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203 Dic - Scherzo

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ENCUENTROSIAN BOSTRIDGEtar y escribir me resultaban actividadesincompatibles. Un libro es una cosamuy importante, y acabarlo es másdifícil aún que empezarlo a escribir.¿Es el único que tiene en mente en algunamedida?No sólo ese. Estaba pensando tambiénen otro en el que ordenase unacolección de ensayos que en sumomento escribí, y que me apetecerevisar desde un punto de vista históricoy musical. Incluso en otro podríaser sobre Haendel. En este caso, seríaun trabajo académico en torno a lairrupción de Haendel en el siglo XVIII,el que más me interesa musicalmente.Había escrito un ensayo a propósitode la relación de Haendel con la Ilustración,y me parece un proyecto interesantepara desarrollar en el futuro.Una de las salidas de su formación habríasido la enseñanza. ¿En algún punto se hapropuesto ejercerla desde la música,durante sus diversas estancias en régimende artista en residencia?Cuando estuve centrado en la actividadde historiador y académico, dialgunas clases y aquello me parecióuna experiencia muy positiva desde elpunto de vista analítico. Partiendo deesa consideración, enseñar a cantarpodría ser también una buena vía deestimulación intelectual. Ese podría serel motivo por el que, en las pocas ocasionesen las que lo he hecho, particularmenteen América hace unos cuantosmeses, disfruté muchísimo. Fueronexperiencias aisladas, y mi papel nofue estrictamente el de enseñante. Otracosa sería si centrase mi actividadcomo un auténtico profesor, porqueen esos casos eres consciente de lagran responsabilidad que adquieresfrente a tus alumnos.¿En esos casos repite las fórmulas que vio asus maestros, como Fischer-Dieskau?Me propongo hacer las cosas deuna manera personal. Para empezar,en contra de lo que se suele hacer enlas clases magistrales yo nunca canto,porque eso inhibe a los alumnos. Meda la impresión de que con esa actitudno se les ayuda mucho.¿Qué es lo más importante de todo lo vividoen estos últimos diez años?Par empezar valorando mi experienciahumana, diré que, sin duda, lomás importante me sucedió hace cincoaños, cuando tuve a mi primer hijo,Oliver. Aparte de esto, serían varias lasemociones a destacar, porque sonmuchas las cosas que he vivido en estetiempo. Empezando por el modo enque se han intensificado mis apreciacionesmusicales, como suele comentarJulius Drake, el pianista que prácticamentesiempre me acompaña. O laposibilidad de haber encontrado otroscompañeros de trabajo, como reciente-mente Mitsuko Uchida o Leiv OveAndsnes, y directores como Toni Pappanoo Daniel Harding. Con todosellos he establecido una relación muydivertida tanto en lo musical como enel aspecto personal.Cuando trabaja con pianistas de la tallaque ha mencionado, ¿no surgen celos,cuestionándose a cuál de los dos va a verel público?Hasta el momento al menos no hasurgido ningún problema en particular.Pero antes de nada hay que diferenciarlas numerosas audiencias, con diferentesgustos dependiendo del sitio dondeactúes. Con todo y con eso, creo que lagente que acude a un recital de lieder,lo hace porque se siente atraído por lascanciones en sí, al margen del nombrede los intérpretes.Cuando recibió el nombramiento deComander del Imperio Británico ¿disfrutómás la persona o el artista?Es difícil de explicar, pero disfrutémás como alguien comprometido conla música clásica, que en Gran Bretañano suele ocupar los puestos de prioridadde las agendas oficiales, ni siquieraen el apartado de la cultura. No estáde moda en Inglaterra en el mundoejecutivo, entre la intelligentsia, enuna palabra, entre las élites metropolitanasde la sociedad o como se lasquiera llamar. Y es una pena, porquela música no puede sobrevivir apartadade la cultura oficial, donde parecesólo importar lo que tenga relacióncon lo visual y con el ocio. La músicaclásica está en este momento en laperiferia de las decisiones. Por esarazón me ilusionó recibir como premioel nombramiento. Pero también meilusiona el hecho de que durante unpar de semanas una nueva óperacomo La tempestad, de Thomas Adèspudiera convertirse en centro de atenciónde todos los medios culturales. Enmomentos así me pongo contento,porque me gusta que esas cosas continúensucediendo.Se lamenta que la música clásica no esté demoda, y sin embargo su lanzamiento tuvoalgo similar al de las figuras del pop, confans intercambiando datos en Internet.Pero esa actitud hace ya tiempoque desapareció. Cuando apareces teven de un modo, que va cambiando,al ver tu ritmo de trabajo del día a día,imagino.¿Lo rechaza?No, porque soy consciente de queese tipo de comportamientos ayuda alnegocio, y la música clásica sobrevivegracias a la venta de tus discos y deentradas para llenar los auditorios dondeprograman tus conciertos. Debesser consciente de ello y colaborar en lamedida de lo posible, dejándote fotografiary concediendo entrevistas cuandosea necesario, porque es el únicomodo que tienes de ayudar. A otrosniveles, es como cuando un actor ruedauna película, y en el contrato aceptacon su firma entregarse en la promoción,y a veinte encuentros con laprensa al día cuando le toquen, sóloque en la música clásica es menosduro.¿Echa algo en falta en estos años, o selamenta de algo?Uf, habitualmente no me quejo denada. Pero si lo pienso, tal vez lo quemás me duele es tener que pasarmucho tiempo fuera. Me gustaría enalguna medida ser dueño de mis días,y no tener que alejarme tanto de mifamilia. Especialmente esos largosperiodos cuando tengo que preparar laproducción de una ópera, para que alfinal no me quede satisfecho con elresultado. Entonces lamento el tiempoperdido en preocuparme en cómocantarla.Es curioso que hable de múltiples escapadasquien aspiraba a centrarse en 20 o 25conciertos por temporada.Es lo que pensé en un primermomento. Pero ahora son muchos másque esos. Diría que unos 65 de media.Por eso pienso que con 10 o 15menos, para quedarme en 50 o 55 medaría por satisfecho. El año en quenació mi hijo canté 44, y en esa cifraaproximadamente me podría movercon comodidad, y podría parar más encasa. Pero, por encima de todo, lo quemás temo son esas grandes produccionesde ópera en el extranjero en lasque me obligan cada vez a ocho onueve semanas de entrega.También el capítulo operístico pensabareducirlo a una o dos producciones al año.Y en esa idea continúo, pero esdifícil mantenerse al margen del mundooperístico que obliga a aceptartodas sus exigencias. Así se comprendeque no pueda terminar el libro,porque me estoy volviendo perezoso ala hora de escribir.Su primera cita mozartiana en 2006 seráen Viena.Eso es. En enero tengo que cantarallí un Don Giovanni, y ya empiezo apensar que la fecha está ya ahí, y quese echa encima el periodo de ensayos.¿Será su único homenaje a Mozart en los250 años del nacimiento del compositor?Casi, si exceptuamos un conciertoen Hamburgo también en enero, dondecantaré algunas arias suyas. Creoque eso es probablemente todo. Peropor otra parte tengo programadomucho Schumann, otro compositortambién con aniversario, en este casolos 150 años de su muerte.Además, usted parece estar más cerca deSchumann que de Mozart.Digamos que hasta cierto punto sí.153

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