D I S C O SREEDICIONESlas grabaciones, otras dos produccionesde Walter Legge, son de 1945 y 1946 (476830 2). Al lado de Menuhin, Renardi,Prihoda o Taschner, Ginette Neveu formabaparte del muy restringido círculode niños prodigio de fulgurante carreraque desgraciadamente se vio truncadapor el accidente citado. Tocó con losdirectores más importantes (Mengelberg,Jochum, Kusevitzki, Scherchen,Munch, Karajan), y su fuego, sensibilidad,temperamento y rica sonoridaddefinían a la que podía haber sido unade las mejores violinistas de todos lostiempos. Su energía juvenil y emociónson características esenciales de las dosobras de este CD, estupendamenteacompañadas por los citados Dobroweny Susskind, dos directores de otros tiemposmás preocupados por el mensajeexpresivo que por la precisión de laorquesta. Buen sonido a pesar de losprimitivos años de grabación.El otro CD Sibelius lo forman unaserie de poemas sinfónicos (Finlandia,En Saga, El cisne de Tuonela, Karelia,Vals triste y Tapiola) dirigidos por Karajana la Filarmónica de Berlín en 1976,1980 y 1981 (4 76846 2). El refinamientoexpresivo y el bello sonido de estaorquesta fabulosa hacen plena justicia ala música del compositor finés, no envano era este director uno de sus principalesapóstoles. A pesar de que alguienpueda preferir otras recreaciones máscálidas y efusivas e igualmente muy bieninterpretadas (Barbirolli también en EMI,inolvidable), este disco de Karajan es unbello testimonio sibeliano que seguramentese completará con varios registrosde Sinfonías que hizo para este sello.Finalizamos con el apartado dedicadoa los recitales. En primer lugar nosencontramos con la inevitable Callas enun CD que se llama Lyric & ColoraturaArias, ya reeditado en otras ocasiones:los fragmentos son de Cilea, Giordano,Catalani, Boito, Rossini, Meyerbeer, Delibes,Verdi, Cherubini y Spontini. Entodos los casos, el acompañamientosiempre eficaz y competente de TullioSerafin con la Philharmonia y la Orquestade La Scala (4 76842 2, grabaciones de1954 y 1955). Las arias aquí grabadas, deuna excepcional exigencia técnica yexpresiva para la voz y de estilos musicalescontrastados, nos demuestran elvirtuosismo y poderío dramático de lalegendaria soprano, por no hablar delexacto color vocal para cada papel y laperfecta preparación en el arte de la técnicacoloratura. En el caso de no repetir(ya que los discos de Callas se reeditanconstantemente), imprescindible paracualquier operófilo. Por último, otroartista importante de la casa, el violinistaFritz Kreisler (1875-1962) interpretandocomposiciones originales (11 obras) yarreglos de compositores varios comoBach, Schubert, Chaikovski, Dvorák,Falla y otros (13 obras) (4 76840 2, grabacionesde la década de los treinta).Recordemos que Kreisler aportó contribucionesesenciales en la interpretacióndel violín: en primer lugar, el cálidovibrato; en segundo, el colorido del instrumento,y en tercero, su propia seriede composiciones (tuvo alguna salida detono, como aquella de 1935 en la quesorprendió a todo el mundo diciendocon toda seriedad que las obras barrocasque tocaba eran composiciones propias).Como bien apunta Tully Potter enel libreto, las piezas de música ligera vienesaescritas por el propio Kreislerdemostraron una maestría innata en elrubato y una técnica de arco muysobria. Todo el CD, tanto sus obrascomo las transcripciones, tiene un sonidoexcelente y está perfectamente reprocesado,parece increíble que todas estasobritas fuesen grabadas entre 1930 y1938. Una forma de tocar ya pasada,pero que en definitiva aportará muchascosas sobre todo a los profesionales yestudiantes del