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LA HERENCIA (Edición de Day9)

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ingreso al lugar. En ambos lados <strong>de</strong>l empedrado que formaba la avenida, se<br />

aglutinaban los curiosos, mientras sus captores pregonaban la acusación a voz en<br />

cuello. Muchos <strong>de</strong> los habitantes se sumaron haciendo ecos fervorosos.<br />

Entre empellones y manotazos <strong>de</strong> lo que ya constituía una turba, les<br />

condujeron hacia los calabozos, cuyas rejas frontales configuraban la fachada,<br />

exponiéndolos ante el paso <strong>de</strong> cualquier transeúnte. En el sitio les aguardaba el<br />

prefecto, quien observó a Dorothy <strong>de</strong> modo extraño e indulgente, tal y como si<br />

tuviera conocimiento <strong>de</strong> lo que sobrevendría. Timothy, continuaba sin aparecer.<br />

Echando un inevitable vistazo a través <strong>de</strong> aquellas rejas, por entre la multitud<br />

que se consentía morbosamente, flanqueando el frontispicio <strong>de</strong> los calabozos,<br />

Dorothy alcanzó a distinguir la presencia <strong>de</strong> una mujer morena, joven,<br />

aparentemente mestiza, <strong>de</strong> larga y negra cabellera; vestida con un atuendo típico,<br />

perteneciente a los nativos <strong>de</strong> una tribu chamánica que se situaba no muy lejos <strong>de</strong><br />

allí.<br />

La <strong>de</strong>sconocida la observaba fija y enigmáticamente, para luego <strong>de</strong>saparecer<br />

entre la multitud, dando paso a un más que atribulado Timothy, que corría hacia las<br />

rejas que ahora los separaban. Entrelazando los <strong>de</strong>dos con los <strong>de</strong> su amada, recibió<br />

<strong>de</strong> ella una breve y aturdida ilustración <strong>de</strong> los hechos.<br />

Su voz estalló, entonces, tan furiosa como su enérgico transitar hacia la<br />

mansión paterna.<br />

―¡Padre! ¡Padre! ¡Maldita sea! ¡Padre! ―gritaba en su carrera, hasta <strong>de</strong>sparecer<br />

tras el portal.<br />

El prefecto intentó seguirle, exhortándole a contenerse (conocía el colérico<br />

carácter <strong>de</strong>l joven Graham). Sin embargo, se paralizó inhábil, frente al enrejado <strong>de</strong><br />

la entrada. Nuevamente, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> allí, <strong>de</strong>stinó hacia Dorothy otra <strong>de</strong> sus<br />

conmiserativas miradas.<br />

Durante el transcurso <strong>de</strong> esa noche, la prisionera recibió una nueva visita <strong>de</strong><br />

su adorado Tim, quien aún permanecía irascible, aunque visiblemente impotente,<br />

con la cabeza inclinada y tratando contenerse. Miró a Dorothy. Brillaban sus ojos a<br />

causa <strong>de</strong> la cólera y la angustia. Era obvia la razón <strong>de</strong> su impotencia, sus vidas se<br />

<strong>de</strong>sarrollaban en el marco característico <strong>de</strong> una población rural, <strong>de</strong>scomunal e<br />

irracionalmente intolerante; con un estilo <strong>de</strong> vida abarrotado <strong>de</strong> normas pseudo<br />

moralistas, con suficientes a<strong>de</strong>ptos, erigiéndose como sus francos <strong>de</strong>fensores.<br />

Por otro lado, todos sin excepción alguna, <strong>de</strong>pendían <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r económico y<br />

político <strong>de</strong> Graham. Ni aun su propio hijo se hallaba en condiciones <strong>de</strong> enfrentarse<br />

a esto solo y salir <strong>de</strong> allí con vida, junto a quien ya consi<strong>de</strong>raba como su único y<br />

verda<strong>de</strong>ro amor.<br />

Si bien es cierto, no estaba ella con<strong>de</strong>nada a muerte, no le aguardaban la horca<br />

ni la hoguera. Pero inevitablemente sí, sería expuesta a la <strong>de</strong>gradación y el oprobio<br />

público.<br />

Al <strong>de</strong>spuntar el alba, Jonás y Dorothy fueron trasladados hacia la plaza<br />

principal, vistiendo interiores y fuertemente enca<strong>de</strong>nados. Una vez allí y luego <strong>de</strong><br />

un interminable alegato con<strong>de</strong>natorio emitido por el Prefecto en persona y,

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