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SABER PORTARSE
No es suficiente tener grandes cualidades; también debemos
saberlas manejar.
—LA ROCHEFOUCAULD
E
n 1953, Dwight D. Eisenhower regresó del desfile de su primera toma de
posesión como presidente y entró a la Casa Blanca tarde en la noche. Al
llegar a la residencia privada, su asistente principal le entregó dos cartas selladas
que le habían sido enviadas temprano ese día. Una firme reacción de Eisenhower
fue inmediata: “Nunca me entregue un sobre cerrado. Para eso tengo un equipo
de secretarios”.
Parece muy esnob, ¿cierto? ¿Sería que el cargo ya se le había subido a la
cabeza?
En lo absoluto. Eisenhower reconocía en ese suceso aparentemente
insignificante un síntoma claro de una organización desordenada y disfuncional.
No todas las cosas tenían que pasar por él. ¿Quién sabía si el sobre era realmente
importante? ¿Por qué nadie lo había revisado antes?
Como presidente, su primera prioridad fue organizar la rama ejecutiva y
convertirla en una unidad eficiente, funcional y orientada a las prioridades, tal
como solían ser sus unidades militares. No porque él fuera un hombre
egocéntrico sino porque todo el mundo tenía un trabajo y confiaba en que la
gente lo hiciera. Tal como lo expresaría después su jefe de gabinete: “El
presidente hace las cosas más importantes. Yo hago las siguientes cosas más
importantes”.
La imagen pública de Eisenhower es la de un hombre que jugaba golf. En
realidad, no fue un hombre perezoso, pero el tiempo libre que tenía era resultado
de su eficiencia. Él sabía que lo urgente y lo importante no son lo mismo. Su
trabajo era establecer las prioridades, pensar en grande y luego confiar en la
gente que trabajaba para él para que hicieran el trabajo para el cual habían sido
contratados.
La mayoría de nosotros no somos presidentes, ni siquiera presidentes de una
compañía, pero a medida que escalamos posiciones en la vida, el sistema y los
hábitos de trabajo que nos traen hasta un punto no necesariamente son lo que
necesitamos para mantenernos más arriba. Cuando estamos empezando o somos
unos aficionados, podemos tener ciertas peculiaridades, podemos compensar la