instrumento.En resumen, como siempre sucedecon esta colección, excelentes registrosque requieren toda la atención de losbuenos aficionados. A gusto del firmante,Bach-Klemperer, Beethoven-CuartetoAlban Berg, Mozart-Schwarzkopf, Sibelius-Karajany las arias por Maria Callasson imprescindibles. El resto, según losgustos de cada cual. En todos los casos,grabaciones técnicamente ejemplares,buenos comentarios en los idiomas derigor, óptima presentación y preciomedio.Enrique Pérez Adrián72Berlin EternaRECUPERACIONESLa serie Eterna de Berlin Classics(Distribuidor: Gaudisc) ofrece cuatroóperas completas obtenidas en lasegunda mitad del siglo pasado. De referenciapuede ser definida la grabaciónde El holandés errante wagneriano dirigidaen 1960 por Franz Konwitschny conla Capilla Estatal de Berlín (2 CD0032922 BC). Tras una obertura resueltalíricamente, el director entra de lleno enuna narración tensa y minuciosa, limpiade timbres y planos, contrastada deatmósferas como exige esta obra que vade la tiniebla demoníaca a la claridadburguesa de cada día. En un papel, enprincipio, inadecuado a sus medios debarítono lírico, Dietrich Fischer-Dieskau,ensombreciendo el timbre y ahuecandola tesitura, compone un personaje dehéroe maldito, atormentado y sensible,partiendo de su consabido dominiovocal, su musicalidad infalible y una diccióndesgarrada de gran actor. GottlobFrick aporta su nobleza de timbre y suautoridad magistral como Daland, entanto Marianne Schech hace una Sentaexpresiva, solvente en lo vocal y de uncanto especialmente digno. Los papelesmenores son cubiertos por primerasfiguras: Rudolf Schock, Fritz Wunderlichy Sieglinde Wagner. Las masas, suntuosasde sonoridad y ajuste.Con la misma orquesta, Otmar Suitnerborda un mozartiano Così fan tutteresuelto en el intimismo del estilo galantey como susurrado a media voz paraacentuar el efecto sinfónico de los conjuntos(2 CD 0032992 BC, grabación de1969). Celestina Casapietra, de avara discografía,resuelve una Fiordiligi de primeracalidad, lujosa de cálidos registros,fina de emisión, sutil de matices yresuelta de agilidades. Le vale de contrapartidaperfecta una mezzo lírica y juvenilcomo Annelies Burmeister. SilviaGeszty abrillanta con esmalte una deliciosaDespina. Los muchachos están a laaltura. Son el tenor Peter Schreier y elbarítono Günther Leib. El viejo cuentacon la autoridad de Theo Adam. Nohabría venido mal un ajuste de dicciónitaliana. No resulta sucia pero sí, a veces,extranjera.Mozartiano competente, Suitner firmaun Rapto en el serrallo fechado en1961, esta vez en Dresde (2 CD 0032932BC). Como en la ópera anterior, el maestroconduce con vivacidad, humor, sentimentalismoo burla, sin perder los estribos,coloreando y equilibrando condominio. Del elenco sobresale el antológicoOsmín de Arnold van Mill, opulentode voz, con una dicción intencionada yde mil matices, y un mozartismo señorialen la línea de canto. Buena sorpresa dael tenor Rolf Apreck, nítido en su líneade canto (a veces, de incómoda escritura),de exquisita musicalidad y emisióndesenvuelta. Las dos sopranos cumplencon dignidad, respetando la unidad estilísticaimpuesta con inteligencia por Suitnery sorteando las espinosas dificultadesde tantos pasajes, en especial en elpapel de Constanza (Jutta Vulìus) ymenos en Blonde (Rosemarie Rönisch),donde los sobreagudos y fiorituras exhibencierto apuro. Bien, el segundotenor, Jürge Förster, en Pedrillo.En Judas Macabeo de Haendel (2 CD0032962 BC, grabación de 1966) hay unpoco de todo. El elenco vocal es brillante,a contar desde la prestación celestialmenteresuelta por Gundula Janowitz:los tenores Ernst Häfliger y Peter Schreier,los bajos Theo Adam y SiegfriedVogel y la mezzo Hertha Töpper. Lasmasas de la Radio de Berlín, en especialel coro, trabajan con excelencia. Eldirector Helmuth Koch, quizá confundiendoa Haendel con Bach, sin conseguira ninguno de los dos, ofrece unalectura sin contrastes, de una sonoridadapelmazada y un fraseo machacón ymecánico. Haendel propone una accióndramática, opone atmósferas y exigecanto suntuoso (estamos en el barroco).Otra vez será.Blas Matamoro
