LA HERENCIA (Edición de Day9)

estigma. Una vez regada su sangre, subsistió de modo espectral pero cautiva dentro
de la casa, perdiendo todo vestigio de humanidad y transformándose indeclinable
en un demonio sediento de vida.
Fue esta la razón por la que, llegado el plazo, consintió en el retorno de su hijo
Robert a la mansión. Para continuar con el horrendo ciclo de la vida surgiendo a
través de los velos de la muerte, sacrificando aquello que más debería amar,
intercambiando papeles, hasta la llegada de un próximo descendiente.
Sin embargo, tampoco a través de este innominable crimen Dorothy conquistó
alguna forma de reposo. La consecución o producto del Ritual acaeció totalmente
disímil para con ella.
Como un último acto inmisericorde, previo a ser liberada por el Amo y emigrar
hacia los bosques, Tituba lanzó un conjuro de sujeción, que mantuvo a Dorothy cual
lúcido rehén, conviviendo a diario con los fantasmagóricos despojos de un pasado
que la perseguía, desde el principio de la que ahora configuraba su propia dinastía.
Décadas después y luego de ser asesinado, quedando así su alma encadenada
a los desventurados procedimientos de los que resultara víctima, Robert resistía su
futura conversión. Intrépida osadía, totalmente imprevista por Dorothy.
Simplemente su hijo, enarbolando una férrea voluntad, no concebía la idea de
perpetuar aquella horrenda tradición de sangre. Negándose a toda posibilidad de
que su descendencia, Richard, pereciera al igual que él por causa del Rito.
Sin embargo, aún restaba dar cuenta de las connotaciones de aquel secreto que
Tituba revelara oportunamente al Maestro, y que tenía una firme relación con las
consecuencias de lo sucedido entre Timothy Graham y ella, la noche de la traición.
Tan excepcionales trascendieron las peculiaridades del evento, que el propio
Ritual perdió cierta relevancia dentro de los planes futuros del Siniestro.
El destino obviamente había conspirado a sus espaldas, propiciando una serie
de acontecimientos que no alcanzó a vaticinar. Esto era lo que el Oscuro analizaba,
mientras ensayaba reconstruir los fragmentos de aquella historia.
En primer lugar, Dorothy trajo al mundo a Robert, desde la simiente de
Timothy Graham. Y, en su desatino, Tituba sedujo al mismo individuo, concibiendo
con él una niña llamada Alice.
Esta pequeña, acerbamente separada de su madre al nacer y, cuya identidad
residió oculta para el resto, había sido adoptada nada menos que por el Prefecto Jon
Mc Conroy de Salem. A quien Arthur conocía como nadie.
En segundo lugar, durante los primeros años de su juventud, Alice fue enviada
a la ciudad de Londres por los Mc Conroy. Donde, no mucho después y como
previsto por las sombras mismas de lo insospechado, contrajo matrimonio con su
medio hermano, Robert Graham. Obviamente, ignorando la relación sanguínea que
los vinculaba.
En tercer lugar y como si esto no fuera suficiente descalabro, de esta unión
nace el próximo heredero: Richard. Producto del incesto y descendiente directo de
Satán.