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Libro

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organizamos brigadas de apoyo y solidaridad para mandar<br />

fondos a Nicaragua por medio de la juventud sandinista. En<br />

la medida que fue avanzando el tiempo y se dieron los movimientos<br />

sociales más críticos, empezó a haber presión hacia el<br />

estudiantado extranjero. Me trasladaron a una filial de la universidad<br />

de Moscú, en una ciudad retirada a 8 horas en tren.<br />

Me tocó aprender en dos fines de semana, dos años de secundaria<br />

rusa. Sólo así podía aprobar el examen de admisión.<br />

Luis Gámez me ayudó mucho. Con esa suerte me mandaron<br />

a esa filial y yo podía volver a la sede central si mantenía<br />

un gran rendimiento. Sin embargo, en esa ciudad pequeña<br />

empecé a tener problemas con la gente. Se hablaba demasiado<br />

de política y se dejaban fuera temas importantes como<br />

la religión. A pesar de eso, yo aprendí a pensar estando allí.<br />

Desde los 3 meses ya hablaba el ruso. Un idioma muy complejo<br />

porque no se parece a las lenguas romances a las cuales<br />

estamos acostumbrados: español, alemán, inglés, etcétera.<br />

Pero cuando logras entrar en el esquema de aprendizaje, no<br />

es tan difícil. Allá todo era en ruso y yo me esforcé mucho por<br />

ingresar en los grupos donde no hablaban mi idioma. Esto me<br />

causaba problema porque la juventud sandinista estaba encima<br />

de vos, vigilando tus pasos. Me estigmatizaron. Allí fue<br />

la primera vez que mire que a todos los muchachos becados<br />

eran “carnetizados” y vigilados por el partido de gobierno.<br />

El discurso oficial decía que nos mandaban a Rusia para<br />

aprender cómo funcionaba el sistema socialista. Se suponía<br />

que Nicaragua iba en la misma dirección. Sin embargo,<br />

la práctica de las personas de los niveles superiores<br />

era divorciada de ese mismo discurso. Vos mirabas las<br />

grandes bacanales que se armaban en la embajada y los<br />

grandes “bisnes” que hacían con la compra-venta de dólares<br />

de la delegación nacional. Yo como estaba muy chavalo,<br />

me lo tomé muy a pecho y me sentí traicionado.<br />

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