ACTUALIDADVALENCIAAnálisis y emociónUN MAHLER MODERNOPalau de la Música. 6-XI-2005. Orquesta Philharmonia. Director: Esa-Pekka Salonen. Mahler, Sinfonía nº 7.VALENCIAESA-PEKKA SALONENSalonen y la Philharmonia,el magnífico instrumentoque como él porenésima vez volvió atriunfar en el Palau, sezambulleron en ese océanode clima imprevisible,por lo general tempestuoso,que es la Séptima Sinfoníade Mahler con un arrojoimpresionante de principio afin. El resultado de la aventurafue inmejorable porquese trata de músicos formidablesy porque el maestro finlandéssabe como nadieponer y mantener en tensióna una orquesta. Ni un solodetalle de la partitura pasóinadvertido, sin que elempaste sonoro menguarani con las tesituras más rarefactas.Cada célula rítmica,cada fragmento temático,cada claroscuro ocupó ellugar que le correspondía. Elcálculo milimétrico del puntillismomahleriano que luegoserá típico de Webern noredundó, sin embargo, en elmás mínimo detrimento dela precisa caracterización delas secciones contrastantesque sin respiro se suceden.El trabajo analítico tampocoperjudicó la humanizacióndel discurso dentro deuna concepción globalresueltamente visionaria ymoderna. Así, a todas las frases(por ejemplo, el segundotema del primer movimiento)se las dotó de energía vitalcomo fruto de un equilibriodinámico-agógico increíblementeperfecto. Las “músicasnocturnas” se distinguieronpor un humor más nostálgico,dulce y distante que chirriante.Y el final tuvo algo dequijotesca conquista de unmundo abstracto cuya vanaexuberancia se subrayó conmagistral sentido de la progresión.En definitiva, unaversión cautivadora, más asequiblede lo acostumbrado,por ser inteligentemente personal,es decir, magistral en elpleno sentido de la palabra.Alfredo Brotons MuñozEsperando la óperaSUCEDÁNEO DE INAUGURACIÓNValencia. Palau de les Arts. 24-X-2005. Orquesta Filarmónica de Israel. Director: Zubin Mehta. Obras de Beethoven, Mozart yBrahms. 25-X-2005. Beethoven, Sinfonía nº 9. Ingrid Kaiserfeld, soprano; Elina Garanca, mezzosoprano; Robert Dean Smith,tenor; Matti Salminen, bajo. Cor de la Generalitat Valenciana. Orquesta Filarmónica de Israel. Director: Zubin Mehta.40Los dos últimos de loscuatro conciertos conque se ha inauguradofalsamente el que sólo dentrode un año funcionarácomo teatro de ópera en elPalau de les Arts, han corridoa cargo de la Filarmónicade Israel y Zubin Mehta,orquesta y director que ofreceránaquí mismo un llamadoFestival del Mediterráneode periodicidad anual paracuya primera edición ya seanuncia oficiosamente mediaTetralogía.Para esta sala de mínimareverberación, la amplituddel proscenio y la extraordinariapotencia de la cajaacústica resultan tan perjudicialesen concierto comocabe suponer que seránbeneficiosas cuando se abrael foso. Como antes habíaintentado Maazel, pero consoluciones ligeramente distintaspara la Coral, Mehtatrató de superar estas dificultadesjugando con la disposiciónfísica de los instrumentos.Los resultados nopodían ser buenos porqueni la Filarmónica de Israel niél mismo pasan por susmejores momentos.En Leonora III, ni siquierael último crescendo produjola esperada sensaciónde agregación progresiva deintensidades sin incurrir entirones. Para remontar elvuelo en la Júpiter, hubo deesperar al movimiento final,donde el carácter expresivoes más constante. Algo másconvenció una Primera deBrahms, en la que el juiciosocriterio en la construcciónde los clímax del Andante yen la elección de tempi paralos movimientos extremosprendieron chispas de unaemoción que a punto estuvode hacerse continua. De laNovena de Beethoven, todaella guiada por Mehta desdela rutina, lo más estimablefue la contribución de uncoro que únicamente pudodisgustar a quien confundala fuerza con el grito.Alfredo Brotons Muñoz
ACTUALIDADVALENCIA / VALLADOLIDCiclo de la Orquesta de ValenciaDE LA SORPRESA A LA DECEPCIÓNValencia. Palau de la Música. 1-X-2005. Orquesta de Valencia. Director: Jordi Bernácer. Obras de Weber, R. Strauss y Brahms. 7-X-2005. Solistas. Cor de la Generalitat Valenciana. Director: Miguel Roa. Obras de Rodrigo. 21-X-2005. Director: Yaron Traub.Obras de Llácer Pla y Mahler. 28-X-2005. Rubén Marqués, trompeta; Stefanos Spanopoulos, piano. Director: Yaron Traub. Obrasde Gerhard, Shostakovich y Dvorák. 