LA HERENCIA (Edición de Day9)

ocultar de las carceleras, debía ser protegido.
En realidad, a Dorothy no le preocupaba el destierro al que normalmente sería
intimada si su gravidez fuese descubierta, en caso de ser ella, otra cualquiera. Pero
no lo era, por tanto sabía con toda seguridad, que George Graham iría a por el niño,
con quien sabe qué intenciones, a certero riesgo de que luego intentara deshacerse
de ella. En cambio, a través de este matrimonio, le sería tal vez posible disfrazar la
verdadera identidad de la criatura.
Podría decirse así, que no le restaron elecciones. En todo caso y dadas las
circunstancias actuales, la propuesta de Graham le confería cierta protección.
Comenzaron a permitírsele algunos paseos a solas por los jardines lindantes al
bosque, próximo al edificio de la Iglesia. Era consciente de que todo esto, lo había
conseguido a fuerza de voluntad, entereza y autocontrol, sobre las auténticas
emociones que le provocaron las visitas que Graham le hiciera allí en la clausura. En
tales oportunidades, fue notable su destreza, al momento de fingir amabilidad,
respeto, complacencia e incluso una cuota de agradecimiento; por lo que «el buen
hombre» pretendía para ella y su futuro en sociedad.