D I S C O SREEDICIONESTestamentMUCHO Y BUENONos referimos a los últimos lanzamientosde Testament (distribuidor:Diverdi). Del violinista AlfredoCampoli (1906-1991) el sello de la Tofrece seis de las Sonatas op. 1 de Haendel(cuatro de ellas consideradas actualmenteapócrifas) y la Chacona de laSegunda Partita de Bach (SBT 1358).Formado con su padre, también violinista,y muy marcado por la influencia desu madre, soprano, que le impulsó desdeniño a imitar con su instrumento losregistros de los grandes cantantes italianos,su repertorio abarcaba desde lamúsica ligera hasta los grandes conciertosvirtuosos. Radicado en Gran Bretaña,fue a partir de la Segunda Guerra Mundialcuando se centró en el repertorio“serio”. Las sonatas, con el acompañamientoal clave de George Malcolm,también director de coro y pionero de lainterpretación de la música antigua en elReino Unido, fueron grabadas en 1952,mientras que la Chacona en 1948. En lasprimeras se pone de manifiesto el sonidoespeso, profundo, pero a la vez limpio,vital y de una energía contagiosa deCampoli. La lectura de la obra de Baches severa y monumental.El fruto discográfico de la colaboraciónentre los polacos Szymon Goldberg(violín, 1901-1993) y Artur Balsam (piano,1906-1994) fueron las tres sonatas deBrahms y la Sonata en la menor deSchumann. La referencia SBT 1357, queno decepcionará a quien la escuche,contiene las obras de Brahms, registradasen mayo de 1953. Perfecto el entendimientoentre un pianista ducho en elarte camerístico (veinte años acompañantede Milstein, también lo fue deFrancescatti, Menuhin o Szigeti entreotros) y un violinista de líneas dulces,líricas y nobles, capaz de hacer músicacon una fluidez sorprendentementenatural. Quizá esa sensación que transmitede equilibrio entre respeto y alegríaesté en relación con su azarosa vida, quetan certeramente resume T. Potter en lasnotas de la carpetilla.Para mayor gloria del imperio (británicoy de la música) tenemos el disco acargo del Cuarteto Griller y del clarinetistaFrederick Thurston (SBT 1366). Elconjunto liderado por Sydney Grillerestuvo en activo cinco décadas y fueuna institución en la Gran Bretaña. Acomienzos de 1930 iniciaron su relacióncon Decca, y muestra de sus primerosfrutos son los Quintetos con clarinete deBrahms Op. 115 y de Bliss que ahorarescata Testament. La comprensión quede estas obras demuestran los cincomúsicos es profunda, a pesar de las reticenciasdel clarinetista con respecto alos resultados del registro de la deBrahms. Cohesión, limpieza en la ejecuciónde todas las líneas e igualdadexpresiva son sus galas. El que fuera clarinetesolista y fundador de la orquestade la BBC luce su sonoridad pastosa ysu prodigiosa forma de respirar las líneasmelódicas en la Sonata para clarinete enmi bemol mayor de Brahms, acompañadode Myers Foggin al piano.Y pasamos al repertorio orquestal. Elúltimo concierto de Szell con la Filarmónicade Berlín tuvo lugar el 26 de juniode 1969, un año antes de la muerte deldirector. Asociado su nombre a laOrquesta de Cleveland, de la que fuetitular durante treinta y cuatro años, nuncacesó en sus contactos con Europa. Ala filarmónica berlinesa