LA HERENCIA (Edición de Day9)

los escasos minutos que le toma llevar a cabo la matanza, Richard únicamente oye
la voz de Tim, que le grita insistente y sin poder alcanzarlo a tiempo.
―¡Richard, no! ¡Nooooooo!
Demasiado tarde...
Cuando finalmente Timothy llega hasta él, Richard, convulsionado por la
frenética y mortífera faena, completamente bañado en sangre, permanece de pie,
abyecto. Observa a los cadáveres deshacerse en polvo, sin dejar ni siquiera huesos
como rastro.
Ha desmembrado al siniestro séquito tribal de Arthur. «Un problema menos»,
piensa inusitadamente.
Tim se aproxima, lento y abatido. Él, por sobre todas las cosas, se consideraba
predestinado a perpetrar, sin mella, ese tipo de tarea. Uno de sus principales
objetivos de acudir a la casa, había sido mantener a Richard excluido de toda acción
violenta, que pudiera conllevar al derramamiento de sangre alguna. Aun cuando, la
misma procediera de una secta de espectros infernales.
Indudablemente, Tim ha subestimado la potestad e investidura del Anticristo,
habitando al joven. Este, por su propio medio y conectado a su inconsciente,
encontró el modo de llegar hacia el lugar que tantos años le ha llevado a él mismo
descubrir: El secreto recinto donde se efectúan los rituales del Clan. Y, lo que es de
mayor trascendencia, el sarcófago de Lilith, donde reposa su cuerpo original.
En donde quiera que estuviese el espíritu de la Devoradora de Almas vagando,
certeramente hallaría el modo de hacérselo saber al Maléfico y a sus miles de clérigos
satánicos. Los que, sin dudarlo por instante alguno, vendrían por ellos, sedientos de
venganza.
¿Os preguntáis por qué? Pues porque destruyendo el cuerpo que yace dentro
de ese féretro antes de que su dueña reencarne, su espíritu se desatará errante,
imposibilitado de llegar a tiempo para el instante de La Consagración. Macabra y
por eones esperada ceremonia, tras la cual, el Infierno asumiría el control en la tierra
y todo lo que sobre ella aun prevaleciera.
Timothy arriba demasiado tarde para preservar incólume la fase inocente en la
humanidad de Richard. Sus manos ya se han cubierto de sangre y su alma de muerte,
despertando el poder del mal dentro de sí. Ahora, solo resta intentar mantenerlo
bajo control, protegiéndolo de sí mismo. Como así también a todos, de él.