LA HERENCIA (Edición de Day9)

CAPITULO 13
El Misterio de Alice:
Essex, siglo XVII
Dorothy ejercía ya su poderío absoluto sobre la población de Salem. Una vez
casada con el Gobernador, teniendo a Tituba bajo su mando y protegida por las
Ancianas brujas del pantano, dispuso de todas y cada una de sus nuevas habilidades
sobrenaturales, con el fin de dominar la voluntad de quien se le pusiera por delante.
Había conseguido confinar a George a una reclusión permanente dentro de sus
habitaciones. Reclamando de este modo y para sí, el cargo que éste dejara vacante
en el Concejo de la Ciudad.
No obstante, la magnitud de su poder, la confrontación, aunque sutil, con su
esclava, principiaba conmover los cimientos de la relación entre ambas.
Durante una oportunidad en que Timothy, secretamente, consiguió regresar
al pueblo, la comunidad mística de la zona, incluyendo a Tituba y las Ancianas, vio
en este arribo un considerable peligro para los siniestros planes concertados por
ellos, y que tenían a Dorothy como pieza principal del macabro engranaje.
Aquel romance ya había sido echado por tierra en una ocasión y, ahora,
nuevamente avistaba constituirse en contundente amenaza. En consecuencia, el
antiguo aquelarre tomó la determinación de impedir, a como de lugar, el que los
amantes se reconciliasen.
Contaban con el desagrado del joven al enterarse de la nueva situación política
y sentimental de su amada. Más ello no garantizaba que llegara a despreciarla por
encima del intenso sentimiento que les uniera en un pasado todavía tan reciente. Y,
por sobre todas las cosas, juzgaban que él jamás debía saber que era el verdadero
padre de la criatura que Dorothy llevaba en el vientre.
En el bosque del pantano, reunido el grupo de hechiceros y a escondidas de
Dorothy, su actual líder, tomaron decisiones que tenían por objeto trocar de modo
drástico el curso de lo que parecía inevitable.
A través de una ceremonia de invocación a la sabiduría ancestral, y poniendo
sus umbrías dotes al servicio de las propias intenciones, resolvieron utilizar a Tituba,
ungiéndola con artificios hasta para ellos prohibidos y en extremo peligrosos.
A fin de que esta se presentara ante Timothy suplantando su señora,
recubrieron a la esclava con cieno fétido del pantano y, convocando maléficas
entidades, la despojaron de su forma natural, transmutándola por el término de
varias horas con la apariencia física de su ama.
Fundamentalmente pretendían que, de un modo u otro, Tituba, así
enmascarada, desalentara al muchacho Graham de cualquier esperanza que este
albergara de reanudar su relación con Dorothy.
A primera instancia de aquel encuentro, hábilmente ocasionado por la esclava,
la misión que se le había encomendado parecía estar resultando a pedir de boca. No