anciana Condesa paraarrancarle el secreto de lastres cartas vencedoras, conla casi susurrada romanza Jesens mon cœur qui bat, maisje ne sais pas pourquoi, de laópera de Grétry RicardoCorazón de León, que ElzbietaArdam declamó conuna penetrante voz de contraltoy una indiscutible elegancia.También destacó lacalidez y el bello timbre deRodion Pogossov comoIeletski, así como la elegantesonoridad de Johannes MartinKänzle como Tomski.Aunque demasiado contenidaen escena, la Lisa deDanielle Halbwachs resultóencantadora en su fragilidad.Por el contrario, MikhailDavidoff decepcionó comoHerrmann por su estridenteagudo y una evidente faltade carácter, a pesar de susbuenos momentos líricos.Barbara RöderMonika Rittershaus
ACTUALIDADALEMANIAChailly inicia su mandatoNUEVA ERA CON UN DÉBIL COMIENZOOper. 12-XI-2005. Verdi, Un ballo in maschera. Massimiliano Pisapia, Chiara Taigi, Franco Vasallo, Eun Yee You,Anna-Maria Chiuri. Director musical: Riccardo Chailly. Director de escena: Ermanno Olmi. Decorados y vestuario:Arnaldo Pomodoro.MÚNICH LEIPZIGSuele ocurrir así: cuantomás altas son las expectativaspuestas por laprensa ante un estreno,más difícil es cumplirlaspara los artistas. Así ha ocurridocon la nueva producciónde Un ballo in mascherade Verdi con la que elnuevo Kapellmeister de laGewandhaus y Generalmusikdirektorde la Ópera deLeipzig, Riccardo Chailly, hainiciado su mandato. Sudirección musical fue, indiscutiblemente,el acontecimientode la velada, ya queuna y otra vez espoleó lapasión y el dramatismo de lamúsica, llevando la accióncon fogosos impulsos y buscandoen los concertantes lamayor tensión. La orquesta,con sus sonoras cuerdas,mostró ya en el preludiounos tonos maravillosamentecálidos, pero tambiénsupo hacer justicia a losmomentos demoníacos de laobra y a sus efectos espectrales,como los cortantesacordes en fortissimo alcomienzo de la gran escenade Ulrica, o el turbador dramatismodel aria de Ameliaen el patíbulo. Como contrastehirvieron los sentimientosen el dúo de amor,elevándose hasta el éxtasis, ytransfiguradas cuerdas subrayaronel adiós de Riccardo.Ciertos desajustes propiosdel estreno no empañaronuna labor que marca un listóny hace esperar grandescosas en el futuro.Por desgracia, el medianoreparto no alcanzó estenivel. Sólo el barítono FrancoVasallo como Renatologró imponerse con su vozpotente y viril, aunque suemisión fue más robusta queHomenaje a Humperdinck en su 150 amiversarioELOGIO DE LOS NOBLES SENTIMIENTOSBayerische Staatsoper. 29-X-2005. Humperdinck, Die Königskinder. Annette Dasch, Robert Gambill, DagmarPeckova, Roman Trekel, Daniel Lewis Williams, Ulrich Ress, Rüdiger Trebes, Heike Grötzinger. Director musical:Fabio Luisi. Director de escena: Andreas Homoki. Decorados y vestuario: Wolfgang Gussmann.La parábola de la dignidadreal, que no seadquiere a través delorigen ni de la riquezasino únicamente a travésde los nobles sentimientos,podría servir de escuelapara una sociedad moderna,y como tal ha entendidosu montaje de Die Königskinder(Los hijos del rey)Andreas Homoki. Para ellose sirvió del personaje delMúsico (un vocalmentesoberano Roman Trekel)Escena de Un ballo in maschera en la Ópera de Leipzigcomo motor de la acción.La interpretación del músicocomo un invisible espíritubueno y contrafigura dela Bruja produce sin dudauna cierta distancia, peroconsigue dar al I acto,situado en el bosque mágicodiseñado por WolfgangGussmann, un aire didáctico.El acto II cae demasiadoen la forzada sátira, pero elIII, con el envejecimientoimaginario de la pareja,alcanza un conmovedornoble, destacando especialmenteen su expresivo Eritu. Su esposa Amelia estuvocantada por la atractivasoprano italiana Chiara Taigicon un timbre oscuro, peroagrio en el agudo, y claramentedesbordado en lospasajes dramáticos, faltándolesobre todo la cálida feminidaddel personaje y suluminosa espiritualidad.Vocalmente con aplomo,aunque con escasa sustanciaen el grave, encarnó MassimilianoPisapia a Riccardo, alque le faltó una mayor finuracanora y, sobre todo, mayorsoltura en escena. Eun YeeMonika RittershausYou fue, por el contrario, unvital paje Oscar. Anna-MariaChiuri hizo una Ulrica de vozvoluminosa y discutibleentonación, sin el menorefecto diabólico. Ofrecieronsólidas prestaciones HermannWallén (Silvano), TuomasPursio (Samuel), MetodieBujor (Tom) y Seung-Hyun Kim (Juez y criado). Elcoro y el coro infantil delteatro (preparados, respectivamente,por Romano Gandolfiy Sören Eckhoff) tuvieronmomentos grandiosos enel himno de homenaje a Riccardoen la caverna de lahechicera y en el finale, aunqueal igual que los solistastuvieron escasas posibilidadesde movimiento.Y aquí hemos llegado aotro problema de esta nuevaproducción, ya que el montajede Ermanno Olmipodría calificarse como unaversión semi-escénica. Loscantantes actuaron con gestosmuchas veces incómodos,lo que llevó en ocasionesa cómicos resultados.Bernd Hoppeefecto catártico.Con Fabio Luisi la representaciónestuvo musicalmenteen las mejores manos.Annette Dasch como Guardianade las Ocas, lució unaredonda voz de soprano,homogénea en todos losregistros, y una atractiva presenciajuvenil. Roman Trekelfue un soberano Músico.Para Robert Gambill, elpapel del Hijo del Rey le llegaun poco tarde, puestoque ha perdido algo de brilloen el agudo, aunquedominó más que dignamentela elevada tesitura y guardóreservas para los momentostristanescos del últimoacto. Dagmar Peckova tuvouna sólida prestación comola Bruja, al igual que UlrichRess como el Fabricante deEscobas. Menos acertado,por el contrario, estuvoDaniel Lewis Williams comoLeñador.Matthias Exner43