ACTUALIDADMADRIDHomenaje cervantinoDELICIOSA AMBIGÜEDADMadrid. Teatro Español. 1-XI-2005. Montserrat Figueras, Arianna Savall, Lluís Vilamajó, Francesc Garrigosa, FurioZanasi, Daniele Carnovich. Hespèrion XXI. Director: Jordi Savall. Miguel de Cervantes y las músicas del Quijote.JORDI SAVALLDentro de los fastos delcentenario del Quijote,Jordi Savall rindió supequeño homenaje, presentandoen concierto unaselección de su último disco:Miguel de Cervantes y lasmúsicas del Quijote. Ingenioso,como el hidalgo, decidióponer en música los romancesy letras que salpican eltexto y acompañar el conjuntocon recitados extraídosdel libro de Cervantes paradarle un contenido narrativoal espectáculo.La propuesta es arriesgada.El espectador convencional—acostumbrado al conceptode obra cerrada einmutable— se tiene queenfrentar a un espectáculoambiguo: una mezcla de teatroy música, donde lasfuentes musicales muchasveces son parciales e inexactas.Y por extraño que puedaparecer, ahí reside lariqueza y el valor de la obra:en el ejercicio de recreacióntan bien tramado. La simbiosisde música y texto consigueatrapar al oyente y dotarde sentido los distintosnúmeros.Gran mérito tiene lalabor de Jesús Fuente y FranciscoRojas, recitantes poconeutrales y llenos de ideasque con sus matices y susentido del humor hicieronlas delicias del público. DeJordi Savall queda ya pocoque añadir y se hace complicadoaportar nada nuevo.Hizo un brillante —y abnegado—trabajo de recuperaciónde fuentes antiguas y enel concierto realizó una buenalabor como director yvihuelista. La Capella Reialde Catalunya estuvo sobria yelegante. Por desgracia parael elenco, la partitura noofrecía demasiadas posibilidadespara el lucimiento yquedó más de relieve el trabajode conjunto. Cabe destacar,sin embargo, la brillantelabor de Arianna Savall,que sorprendió con un timbrefresco y limpio y unamadurez interpretativaimpropia de su juventud.Montserrat Figueras realizótambién un trabajo fino ycorrecto aunque poco agradecido.Por último, hay queresaltar la más que notablelabor de los cuatro solistasmasculinos que nos regalaronuna interpretación pococonvencional y llena dematices.Federico HernándezRafa MartínSiglos de OroEL DIABLO EN EL CHELOMadrid. Auditorio del Conservatorio Superior de Música. 29-X-2005. Iagoba Fanlo, violonchelo; Pedro Gadelha,contrabajo. Obras de Boccherini y Porretti.30Lasconmemoracionesboccherinianas de losSiglos de Oro prosiguieroncon una sesión por completoatípica. De una parte,se presentaban las sonatasde violonchelo con el desacostumbradoacompañamientode un contrabajo,algo bien cimentado en lahistoria; de otra, se brindabanpáginas casi totalmentedesconocidas, como la Sonataen do menor, atribuidarecientemente al compositorde Lucca, y la Sonata en remayor, una de las pocasmúsicas conservadas dePorretti.Iagoba Fanlo demostróser un consumado violonchelista,que además dominaa fondo el estilo de Boccherini.Es cierto que tropezó enalgunos momentos con laendiablada escritura delautor, sobre todo en el registromás agudo, pero la líneageneral fue magnífica, marcadaconstantemente poruna musicalidad sin tacha.Sobresalieron varios instantes:así, las agilidades en elAllegro de apertura de laSonata en la mayor y laexpresividad en el tiempolento de esta misma obra, yel colorido instrumental enel primer Allegro de la Sonataen mi bemol mayor.Muy bien defendida porambos intérpretes la Sonatade Porretti, que se revelócomo un creador muy interesante,y adecuadamente destacadala originalidad de laSonata en do mayor, quecontó con una notable participacióndel contrabajo.Excelentes notas deJosé Carlos Gosálvez Laraen el programa de mano.Un concierto sumamenteilustrativo.Enrique Martínez Miura
ACTUALIDADMADRIDDos visiones del cantoNOCHE Y DÍAMadrid. Auditorio Nacional. 3-XI-2005. Ciclo de Orquestas ySolistas del Mundo. Thomas Quasthoff, barítono; CharlesSpencer, piano. Schubert, La bella molinera. Teatro de laZarzuela. 7-XI-2005. XII Ciclo de Lied. David Daniels,contratenor; Martin Katz, piano. Obras de Mozart, Fauré,antiguos españoles, Purcell, Morrison y Ravel.DAVID DANIELSQuasthoff no necesitapresentación. Es suventaja y su riesgo,porque ha de reverdecerlaureles cada vez que aparece.Y esta ocasión ha sidode referencia. No faltan puntosde comparación enmateria schubertiana pero elbarítono germánico ha cumplidouna labor, a la vez,personal y canónica. Aclarósu timbre para hacerlo juvenil,conforme al personajeque actúa en el ciclo, sinperder hondura y señoreandosobre volúmenes desdeel ahilado hasta el clamor.Alternó las voces, ligó en losandantes, puso buen humoral principio, drama en elmedio y melancolía al final,todo con una inteligencia enel matiz y una limpieza dedicción simplemente ejemplares.Cada canción fue unaviñeta y el conjunto, unahistoria de alegre soledadque se convierte en desolaciónmediando un amor adistancia que empieza exaltadoy acaba patético. A estaparábola sirvió Quasthoffcon una sencilla nobleza demedios sonoros y expresivos.Si se tratara de encontrarsu pianista ideal, siemprese daría con Spencer,cuya calidez de color seunió a una discreción devolúmenes y una destrezaen el canto comparables alos de su ilustre compañero.Daniels ofrece caracteresopuestos, como la noche aldía. A la generosa paletavocal de Quasthoff enfrentala escasez del contratenor; ala tesitura definida, la híbrida.Es de admirar lo que obtienecon un material escaso, pocoaudible e inestable en el grave,áspero en el agudo, conavara expansión y timbresdesiguales. Él regula volúmenes,redondea notas, intentaligar y expande sus agilidades.<strong>Dic</strong>e, en general, conclaridad. Frasea con cuidado.Obtiene efectos disímiles: susmedios son adecuados paraPurcell y los españoles(Mudarra, Daza, de la Torre,Anchieta, Mena), pálidos enMozart y Ravel, inadecuadospara Fauré y el prescindibleTheodore Morrison. Lo mejorapareció en las propinas, conLotti (Pur dicesti), Haendel(Vivi tiranno de Rodelinda) yuna hábil síntesis de modernidady adagio barroco deVaughan Williams, Orpheuswith his lute.Blas Matamoro31