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la llevó a encontrar tantos problemas, pero si ella hubiese sido una persona
egocéntrica, ciertamente le habría impedido volver a triunfar. Usted podría decir
que el fracaso siempre llega sin ser invitado, pero gracias a nuestro ego,
muchísimos de nosotros le permitimos que se quede a vivir con nosotros
definitivamente.
¿Qué fue lo que Graham necesitó en todo este proceso? Nada de arrogancia,
ni bravatas inútiles. Necesitó ser fuerte. No necesitó al ego para sortear la
tormenta. Necesitó seguridad en sí misma y disposición para aguantar. Sentido
de lo que está bien y lo que está mal. Propósito. El asunto no tenía que ver con
ella. Tenía que ver con preservar el legado de su familia. Proteger el periódico.
Hacer su trabajo.
¿Qué hay de usted? ¿Acaso su ego lo traicionaría cuando las cosas se pongan
difíciles? ¿O puede seguir adelante sin él?
Cuando enfrentamos dificultades, en especial dificultades públicas (dudas,
escándalos, pérdidas), nuestro amigo el ego muestra sus verdaderos colores.
Y al absorber las críticas negativas, el ego nos dice: Yo sabía que tú no
podrías. ¿Por qué lo intentaste? El ego afirma: esto no vale la pena. Esto no es
justo. Esto es problema de alguien más. ¿Por qué no te inventas una buena
excusa y te lavas las manos? Nos dice que no deberíamos tener que soportar eso.
Nos dice que nosotros no somos el problema.
Es decir, le agregamos una autoagresión a cada lesión que sufrimos.
Para parafrasear a Epicuro, quienes tienen ideas narcisistas viven en una
“ciudad sin muros”. Nuestro frágil sentido del yo está bajo constante amenaza.
Las ilusiones, los logros, eso no sirve de defensa. No cuando tenemos esa
sensible antena especial entrenada para recibir (y crear) las señales que desafían
nuestro precario balance.
Es una miserable manera de vivir.
El año antes de que Walsh se hiciera cargo de los San Francisco 49ers, estos
quedaron 2-14. Su primer año como entrenador principal y director técnico,
quedaron... 2-14. ¿Se pueden imaginar la decepción? ¿Todos esos cambios, todo
el trabajo que se realizó durante ese primer año, y terminar exactamente en el
mismo lugar en que terminó el entrenador incompetente que lo precedió? Así es
como pensaríamos la mayoría. Y luego tal vez comenzaríamos a culpar a otra
gente.
Walsh se dio cuenta de que “tenía que buscar evidencias en otra parte” de
que las cosas estaban cambiando. Para él, fueron la forma en que se jugaban los
partidos y las buenas decisiones y cambios que se estaban haciendo dentro de la
organización. Dos temporadas más tarde él y su equipo ganaron el Super Bowl y
luego varios más. Cuando estaban en el fondo, esas victorias deben haberse visto