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15-Ponsati-Murla-Oriol-San-Agustin

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Lo primero que se debe constatar ante la teoría agustiniana<br />

del conocimiento como iluminación es el marco metafórico<br />

que, de forma perfectamente gráfica, vincula luz y<br />

conocimiento. En una obra tan temprana como los Soliloquios,<br />

Agustín ya presenta a Dios como maestro interior y la<br />

iluminación deviene la imagen de la acción pedagógica que<br />

Dios ejerce sobre el alma humana. Dios es al pensamiento<br />

aquello que el sol es a la vista. Dios es la fuente de la verdad<br />

como el sol es la fuente de la luz. Una suerte de luz divina<br />

ilumina la verdad para que esta pueda ser percibida por<br />

nuestra mente, de la misma forma que la luz del sol ilumina<br />

los objetos para que puedan ser percibidos por la vista. Este<br />

imaginario de la luz tiene claramente un antecedente tanto<br />

en Platón (recuérdese, por ejemplo, la importancia que reviste<br />

la luz como sinónimo de conocimiento pleno en la célebre<br />

alegoría de la caverna), como en el neoplatónico Plotino,<br />

quien habla de un principio espiritual (nous), que es a la vez<br />

causa de la existencia de las cosas y luz de su conocimiento.<br />

El referente filosófico, tanto platónico como neoplatónico,<br />

no habría sido suficiente para Agustín si no hubiese encontrado<br />

su paralelismo en la Biblia. En el inicio del evangelio<br />

de Juan (Bautista), se afirma: «No era él la luz, sino que<br />

vino para dar testimonio de la luz. Existía la luz verdadera,<br />

que, al venir al mundo, alumbra a todo hombre». Pero si la<br />

«luz verdadera» es la de Dios, entonces quizá la teoría de<br />

la iluminación agustiniana no es tan metafórica como podría<br />

parecer a primera vista. Si Dios es la luz en sentido propio,<br />

entonces lo que llamamos «luz» (la luz del sol...) lo es solo<br />

en un sentido figurado. Y esto supone una inversión de la<br />

metáfora: no es que Dios actúe, iluminando la verdad, como<br />

lo hace el sol cuando ilumina el mundo, sino que es el sol<br />

que actúa de forma similar a como lo hace Dios. Nuevamente,<br />

Agustín parece esforzarse para distanciarse de su pasado<br />

El c o n o c im ie n t o es ilu m in a c ió n 141

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