11-XI-2005. Karin Adam, violín. Director: Walter Weller. Obras de Glazunov y Bruckner.En la corta “pretemporada”de la Orquesta deValencia, el sólido oficiodel joven director Jordi Bernácer(Alcoy, 1976) con unprograma de gran repertoriopero variado (El cazador furtivo,Don Juan y la Segundade Brahms) constituyó unagrata sorpresa. Muchosmenos motivos para el elogiose dieron en el monográficoRodrigo con que se celebróeste año el Día de laComunidad. En el Aranjuez,la guitarrista japonesa KaoriMuraji, con el instrumentointolerablemente amplificado,pasó por muchos apurostécnicos e insuficienciasexpresivas. Sin libreto nicomentarios en el programade mano, sin las parteshabladas y bastante mutiladoen el resto, El hijo fingidotuvo un aceptable nivelinterpretativo, especialmenteen el barítono Manuel Lanzay por la dirección sobria ysegura de Miguel Roa.Como primera por éldirigida a la Orquesta deValencia como titular, YaronTraub (Tel Aviv, 1964) eligióuna obra de Francisco LlácerPla, el último gran patriarcade los compositores valencianos:la suite sinfónicaAguafuertes de una novela,que la misma formaciónestrenara hace más de cuarentaaños y desde entoncesnunca repuesta. En la QuintaSinfonía de Mahler gustósobre todo la sensación dehaber superado el nivel dela mera ejecución para adentrarseen una versión tansubjetiva como discutible,pero por ello mismo tantomás interesante. Una semanadespués, otra obra “olvidada”de otro gran “olvidado”,la Tercera Sinfonía deRoberto Gerhard (1896-1975), precedió a un Conciertopara piano con trompetade Shostakovich engeneral bien protagonizadopor el pianista griego Stefa-nos Spanopoulos y el grantrompetista local Rubén Marqués,y a una Nuevo Mundode robustez desacostumbradaen el primer movimientoy no muy inspirada en losdemás, salvo por los buenossolos de corno en el Largo.Lejos de corregirla, la trayectoriadescendente fueacentuada por Karin Adamen el Concierto para violínde Glazunov y Walter Welleren su acompañamiento yluego en una Tercera deBruckner absolutamente ayunade carácter distintivo porencima de otras deficiencias.Alfredo Brotons MuñozDel barroco a la música de cineCONTRASTESValladolid. Auditorio Feria de Muestras. 28–X–2005. Vivaldi, La Griselda. Stefano Ferrari, Maria Riccarda Wesseling,Jane Archibald, Philippe Jaroussky, Simone Kermes, Iestyn Davies. Ensemble Matheus. Director: Jean Christophe Spinosi.Teatro Calderón. 25–X–2005. Orquesta Sinfónica de Castilla y León. Director: Paul Weingold. Música de Moross, Korngold,Shostakovich, Rota, Herrmann y Waxman.Dos conciertos magníficosy, en principio, aparentementeantitéticos. Elestreno en España deuna preciosa ópera vivaldiana,historias de amory fidelidad, que terminafelizmente. Por otra,espléndida música de cinecon tres compositores deobras de gran talla que enaltecieronunas partituras quese tenían por secundarias(Korngold, Shostakovich,Rota), tres especialistas quetambién abordaron con éxitola música de ópera y concierto(Moross, Waxman yHerrmann) cuya preciosaópera Cumbres borrascosasestá esperando su representaciónen España. En estosdos conciertos se constata larelación de los compositorescon su contexto, Vivaldi ysus numerosas óperas y losHerrmann y demás sirviendoVALLADOLIDa los grandes maestros delcine y al numeroso públicoque acude a las salas.Más de veinte arias paramezzo, sopranos, tenores ycontratenores se van desgranandoen La Griselda. Sonde toda índole: líricas,heroicas, epitalámicas, amorosas,románticas, elegíacas…para ir exponiendolos diversos conflictos quese suceden, ya que la obraes muy teatral. Todos lossolistas están muy bien, desdeWeisseling, una mezzoque consigue dar todos losmatices del personaje máscomplejo con una gran fuerzadramática, pasando porlas sopranos Archibald yKermes, el muy buen tenorFerrari y el excepcional contratenorJaroussky. Granhomogeneidad e idomatismoen todos con la extraordinariaprestación de unconjunto tan dúctil en losadagios como en los vivacesy un director, casi coreográfico,con una gestualidadtan precisa que da toda unalección sobre la interpretaciónmoderna de un Vivaldique nos suena precioso ycercano.Por su parte, y conpocos ensayos, en el homenajeal 50 Aniversario de laSEMINCI Paul Weingoldconsiguió de la Orquesta unsonido rotundo y brillante ala par que matizado en lospianos de Hamlet o RobinHood. La selección de JulioGarcía Merino incidía enobras ambiciosas de raíz sinfónicapero adaptadaespléndidamente a los filmspara los que se crearon. Lasuite de Korngold sobreRobin Hood es un bello poema,como la extraordinariade Shostakovich para la obrade Shakespeare de una fuerzadramática impresionante.¿Qué decir de Nino Rota y eltema de amor de El Gatopardoo de Bernard Herrmannen Vértigo, uno de losfilms memorables de Hitchcockcon su famoso crescendoen la secuencia del reencuentroJudy-Madeleine y elgiro de 360º de la cámara?Un concierto en resumen degran densidad y altura quereivindica el valor de lamúsica para el cine y suentidad sinfónica.Vivalvi y Shostakovich ydemás. Un contraste apasionante.La gran música esde todas las épocas y cuandose interpreta con la calidadde estas versiones permaneceen la memoriaemocional y resulta siemprecontemporánea.Fernando Herrero41