la dirigió por primeravez en 1916. Ya por entoncesRichard Strauss estaba apoyando sucarrera. La lectura que hace Szell delDon Juan de su mentor en ese últimoconcierto es deslumbrante. Claridad,precisión, un infalible sentido de la tensióntemporal que es conducido conriendas firmes y una musicalidad plenacaracterizan también sus versiones de laSegunda Sinfonía de Schumann, compositora quien Szell adoraba, y de la Oberturatrágica de Brahms (SBT 1378).En lo que atiende a precisión y severidadtampoco iba mal servido el húngaroFritz Reiner (1888-1963). Lo demuestranotablemente en sus grabaciones de1954 de la Pequeña serenata nocturna,y de los divertimentos K. 334 y K. 251de Mozart, las dos primeras obras con laOrquesta Sinfónica de Chicago y la terceracon la de la NBC. Sobre todo con laorquesta de Chicago, Reiner consiguehacer que un grupo de cuerdas demasiadonutrido suene nítido y homogéneo,musculado y ágil al mismo tiempo. Elperfil de los fraseos es perfecto. Testamentya ha editado hazañas similares dela misma época a cargo de Wand o deMaag (SBT 1379).Encontramos a un Karajan pletóricoal frente de Philharmonia londinense engrabaciones de entre 1951 y 1954 depoemas sinfónicos de Strauss (TillEulenspiegel, Don Juan y Muerte y transfiguración)y la música del Venusbergde Tannhäuser. Convence completamentela narratividad del director austriaco,atenta a cada detalle sin perderde vista en ningún momento la visiónglobal de unas obras servidas con lujosnada gratuitos (SBT 1383).El norteamericano John Browning(1933-2003) aborda la integral de los conciertospara piano de Prokofiev, la primerallevada al disco, en registros que seefectuaron entre 1965 y 1969. Además seincluye el Primer Concierto para violíndel compositor ruso, con el Erick Friedman,discípulo de Galamian, Heifetz yMilstein, como solista (1964), en una versiónde colores limpios y certeros. A labatuta Leinsdorf al frente de la BostonSymphony Orchestra. La integral poseemucho más que interés histórico, ya quehoy sigue siendo magistral. Toda una lecciónpianística de poderío, color, fuerzadramática, todo un abanico de articulaciones,desde lo masivo a lo liviano, conuna parte orquestal lujosa y precisa. Difícilresultará a quien haya dado comienzoa la escucha de cualquiera de sus movimientosdetener la marcha del disco hastaque haya acabado (SBT 1376).El héroe del siguiente registro es elviolonchelista Gregor Piatigorski y laspropuestas variadas. El Concierto deSchumann en versión de 1934 con laFilarmónica de Londres y Barbirolli, elúnico registro del solista de un conciertoantes de la guerra, es sencillamente arrebatador.El Primer Concierto de Saint-Saëns, de 1951, resulta tan bueno en laparte de Piatigorski como en la quegobierna Reiner al frente de la Sinfónicade la RCA Victor. Y la versión de Schelomode Bloch, con Munch y la Sinfónicade Boston (1957), es como poco incendiaria.Un gran disco (SBT 1371).Acabamos con una ópera y un ecléctico.La primera es la versión de estudio(RCA, 1956) de La traviata dirigida porun octogenario Monteux y con Carteri,Valletti y Warren en sus principalespapeles, ya comentada en estas mismaspáginas cuando la reeditó Myto. Volveremosa reseñar que el soberbio GiorgioGermont que construye Leonard Warrenes uno de sus atractivos más destacados.Y el ecléctico es David Munrow. En eldoble compacto (SBT1368) titulado Elarte de la flauta dulce asistimos a unrepaso histórico de obras dedicadas aeste instrumento desde la Edad Mediahasta el siglo XX (excluidos Clasicismo yRomanticismo), así como a una guíadidáctica de los instrumentos medievales.Muy interesante.Rafael Díaz Gómez73