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203 Dic - Scherzo

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D O S I E RVEINTE AÑOS DE MÚSICA EN ESPAÑA132Festivales, cursos, publicacionesSCHERZO y sus diversas secciones son un claroexponente de lo que es hoy la oferta de conciertos,de cursos, de CDs, DVDs, disco-libros ycómo no, de publicaciones especializadas. Algunasinstituciones apostaron hace años por enriquecerel panorama educativo y pusieron enmarcha cursos que con el paso de los años handemostrado ser necesarios y respetados. Unejemplo conocido son los cursos de especializaciónmusical de la Universidad de Alcalá, perohay otros: la Caixa, la Universidad de Granada,la Universidad Menéndez Pelayo. Entre todoshan elevado notablemente la calidad de la ofertaeducativa especializada, han suplido carencias yhan prestado atención a la formación de profesores,algo que siempre hemos necesitado.También han aumentado, para alegría devarias generaciones de jóvenes músicos, los cursosde verano, los seminarios, los talleres y engeneral las clases que hacen hoy normales cosasque no lo eran hace veinte años. Por ejemplo,un curso de percusión india, unas clases magistralesde clave, un seminario de composicióncontemporánea, un curso de flamenco en RadioNacional, o cualquier cosa que ya no llama laatención, por suerte, pero que hubo momentosen los que eran para unos pocos afortunados.Menos vistosos, pero tan necesarios como elagua, han sido los cursos de formación del profesoradoque se han celebrado por cientos yhasta miles en todos los rincones de España. Unas vecescomo profesor y otras como alumno he podido festejar lanaturalidad con que todos aceptaban lo importante que eraseguir formándose. Se ha perdido, afortunadamente, elsabor de ocasión irrepetible que al principio destilabanalgunos de estos cursos. Se ha ganado en calidad de la oferta,y, cómo no, en la mejor formación del profesorado. Talvez el mayor valor de una actividad formativa para un profesional,por abstracto que parezca, sea la posibilidad dereflexionar sobre lo que hace en diálogo con otros. Para elgerente de una cadena de supermercados esta parece unanecesidad completamente prescindible, pero en el caso dela música no debemos olvidar dos cosas. La primera, laslagunas formativas de un sistema aún no articulado debidamente.La segunda, y con ello volvemos a Yanira, la escandalosafalta de previsión de un sistema educativo que necesitaun 80% de profesores y pone en la puerta de sus centrossuperiores el cartel de “se necesita un 80% de solistas”.Este escándalo es generalizado en el mundo en el sentidode que el principal reclamo de las más prestigiosas escuelassigue siendo la carrera de solista, mientras que la realidadmuestra que un porcentaje muy elevado de los alumnosacaban desarrollando carreras docentes. En España tenemosun buen ejemplo con algunos alumnos aventajados de laEscuela Reina Sofía. Incluso una escuela tan selectiva yorientada a la interpretación produce músicos como losintegrantes del Cuarteto Casals, hoy reputados intérpretes ya la vez profesores en conservatorios o escuelas superioresde España. Mientras que la formación pedagógica tiene sentidoincluso en ese entorno, seguimos pegados a un modeloen el que los centros superiores casi se avergüenzan deofrecer una buena formación para futuros profesores. Cosasque pasan.Yanira, al igual que muchos de sus compañeros degeneración, tiene vocación, le gusta dar clases y busca trabajocomo profesora. Sin embargo, ¿cuántos de los centrospor los que han pasado Yanira y sus amigos ha puestoalguna vez el acento en la formación de futuros profesores?No es nada fácil que un centro de formación musical superiorasuma la contundente realidad de la estadística y proclamecomo principal objetivo la formación de un ochentapor cien de sus alumnos como futuros profesores. Así, máso menos es como están las cosas. Sin embargo, sí deberíaser fácil que un gobierno promoviese o incentivase decisionesen este sentido. Seguimos creyendo en la teoría delpelotazo pedagógico, que se puede formular más o menoscomo sigue: “para ser un buen profesor hay que ser unbuen músico, y punto”. El punto es muy importante, porqueclaro que hay que ser un buen músico, pero ¿dónde seaprende lo demás?Estudiar en el extranjeroLa elección de Yanira para presentar este balance no escasual. Estudiar una carrera o parte de la misma en otropaís europeo no es necesariamente sinónimo de carenciasni de nada parecido. De hecho, España es uno de los paísesque más alumnos Erasmus recibe y sería difícil demostrarque se deba a una notable superioridad universitaria frentea Inglaterra, Francia o Alemania, por ejemplo. En la mayoríade los estudios superiores hemos alcanzado una normalidadque no es tan sorprendente, puesto que tenemos una tradiciónuniversitaria que nos ha dado fuerza para superar altibajospolítico-económicos, por intensos o prolongados queestos hayan sido. Sin embargo, no sucede lo mismo en losestudios superiores de música, nunca consolidados en lahistoria moderna de España y, lo que es más llamativo, aúnhoy tratados como “problema” en los planes de un modernísimoMinisterio de Educación.Yanira, como tantos otros, ha elegido irse a otro paísnada menos que después de terminar sus estudios superioresen España, para obtener un título probablemente equivalenteen valor académico, pero notablemente superior enresultados tangibles. La comparación internacional es una

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